Fernando Aller

DESDE EL ALA OESTE

Fernando Aller

Periodista


Pueblos en coma

11/10/2019

Pocas cosas hay más ineficaces que abordar asuntos de calado social en medio de campañas electorales. Desgraciadamente España vive en permanente campaña desde hace años y así no hay forma de abordar planteamientos serios, alejados de las estrategias cortoplacistas de los políticos, que viven ansiados por el voto que les valide el sueldo acaso solo del mes siguiente.
Un ejemplo paradigmático lo encontramos estos días en Castilla y León. Comenzó la semana con manifestaciones que alertan del drama de la imparable desertización demográfica de nuestro territorio, realidad innegable y dramática. Al mismo tiempo la consejera de Sanidad, Verónica Casado, anunciaba un plan de reordenación de la asistencia sanitaria en el medio rural, que necesariamente ha de pasar por agrupar efectivos y mejorar las instalaciones. Se equivocó al elegir el momento. El debate en las Cortes puso en evidencia lo ya consabido: El Ejecutivo se quedó solo y los partidos de la oposición salieron en tromba contra el proyecto, sin presentar otras alternativas que la queja. A cualquiera se le ocurre pensar que el asunto es de tal magnitud que solo se puede abordar desde el sosiego y en la mesa de trabajo, una vez que se cuente con estudios rigurosos y con la implicación pública de personas representativas y solventes en conocimientos. Es un error plantear estos asuntos a base de titulares en los medios de comunicación, donde se busca el cuerpo de letra más grueso a riesgo de ser también la estupidez mayor.
Pocos temas hay tan sensibles socialmente como la sanidad. Pero no es el número de consultorios el hecho con una influencia más directa en el vaciado de los pueblos. Acaso la asistencia precaria de un médico correcaminos, con fonendo y termómetro en ristre únicamente, acorte la vida de los últimos habitantes. El vaciado de los pueblos solo se puede parar creando las condiciones propicias para desarrollar el empleo. Requiere de voluntad política y, pese a la palabrería al uso, no existe. Demasiados planes no obtienen el éxito deseado debido a los farragosos caminos administrativos o a la falta del mínimo compromiso social de funcionarios acomodados.