Alfonso González Mozo

PLAZA MAYOR

Alfonso González Mozo

Periodista


Jugando a los aeropuertos

18/01/2020

Un año más, Aena nos saca los colores con los datos de usuarios de los aeropuertos de esta santa Comunidad en la que no da ni para que funcione uno y mantenemos cuatro operativos: Valladolid, León, Salamanca y Burgos. Entre todos, apenas superan los 350.000 viajeros, lo que, puesto en contexto y comparado con lo que hay alrededor, deja a los pies de los caballos a todo dios; desde esa Junta de Castilla y León que no es capaz de apostar por el más grande para no herir susceptibilidades provincialistas, hasta esas diputaciones y ayuntamientos incapaces de atraer vuelos sin ‘hipersubvencionar’ a las compañías.
Vamos con unos ejemplos. En Galicia, el aeropuerto de Santiago movió a 2,9 millones  de personas, el de La Coruña a 1,3, mientras que el de Vigo obtuvo un millón casi pelado en el ya pasado 2019; en total, más de cinco millones por el cielo gallego. En el aeropuerto de Asturias fueron 1,4 y en el de Santander, casi 1,2 millones. Y en el País Vasco acumulan cerca de seis y medio gracias al tirón que tiene el de Bilbao (5,9 millones de pasajeros en 2019), a años luz de lo que consiguen mover en San Sebastián (320.440) y Vitoria (174.022).
Quizá el ejemplo de los tres aeropuertos vascos sea lo más parecido a lo que sucede en Castilla y León, con uno muy por encima de los datos de los otros, aunque con otras cifras, claro. Porque Valladolid, pese a la pérdida de casi cuatro mil viajeros durante 2019, sigue siendo el único aeropuerto medio serio que funciona en esta Comunidad. Sus 249.216 usuarios del último año son más del doble de todos los que acumulan los otros tres, ya que León sumó 65.982, por los 17.768 de Salamanca y los 17.688 de Burgos. Los tres suben, sí, y el vallisoletano baja, pero las cifras de unos y otros no dejan lugar a la duda de qué tipo de movimiento tienen, por debajo de terminales como la de Badajoz (75.418) en el caso de León, y Burgos y Salamanca con menos usuarios que Logroño (19.444), por ejemplo.
La Comunidad necesita una apuesta firme por un aeropuerto y no diversificar esfuerzos. Villanubla apenas sobrevive y los otros están en la miseria, pero nada debería permitirse. La mera pérdida de la conexión (de Ryanair) con Sevilla a final de año ha acabado con la pírrica recuperación que se atisbaba hace un año en el de Valladolid. Y así seguimos, jugando a los aeropuertos año tras año.