Carmen Tomás

LA COLUMNA

Carmen Tomás

Escritora y periodista en información económica


Ni consumo, ni inversión

01/02/2020

El INE hizo público el viernes el dato adelantado de crecimiento de la economía en 2019. El PIB registro su menor ritmo de aumento desde 2014 al cerrar en el 2%. Es apenas una décima menos de lo previsto inicialmente por el Gobierno y algunos servicios de estudios y una más de lo calculado por otros paneles de expertos y organismos internacionales. De hecho, el Gobierno se siente satisfecho, aunque las razones sean pueriles. El hecho de que España haya crecido por encima de algunas economías de nuestro entorno en sí mismo no dice mucho. Conviene mirar, para hacer estas afirmaciones, otras variables.

Por ejemplo, la deuda, el déficit, el paro y los componentes de ese crecimiento del PIB. Es el caso de Alemania que, efectivamente crece menos, pero goza de una deuda pública del 60% del PIB, superávit en las cuentas públicas y prácticamente pleno empleo. Mientras, España tiene una deuda que ronda el 100% del PIB, la segunda mayor tasa de paro de toda la Unión Europea y el déficit puede volver a rondar el 3% del PIB.

Además, no sólo el dato de 2019 es malo, sino los componentes que no son precisamente ni sanos, ni equilibrados. El gasto público es elevadísimo y explica una gran parte del crecimiento, el consumo de los hogares se ha estancado en tasa intertrimestral y la inversión ofrece una tasa negativa anualizada del 10%. Mucho más pronunciada es la caída, si hablamos de inversión en vivienda y construcciones, con un descenso del 4,3%. La demanda nacional redujo su contribución 1,1 puntos en relación a 2018 y la demanda externa subió 7 décimas.

Todo esto se produce en un contexto de mayores costes salariales para las empresas por las subidas del SMI, los mayores impuestos de todo tipo y una posible revisión de la reforma laboral precisamente en los aspectos que lograron, con bajos crecimientos, creación de empleo. Si además el gasto público sigue subiendo, sólo se logrará ahondar en el hoyo repitiendo los errores del pasado.