Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Los hermanos Marx en sus camarotes

30/06/2020

El expresidente del Gobierno, Felipe González, utilizó la imagen de la película “Una noche en la ópera”, para ofrecer una imagen crítica del Gobierno de coalición que encabeza Pedro Sánchez. No es, sin embargo, el único ámbito político en el que se produce una acumulación por adición o división de partidos políticos en los que cada uno de ellos trata de ocupar su lugar repartiendo codazos hasta que esa olla a presión explota.

El escenario político catalán se ha convertido en un nuevo camarote de los Hemanos Marx tras la puesta de largo del Partido Nacionalista Catalán, una subdivisión más salida del partido que encabezó Jordi Pujol, ejemplo de pragmatismo y catalanismo responsable.   La similitud en el nombre y en las intenciones –defensa del soberanismo mediante un referéndum pactado con el gobierno, abandono de la vía unilateral y lealtad mutua ente el Estado y Cataluña- con el Partido Nacionalista Vasco son evidentes y buscadas.

La nueva formación, dirigida por Marta Pascal, ex portavoz del PdeCAT, el genuino partido heredero de Convergencia Democrática de Cataluña, está llamada a desvelar uno de los mayores misterios catalanes: la desaparición de los votantes del catalanismo democrático, de centro derecha, conservadores, ejemplo de seny, que se podían encontrar huérfanos de un partido que representara sus intereses, o si todos se han pasado a las filas del soberanismo unilateral en el plazo de los diez años desde la sentencia del Estatut, y los líos de corrupción económica de los principales prohombres de Convergencia.

El PNC es el último en llegar, pero desde que estalló CiU han surgido un buen número de formaciones procedentes de los dos grandes partidos –Convergentes, Lliures, Democrates, Units per Avanzar-, muchos de ellos concurren a las elecciones bajo el paraguas de JxCat, la formación en la que el expresidente de la Generalitat, Carlos Puigdemont, quieren que se integren, o mejor aún en la Crida, que es su criatura polítca que no acaba de despegar. El PdeCAT, dirigido por David Bonhevi, se resiste a la disolución de su partido.  Las próximas elecciones catalanas, que el covid-19 ha retrasado una vez que Cataluña contará con nuevos presupuestos, el límite que había puesto Quim Torra para convocarlas, darán la medida de la capacidad del PNC de convertirse en un partido con futuro. Por lo pronto es un actor más con el que contar en el debate sobre el futuro de Cataluña.  

También en Galicia las divisiones y subdivisiones en la izquierda provocan que ese espacio se encuentre saturado. En Marea, que en las anteriores autonómicas gallegas desplazó al PSG de la segunda posición, se ha fraccionado y ahora Marea Galeguista competirá –sin posibilidades de obtener escaño- con Galicia en Común-Anova Mareas que incluye a Marea Atlántica y Compostela Aberta. Un verdadero sudoku, al que hay que sumar los socialistas y los independentistas del BNG.  A esto hay que sumar que en el ámbito de la derecha habrá también candidaturas de Ciudadanos y Vox, sin muchas perspectivas de cosneguir escaño. Parafraseando a Gary Lineker -"El fútbol es un juego en el que 22 hombres persiguen una pelota y al final siempre gana Alemania”- podría decirse que en las elecciones gallegas compiten una decena de partidos y al final siempre gana el PP.