Elecciones locales este domingo en España. Estamos ante el alud de candidaturas más provocativo del interés que pueda darse en España, dirimiendo puestos de concejales, alcaldes, presidentes de diputación…. España es pueblo.
Albergo muchas dudas respecto de que los grandes postulantes nacionales se tomen en serio que esta es una elección de lo local. Más bien parecen medir sus fuerzas ante el combate por La Moncloa. De hecho, los asuntos de vivienda, estado del bienestar, asistencia sanitaria, políticas de igualdad y una larga retahíla de propuestas no son competencias en que las que el poder territorial o local toque un pito decisivo, pero ahí que se han manejado prolijamente para procurar seducir ideológicamente al personal. 
Atrás quedan unos días en que no se ha debatido casi nada sobre ello o sobre, el tamaño de los ayuntamientos y su agrupación, ahora que sociológicamente nos enfrentamos a nuevas realidades, la cuestión financiera y un largo etcétera de temas. Alguna vez haremos un inventario de atribuciones que elimine duplicidades y obligaciones impropias de entidades como las locales para las que constituye una losa muy pesada seguir teniendo que financiar, por ejemplo, el mantenimiento de los edificios de los colegios. Otra gran losa sobre nuestro sistema es el acceso al gobierno de las entidades, con ese debate, virgen, respecto de la lista más votada y la muy real posibilidad de que pactos de perdedores gobiernen cientos de entidades. Pero, al lío: hay mucho morbo en liza este domingo y, como hablamos de unas «primarias», el lunes será la madre de todas las batallas tácticas. Y luego, comienza la campaña electoral de nuevo con el mismo objetivo que ésta: La Moncloa.