El otoño llega con lluvias tras el verano más caluroso

R.G.R
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La temperatura media llegó a los 24,5 grados, tres por encima de los registros entre 1981 y 2010. Los termómetros subieron hasta los 41,6 grados el 15 de julio, la cifra más elevada que contempla la Aemet. Las lluvias, la mitad que en un año normal

290822JT_0006.JPG - Foto: Jonathan Tajes

La previsión de mínimas por debajo de los diez grados para este fin de semana pondrá fin a un verano extremadamente caluroso. La semana que viene arrancará con mínimas que alcanzarán los ocho grados y posibilidad de lluvias después de un verano abrasador. Las máximas no superarán los 22 grados. El balance de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) pone de manifiesto que este verano ha sido el más caluroso desde que existen registros. Una temperatura media que se sitúa en 24,3 grados, tres más que en la media histórica entre 1981 y 2010. El delegado territorial de Meteorología, Manuel Mora, indicó que se ha tratado del verano «más caluroso» de la historia. 

El verano en Castilla y León se ha caracterizado por unas temperaturas extraordinariamente altas, que han superado muchos registros históricos, tanto en valores diarios como mensuales y, de manera global, se posiciona como el verano más cálido desde que se dispone de información. A nivel pluviométrico, el balance es negativo.

Ni más ni menos que cuatro olas de calor diferentes, que sumieron a Valladolid en 34 días asfixiantes. Se considera ola de calor un episodio de al menos tres días consecutivos, en que como mínimo el 10 por ciento de las estaciones consideradas registran máximas por encima del percentil del 95 por ciento de su serie de temperaturas máximas diarias de los meses de julio y agosto del periodo 1971-2000. 

Y 65 días con temperaturas máximas por encima de los 30 grados.  Prácticamente, esta temperatura se ha superado a diario durante todo el verano, día tras día, lo que ha ocasionado que se hayan alcanzado algunas efemérides. Sin ir más lejos, el 15 de julio se superó la temperatura más elevada desde que hay registros. Fue en la estación de la capital y se llegó a los 41,6 grados, dejando atrás los 40,2 que hubo el 19 julio de 1995.

Casi 27 años después, se pulveriza un récord que parecía inamovible. Pese a la percepción general de la población de que la provincia alcanza con cierta frecuencia los 40 grados, no se llegaba a esta cifra desde ese mismo verano de 1995.

Un fenómeno que no ha sido exclusivo de Valladolid, sino que se ha registrado en toda la Comunidad. Las medias de las temperaturas entre 1981 y 2010 en Castilla y León fueron de 20,1 grados mientras que este año ha sido de 22,9.

Pero el problema de calor de este verano no ha estado únicamente en los temperaturas máximas, sino que también en las mínimas. Ni más ni menos que diez noches de calor tropical (aquella en la que las temperaturas mínimas no bajan de los 20 grados). La conciliación del sueño ha sido una dificultad añadida durante los meses de julio y agosto por el asfixiante calor.  

En la evolución diaria se observa que el único episodio de relevancia en el que las temperaturas se sitúan por debajo de la media corresponde a la última decena del mes de junio, lo que provocó que ese mes quedara con un carácter de muy cálido. El mes de julio de 2022 es, con carácter global, el más cálido de toda la serie histórica, seguido por agosto de este año y de 2003. 

En Castilla y León ña temperatura más alta registrada en la Comunidad fue de 45,4 grados el día 14 de julio en Candeleda (Ávila) y la mínima más alta corresponde a Otero de Herreros (Segovia) con un valor de 28.

lluvias. Además del calor, la provincia vallisoletana también se ha visto afectada por la falta de precipitaciones, que se han visto reducidas en un 44 por ciento en comparación con la media de los años comprendidos entre 1981 y 2010. Así, en la capital han caído 32 litros por metro cuadrado, 25 menos que la media de este periodo. Algo similar ha ocurrido en el resto de provincias. La mayor parte de las estaciones han registrado valores  comprendidos entre 27 y 57 litros por metro cuadrado, con 12 días de precipitación apreciable y 10 días de tormenta. Cabe señalar que si bien el número de días de precipitación apreciable está en torno a la media, el número de días de tormenta supera su promedio.

Agricultura. Esta circunstancia ha motivado que la situación de los pantanos que riegan las tierras de Valladolid es una situación muy preocupante. Se encuentran tan solo al 14,5 por ciento de su capacidad, lo que supone 13 puntos porcentuales por debajo del año pasado, cuando ya estaba en un nivel por debajo de la media. 

El año agrícola (septiembre 2021-agosto 2022) termina con un balance de periodo muy seco, con un déficit pluviométrico en torno al 25 por ciento respecto a su promedio. Lo que está dificultando la preparación de las tierras de labor de cara a la siembra de cereal este otoño. 

Es necesario que se registren precipitaciones (la semana que viene existen posibilidades de precipitaciones, aunque escasas) para que la tierra se empape y se puede realizar la sementera de forma normal.  

No obstante, el delegado de la Aemet en Castilla y León indicó que las previsiones de las diferentes métricas indican que? este otoño continuará la tendencia del verano y será «más caluroso» de los valores normales de los últimos años. «La tendencia no indica que la temperatura media estará por encima de los valores normales», indicó Mora. Así, los meses otoñales pueden continuar con el calor que se ha registrado durante los últimos meses.