Poner en marcha cada día los servicios municipales en la capital cuesta casi 615.000 euros. El Ayuntamiento destinó 224,4 millones en 2020, el último dato conocido, lo que supone un gasto de 750 euros por habitante. Una cantidad inferior a la de la media de gasto en las otras capitales de Castilla y León, que implica 797 euros por vecino, y muy por debajo de la española, que escala hasta los 991 euros por persona. Así se desprende del informe del coste efectivo de los servicios prestados por cada Consistorio elaborado con datos del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas.
La mayor partida se destina a los servicios públicos básicos, que se llevaron 118,5 millones de euros, un 1,8% menos que el año anterior, y que suponen el 52,8% del gasto total. Esta factura supuso un gasto de 396 euros por vallisoletano, de los que la mitad se dedicó a los que se agrupan bajo el epígrafe bienestar comunitario. Estos servicios son el alumbrado público; cementerios y actividades funerarias; recogida de basuras, gestión de los residuos sólidos urbanos y el tratamiento de los mismos; limpieza viaria;abastecimiento de agua y alcantarillado. Por ejemplo, la factura que pagó el Ayuntamiento, sin contar las fundaciones y las sociedades municipales, fue de 3,9 millones de euros por el consumo de los más de 47.000 puntos de luz instalados para iluminar 531 kilómetros lineales.
El informe también realiza una comparativa territorial del coste de estos servicios básicos por habitante. Valladolid paga un poco menos que el resto de capitales de la región, un saldo positivo que se agranda con las nacionales o los municipios más poblados. Eso sí no ofrece una explicación, ni entra a valorar la calidad de los servicios prestados. Tampoco se apunta las causas del menor gasto en 2020, un año atípico por los efectos del confinamiento obligado por la pandemia, pero también en las medidas aplicadas para contenerlo.
En el caso de Valladolid se rebajó significativamente la factura del alumbrado público un 25,9% y un 33,3% el tratamiento de aguas residuales. Ese año se pagaron 3,9 millones frente a los 5,2 del anterior y los 6,4 de 2018 y 2019. Un porcentaje similar se contuvo la partida dedicada a alcantarillado, que pasó de los 9,5 de 2019 a los 7,2 millones, aunque dos años antes solo se dedicaron 2,7. También bajó el gasto en la limpieza viaria un 8,9%, con un factura de 10 millones de euros frente a los once de 2019 y los 12,2 de 2018. El transporte colectivo de viajeros contó con un 6,1% menos de presupuesto y también los servicios de tráfico, estacionamiento de vehículos y movilidad (-1,8%).
Por contra, se incrementó notablemente (16,8%) el porcentaje destinado a la atención inmediata a personas en riesgo de exclusión social. Los 28,4 millones destacan frente a los 24,3 del año anterior. En este año los centros de acción social (CEAS) informaron a más de 40.000 personas en los 41 puntos de atención al público de los que disponen. De este partida, 1,6 millones se destinaron a la prestación económica para 2.700 familias en situación de necesidad. Pero ese año también subió el gasto en parques y jardines públicos (7,9%). La factura final de la Policía Municipal se incrementó un 5,1% para llegar a los 26,8 millones de euros.
Los más caros.
El transporte colectivo urbano de viajeros es unos de los servicios que implica mayor coste bruto para el Ayuntamiento. El informe de costes que compara los gastos municipales refleja que supone 101 euros por vallisoletano, dos más de lo que cuesta en los 25 municipios más poblados de España, aunque tres menos que en la media de las capitales españolas. De hecho, este ejercicio se registró «la mayor pérdida de viajeros» de la historia de la empresa muncipal, un 47,2 por ciento menos con respecto al año 2019. Esto causó un resultado negativo en sus cuentas de 4,6 millones de euros.
En las cuentas de la sociedad se comprueba que los ingresos por tarifas fueron de 7,4 millones de euros, que suponen la mitad que los del ejercicio anterior. Por contra, necesitó de una subvención de explotación por parte del Ayuntamiento de 15,5 millones, 274.900 euros más que en 2019.
Otro de los servicios que tiene un coste elevado tiene que ver con la Policía Municipal, con casi 26,8 millones de euros, un coste de 89,7 euros por habitante. Un Cuerpo que se encuentra inmerso en un proceso de renovación de parte de su plantilla, después de la jubilación de buena parte de la misma. De hecho, en su memoria anual se refleja la carencia de mandos por la jubilación anticipada que llevó al servicio a afrontar la crisis de la covid-19 con 44 vacantes de mandos de un total de 69. Y la edad media de los 404 agentes es de 46'8.
Presión fiscal.
Este mismo año los ingresos por impuestos municipales y tasas bajaron un 6,2% y se quedaron en 515 euros por habitantes. Esto supone un 69% del coste por vecino de los servicios, que necesitan de otras vías de financiación para cubrir los deficitarios. Esta recaudación es dos euros menos que la media de la provincia, aunque hay municipios como Simancas donde sube hasta los 600 euros por vecino y Arroyo hasta los 648. Por contra, en Laguna baja a los 442, en La Cistérniga a los 384 y en Tudela se fija en 489 euros. Estas cifras casi se duplican si se tienen en cuenta los ingresos totales de todas las administraciones públicas obtenidos por cada habitante. En la capital son 919 euros, siete menos en la provincia.
En 2020, el Ayuntamiento de Valladolid cerró el ejercicio con una deuda de 106,9 millones, lo que suponía un nivel de endeudamiento del 41,3%, muy por debajo del límite legal del 110 por ciento.