Un siglo de pasión

R.G.R
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La Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor cumple cien años desde la restauración del arzobispo Remigio Gandásegui de 1923. Los pasos se concentraron gracias a un equipo de historiadores y la ayuda de hombres de la cultura

Un siglo de pasión

La procesión general del Viernes Santo es la columna vertebral 'de la Semana Santa, tal y como la conocemos hoy en día, aunque no siempre ha sido así. Es a partir de la restauración del arzobispo Remigio Gandásegui Gorrochátegui en el año 1922 (no pudo salir por la lluvia) cuando la procesión general cobra su sentido actual. Una restauración de los pasos por parte de estudiosos de la época que logró sacar a la calle algunos conjuntos como El Despojo, La Piedad o el Santo Sepulcro, hoy en día admirados y venerados por miles de vallisoletanos. 
La Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor se convierte así en un espectáculo de arte sacro en la calle. Un museo en movimiento en el que conviven obras de los grandes imagineros de los siglos XVI y XVII, como Juan de Juni, Francisco del Rincón o Gregorio Fernández, junto a otras más recientes o incluso contemporáneos como el zamorano Ricardo Flecha o la gaditana Ana Rey, primera mujer imaginera de la Semana Santa de Valladolid. 
Los llamados 'Pasos del Museo' tenían una dificultad. Las cofradías no contaban con los hermanos suficientes con experiencia para portarlos a hombros y las andas quedaron condenadas casi desde el primer momento. En 1930, la Virgen de las Angustias salió en su antigua carroza, pero sobre ruedas. No había más remedio. Entonces, las distintas hermandades estaban claramente necesitadas de nuevos cofrades. En 1922, la Real Orden del Ministerio de Instrucción Pública autorizaba la salida de los pasos del museo a la calle. 
 

Año 1927

En 1927, según se recoge en el libro Historia de una procesión, 200 años de la General del Viernes Santo, de Javier Burrieza, eran cinco las procesiones que tenían lugar en Semana Santa; la del Domingo de Ramos, el Vía Crucis del Miércoles Santo, la nueva de Penitencia y Caridad, la del Santo Entierro del Viernes Santo y la de Soledad. Eran 19 los pasos que salían ya a las calles, destacando los cofrades de Jesús Nazareno, Piedad y Angustias por sus capirotes y sus túnicas. 
Durante los años siguientes, distintas asociaciones se van sumando bajo el paraguas de Gandásegui a la procesión del Viernes Santo y juntan así nuevas figuras, como fue el caso de Juventudes Obreras Católicas, asociándose al paso 'Preparativos para la crucifixión'. Los Caballeros de la Legión Católica se encargaron de custodiar el paso de Elevación de la Cruz. Algunas personas se agruparon para alumbrar al paso 'Emisit spriritum', lo que finalmente sería el germen de la Cofradía de las Siete Palabras, que salió el Viernes Santo por primera vez en el año 1930. 

Año 1930

Un grupo de fieles salió en procesión el Viernes Santo solo por devoción y es el arzobispo Gandásegui quien les encarga el cuidado del llamado Cristo de los Carboneros, propiedad de la cofradía de Las Angustias. Con nuevos pasos y nuevas hermandades, en la procesión del Viernes Santo se va generalizando el uso de hábitos penitenciales, tanto en las cofradías históricas como en aquellas que surgieron a través de las investigaciones históricas realizadas. El Viernes Santo era, especialmente, religiosidad, pero poco a poco las autoridades se dieron cuenta del empuje turístico que tenía la Semana Santa. Era otra época y, a pesar de la reestructuración tanto en pasos como en cofradías,? no había lugar todavía para las mujeres. 

Año 1939

Ya en 1939, el Ayuntamiento cedió a la comisión encargada de organizar las procesiones la recaudación de tres tribunas que se habían establecido en la Plaza Mayor. Fue el germen de las gradas actuales. Ese mismo año, se incorporó al paso de la Dolorosa de la Vera Cruz, el Cristo de la Agonía y llega con el fin del conflicto civil, una mayor presencia de los grupos políticos y paramilitares a las cofradías. 
La procesión comienza a organizarse en torno a las 18.30 horas en la iglesia de Las Angustias. En realidad, comenzaba a las siete y media, pero antes se recepcionaba a las autoridades, ya con la presencia del Regimiento de San Quintín  y de la centuria de la Falange. A partir de aquí, en la Semana Santa de Valladolid ya se puede observar claramente la presencia de grupos políticos y militares convenientemente autorizados.   

Año 1950

Los cambios continúan produciéndose en la procesión hasta la primera salida de la Sagrada Cena de Juan Guraya en el año 1958. La ciudad se vio involucrada en la creación de estas tallas, ya que los medios de comunicación informaban sobre la llegada la ciudad de cada uno de los apóstoles, que eran depositados en la capilla de San Pedro. Se crean nuevas hermandades y se incorporan nuevos pasos por parte de las distintas cofradías. Es en el 1946 cuando se creaba la Junta Pro-Fomento de la Semana Santa, encargada de la promoción y organización de las procesiones. Desde el primer momento se habla de hostelería, de concurso de fotografías, de creación de más pasos, de hacer folletos y de que los medios de comunicación, especialmente las radios, se involucraran más con el recorrido del Viernes Santo.
Fue en 1950 cuando se instaló por primera vez la exposición de maquetas de la procesión del Viernes Santo, y también a partir de este año la Junta propone la creación de nuevos recorridos más allá de la procesión del Viernes Santo. Al final, en 1958 se incorporaba a la procesión la Sagrada Pasión del Redentor, el paso monumental de la Sagrada Cena con todos los apóstoles. 

Año 1960

El aumento del número de cofrades y pasos de cada una de las hermandades no estuvo exento de problemas de organización en un proceso de cambio hacia una mayor relevancia artística de la procesión. Ya en 1960 se produce un hecho de especial relevancia, como era una exposición en París dentro del ímpetu de acercar la capital francesa a Valladolid. También se llevaron imágenes de Gregorio Fernández. En 1962, el Ayuntamiento invitó a los embajadores de Alemania, Francia, Panamá y al rector de la Universidad de Grenoble. Ante esta clara apuesta por la promoción, en esta década sí existieron algunos problemas ocasionados siempre por la conclusión de la procesión. Algunas cofradías no esperaban a la llegada de Las Angustias, sino que una vez finalizado el recorrido se marchaban a sus respectivas sedes. De igual forma, es en 1966 cuando se plantea la necesidad de ampliar el recorrido para acoger a todas las personas que se concentran para ver la procesión. Eso sí, se prohibía la instalación de cajones en las calles para ver mejor.  

Año 1970

Los príncipes de España, Juan Carlos de Borbón y su esposa Sofía visitaron la Semana Santa de Valladolid en 1970. Pero los años 70 serán los de una importante crisis para la Semana Santa, tanto en grandes como pequeños detalles, con un importante deterioro en las carrozas. En 1972 se aprueba un nuevo recorrido, aunque obras en la ciudad ocasionaron problemas. Se hacía una llamada al decoro, hasta el punto de que el principio de la procesión tenía que esperar a que pasasen los últimos cofrades. En 1982, con motivo del Mundial de Fútbol, llegaron a Valladolid un sinfín de personalidades de distintos países y en el año 1985 tuvo lugar la retransmisión por parte de Televisión Española de la Procesión General. La Junta puso mucho interés en ello porque consideraba que era una oportunidad para que toda España viera la belleza de los pasos. 

Año 1990

La década de la llegada de las mujeres a las cofradías para salir en procesión con capirote. María Isabel de Frutos, del Atado a la Columna, fue una de las pioneras en el derecho de las mujeres a salir igual que los hombres. Fue una pelea no exenta de debate, pero poco a poco las cofradías fueron incorporando a las mujeres en puestos incluso directivos. 

Año 2000

La procesión contemporánea es un auténtico espectáculo de arte sacro, que se sitúa entre las mejores del país. Las veinte hermandades sacan a la calle 33 pasos de gran belleza, de imagineros de especial relevancia. La procesión está mejor regulada en la actualidad basada en la experiencia? y que continúa concentrando a miles de personas. Este año, como ha sido tradicional en los últimos cien, también se estrenará alguna talla por parte de las cofradías. Ya son cien años. Un siglo de pasión por las calles de Valladolid.