El Real Valladolid 2022-23 estará formado, al menos hasta el próximo mes de enero, por 23 futbolistas con ficha del primer equipo y cuatro canteranos, los inscritos en la Liga. Así se cerró el mercado de fichajes la pasada semana, en una ventana que la Dirección Deportiva del club vallisoletano aprovechó para hacer nueve incorporaciones y para dar trece bajas, cinco en forma de cesión.

Precisamente una de las cosas que más han llamado la atención del mercado ha sido que los blanquivioleta no cuentan con ni un solo jugador a préstamo en su plantilla. «Una casualidad», llegó a decir esta semana el entrenador, José Rojo Pacheta, reconociendo que intentaron cerrar alguno hasta el último momento y que añadiendo, sobre su equipo, que «tenemos equilibrio en la plantilla».

El pasado curso fueron siete los futbolistas que defendieron la elástica blanquivioleta en forma de cesión: Queirós, Josema, Monchu, Morcillo, Gonzalo Plata, Iván Sánchez y Cristo González. Sobre tres de ellos, el club ejerció la cláusula de compra, con diferentes condicionantes, pero abonando dinero por ellos. Los otros cinco regresaron a sus equipos de origen.

Esta campaña ninguna de las nueve incorporaciones han llegado cedidos. A los tres por los que el club ejerció su opción de compra, se suman los que llegaron libres, Sergio Asenjo, Sergio Escudero, Feddal y Narváez (aunque sobre ese último hay alguna duda); y Malsa y Kenedy, por los que el Real Valladolid también hizo pequeños desembolsos. Así, según la web Transfermarkt, la entidad que preside Ronaldo habría pagado 5,3 millones por todas las incorporaciones, ingresando solo por la salida de Alcaraz, al Cádiz, un millón. Las otras doce bajas habrían sido a coste cero.

A sus 23 fichas con el primer equipo hay que añadir los cuatro del filial que están en dinámica del primer equipo, Aceves, Fresneda (dentro del primer equipo a todas luces), Torres y Arroyo.