Derriban el convento de San Quirce para hacer una residencia

D.V.
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El proyecto contempla también la construcción de 72 alojamientos independientes asistidos para personas mayores

Derribo del convento de San Quirce y Santa Julita - Foto: Jonathan Tajes

 

Los promotores del proyecto de construcción de una residencia geriátrica y 72 pisos tutelados junto a la plaza de la Trinidad ya han acometido estos días el derribo de parte del convento de San Quirce y Santa Julita, como paso previo al inicio de la obra.

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De convento a apartamentos
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Las monjas cistercienses vendieron el verano de 2018 parte del convento de San Quirce y Santa Julita por algo más de diez millones a la inmobiliara Acginmo. La operación excluye la Iglesia, sede de la Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo, y se ha cerrado después de que el año pasado las monjas cistercienses abandonaran el convento para irse al Monasterio de las Huelgas. Una decisión forzada por la escasez de vocaciones. El proceso de transformación del inmueble respetará ciertos elementos, como el coro, de estilo barroco, con bóveda de cañón y sillería de nogal que data del siglo XVII.
El régimen elegido para la promoción es el de cooperativa, con la particularidad de que los socios tienen garantizado que solo tendrán que afrontar los gastos de sus propiedades. «Es decir, que, por ejemplo, si no se vendieran el 30 por ciento de los apartamentos, el grupo gestor se haría cargo de ellos y los gastos que generen», explicaba el responsable comercial de la inmobiliaria, Julio Muñoz a El Día de Valladolid. Las viviendas están destinadas a personas mayores. De hecho, aunque cualquiera puede adquirirlas, los residentes deben tener más de 59 años, si bien pueden vivir allí con algún acompañante de cualquier edad. El complejo ofrecerá una serie de servicios asistenciales adaptados a la edad de los inquilinos. Los propietarios tendrán que asumir un coste para el mantenimiento de las zonas comunes de 190 euros al mes. Un dinero que incluye, por ejemplo, servicio de teleasistencia las 24 horas, sistema de videovigilancia, la gestión del complejo, un conserje ocho horas al día y la limpieza de las zonas comunes y los apartamentos una vez al mes. Además, tendrán a su alcance otros servicios optativos, como la limpieza diaria de la estancia (o con otra frecuencia), la alimentación, rehabilitación, fisioterapia y la adhesión a programas de dinamización en las zonas comunes. El complejo contará con una piscina climatizada, una zona de juego, un gimnasio y un comedor. También dispondrá de zonas verdes en el patio interior de unos 4.000 metros cuadrados.