De nombre italiano y cocina mediterránea

M.B
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Roberto Miguel nos abre las puertas de La Commissione, un restaurante ubicado en Arroyo y con orígenes de Pedrajas y Olmedo

Marina García, chef de La Commissione. - Foto: Jonathan Tajes

Toribio y Paca estuvieron al frente durante muchos años del restaurante Meysa, en la Plaza Mayor de Olmedo. Allí, los bisabuelos de Roberto Miguel dirigían un local con tres comedores e incluso una pequeña estancia a modo de pensión. Allí también hizo sus pinitos el abuelo de Roberto, Dionisio. Desde entonces, la hostelería ha estado muy presente en la familia. Por eso, hace ocho años, ya camino de los nueve, el propio Roberto se lanzó a su propia aventura, con la apertura de La Commissione. Primero, en julio de 2013, en el barrio de La Vega, en Arroyo de la Encomienda; y hace algo más de dos años, pasando a su actual ubicación, en la calle Pisuerga, 40, del mismo municipio.

«Comenzamos como un restaurante italiano y poco a poco fuimos evolucionando, hasta dar el salto con el cambio de local, hacia una propuesta más de cocina mediterránea», señalan. El nombre tiene recuerdos y connotaciones transalpinas: «Lo elegimos entendiéndolo como esa reuniones que se hacían en Italia, es verdad que está vinculado a la toma de decisiones incluso de la mafia, pero nuestra idea era que nuestro restaurante fuese un lugar de reunión de familia, amigos, parejas...».

A pesar de cambiarse de ubicación justo unos meses antes de la pandemia, no dejaron de trabajar tras las primeras semanas de confinamiento, con comida para recoger y llevar: «Algo que también nos ayudó a darnos a conocer más».

Roberto Miguel, que se ha formado durante varios años en Arzuaga y Alquimia para volver a 'casa', está al cargo de la gestión; y Roberto Simal es su chef ejecutivo. En cocina, cuentan con seis personas para dar servicio a un amplio espacio «gastronómico, familiar, verde, divertido, desenfadado, donde respetamos el producto e intentamos aprender día a día».

De hecho tiene capacidad para unos 100 comensales, «algunos más pero con la pandemia hemos restringido», entre su gastrobar, con mesas altas y donde han añadido ahora unas referencias de su carta para aquellos que tienen un poco más de prisa: «Un picoteo informal»; un garden, una zona amplia con mucha iluminación; un comedor interior, donde en su momento hicieron algún evento; y una terraza exterior. Abierto de martes a domingo (menos por la noche este último día) esperan volver al horario continuo en breve, «para aquellos a los que le gusta alargar las comidas. No somos bar de copas, pero si les apetece, que la puedan tomar a gusto».

«Nuestra cocina es cien por cien mediterránea, cogiendo productos y preparaciones de la española y de la italiana, con platos fríos y calientes para degustar y compartir; con pastas frescas, pizzas tradicionales (y caseras), pescados y carnes seleccionados con mucho mimo, además de un mundo dulce totalmente artesanal y casero, siempre con un toque de creatividad y tradición», resumen sobre lo que se encontrarán los comensales en el interior de La Commissione.

La carta suele rotar con frecuencia, aunque siempre hay platos con continuidad, como los raviolis de burrata y boletus, los fagotti de pera, las pizzas y la ensalada de burrata, uno de sus buques insignia: «Con piñones de Pedrajas de San Esteban, que es el pueblo de nuestra familia. Es verdad que los bisabuelos son de Olmedo, pero ya la mayoría es de Pedrajas, como mi padre por ejemplo».

Aunque no hay un menú diario, el tique medio, en función de las bebidas (cuentan con alrededor de 80 referencias en vinos) y de algunos platos, suele rondar los 20-22 euros. 

«Un lugar donde respirar y sentirse cómodo, disfrutar de una rica comida en familia, una relajada cena con amigos o porque no saboreando uno de nuestros cócteles o copas», resume Roberto.