No tienen ningún problema en que se les etiquete como negacionistas, aunque ellos casi hablan más de afirmacionistas. No creen que la covid-19, el SARS-CoV-2, conlleve una pandemia. Aseguran que todo está manipulado, orquestado y dirigido desde grupos de poder que dominan el mundo. Ven censura en los medios de comunicación, en internet y en las redes sociales. Tienen claro que se están vulnerando sus derechos, con medidas coercitivas, como el toque de queda o los confinamientos. Añaden que en esos paquetes de medidas no hay ninguna que se refiera a la salud. No llevan mascarilla –salvo en contadas ocasiones en algunos espacios públicos y cerrados o para evitar algún conflicto–. Son tres, Joaquín, Javier y Francisco Javier. Vallisoletanos. Uno vinculado al deporte y los otros dos empresarios. Son la voz de un grupo, o varios grupos de Telegram, que se revelan ante lo que, entienden, ven: «¿Negacionistas? Al revés, nosotros vemos la realidad».
«Que no hay pandemia lo tengo claro. 1.3 millones de muertes no es una pandemia (mueren 8 millones de personas al año en el mundo por cáncer y no es una pandemia)», asegura Joaquín Velasco mientras relata que en el confinamiento se hizo muchas preguntas que aún se hace: «Lo pasé mal a nivel psicológico, sin dormir. Empecé a informarme en internet, en otros países...». Javier Prieto refrenda ese tema de los datos con una tabla: «Son datos oficiales y en octubre de 2020 llevábamos cien mil muertos menos que en el mismo mes de 2019». Los dos hablan a las puertas del centro cívico Delicias sin mascarilla. «Como fabricante de mascarillas tengo una cosa clara, es imposible frenar un virus con una. Y menos ahora, que cada vez tienen menos nivel de protección», añade Francisco José Miguel.
Velasco, entrenador de balonmano, relata su propia experiencia: «No me he contagiado, ni nadie de mi familia. Veo a mis padres, que tienen 80 años, todos los días y no tomo medidas extraordinarias, ni me echo gel, ni uso mascarilla... No estoy de acuerdo con que se lleve mascarillas». Él se considera un luchador pro derechos civiles: «Nos están intentando enfrentar entre las personas y no quiero. Nos están quitando muchos derechos... ahora resulta que es bueno el sedentarismo, el quedarnos en casa y no hacer ejercicio físico... o el jugar al ordenador (ironía)». Con todo deja claro que no es radical: «Si alguno de mis jugadores quiere entrenar con mascarilla no tengo problema. Pero creo que es perjudicial para el deporte».
«Los políticos llevan tomando las mismas medidas nueve meses. Parece premeditado, no creo que sean tan torpes», piensa en alto. En este punto recoge el guante Javier Prieto: «El virus de verdad son los políticos. Lo que está sucediendo es una manipulación. ¿Alguien ve a la gente muriéndose por las calles? Eso sí sería una pandemia. Están vulnerando nuestros derechos, metiendo pánico y miedo. Es todo mentira». Y pone como ejemplo el colapso hospitalario que se vivió otros años con las gripes: «No hay medidas sanitarias, no se investiga y si se hace se crea el Ministerio de la Verdad... eso se llama dictadura. No somos ni negacionistas, ni terraplanistas ni cuatro locos; el problema es que el pueblo está zombificado a través de los medios y las redes sociales». Prieto sí cree que existe el coronavirus pero no una pandemia: «Va a matar más el hambre y la desesperación futura que el covid». Las pruebas dicen que su mujer la ha pasado. Por ella a veces se pone mascarilla: «He perdido amistadas y relaciones con gente. Conocer la verdad estresa y me estresa que la gente no se dé cuenta».
Francisco José Miguel va más lejos aún: «Yo no lo achaco a la política, sino a los grupos/familias, el Cabal, que son dueños del mundo. Ellos imponen las medidas que quieren y los políticos dependen de ellos». Para él, todo lo que rodea a la covid tiene un objetivo: «Esta pandemia se ha creado para ganar las elecciones en Estados Unidos porque Trump se había revelado contra ellos». Al igual que Joaquín y Javier no lleva mascarilla, algo que le ha generado algún problema con la Policía –durante esta entrevista fue identificado–: «La gente tiene que despertar ya».
Los tres participan en varios foros locales y nacionales, con más de cinco mil integrantes. Ya han convocado media decena de concentraciones en la plaza Zorrilla:«La próxima será el 6 de diciembre».