El Ayuntamiento de Valladolid ingresa casi un millón de euros anualmente por la tasa de terrazas. Una cifra que creció exponencialmente en los últimos años por el incremento de licencias. Pero en mayo de 2020, se decidió, con el apoyo de todos los grupos municipales, suprimir esta tasa para aliviar el impacto de las restricciones sanitarias sobre el sector. Una media que se ha prorrogado también este ejercicio, aunque se haya duplicado la extensión de suelo público ocupado por las terrazas para hacer frente a las restricciones que se mantendrán hasta el próximo lunes en el interior de los locales.
Unas limitaciones que se suprimen mayoritariamente para la hostelería, pero el Ayuntamiento todavía no quiere anunciar que se recuperar esta tasa municipal. El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, considera que ha mejorado la situación sanitaria, pero asegura que los hosteleros le han trasladado que todavía se mantiene el miedo de los clientes a entrar en el interior de los bares. Por eso, el equipo de Gobierno plantearán una recuperación gradual de este tributo con una planificación para los próximos dos años. Puente explicó que se hará con diálogo con el sector y reitero que todavía no hay una decisión tomada, pero a la vez queda claro que la mejora sanitaria no justifica mantener esta exención.
Lo que sí está decidido es mantener congelados las tasas e impuestos municipales para el próximo año. Una medida que se toma por séptimo año consecutivo y que el alcalde ha querido poner en valor en unos momentos difíciles para las economías familiares y empresariales. «Es un récord que no se había registrado nunca en la historia democrática de este Ayuntamiento. Con esta decisión y que los vallisoletanos pagarán en 2022 en concepto de impuestos lo mismo que en 2016», recalcó. Y destacó que en su mandato no ha subido la presión fiscal sino que ha bajado por la supresión de la tasa de basura. «Las familias, autónomos y empresas se habrán ahorrado 70 millones de euros por este concepto que si hubiera permanecido en el gobierno el PP».
Buena salud económica.
La aprobación del proyecto de ordenanzas fiscales en Junta de Gobierno es el primer paso de la tramitación que culminará con la aprobación definitiva de las mismas en el Pleno del próximo mes de noviembre. El equipo de Gobierno ha basado esta decisión en dos argumentos, ya que Puente ha recalcado que la salud económica del Ayuntamiento es «férrea» y considera que estas medidas contribuyen a aliviar la situación económica de familias y empresas en la crisis económica que ha causado la pandemia de la covid-19.
Una idea que desgranó el concejal de Planificación, Pedro Herrero, que detalló que hay dos modelos en la gestión tributaria, el «procíclico» y el «contracíclico». El primero de ellos consiste en incrementar los impuestos cuando «vienen mal dadas» en términos económicos y «ajustan las cruentas al contribuyente» mientras que en el segundo se gestiona «con prudencia» en tiempos de «bonanza» para poder «revertirlo en la sociedad cuando vienen mal dadas».
Herrero, al igual que Puente, contrapuso esta gestión tributaria con la que llevaba a cabo el Gobierno municipal del Partido Popular, que como aseguró Puente «subió los impuestos un año tras otro», si bien posteriormente el concejal de Planificación y Recursos apuntó que el PP congeló los impuestos en 2008 y 2014, pero para recordar que su política tributaria era «tramposa», informa Europa Press.
Herrero recordó que el Gobierno de León de la Riva tenía el mecanismo de incrementar los impuestos cada año en función del incremento del IPC del mes de agosto y así subió «un 12 por ciento» los tributos municipales «en plena crisis económica, de 2018 a 2013». Pero, ha añadido, cuando el citado índice fue negativo, en 2008 y 2014, no bajaron los impuestos, sino que los congelaron, de modo que Herrero ha apostillado que «no bajaron los impuestos nunca».
Por ello, Pedro Herrero incidió en que «tiene que ser un gobierno progresista quien demuestre que se puede gobernar de otra manera». Además, ambos se comprometieron que el equipo de Gobierno continuará con la política de bonificaciones que en el último ejercicio contable supusieron un ahorro de 14 millones de euros para los contribuyentes.
Además, Puente ha defendido que la congelación de impuestos no supone un obstáculo para la inversión, y recordó que en el actual ejercicio de 2021 se ha presupuestado una suma «récord». Eso sí, ha mencionado el préstamo que suscribió a comienzos de año el ayuntamiento para sufragar buena parte de ellas. La previsión para 2022 es que la necesidad de endeudamiento sea menor, y recordó que todavía no se ha cerrado el actual ejercicio y que habrá que ver si «sobra» una parte de la cantidad suscrita este año.
Críticas del PP.
El concejal del PP, José Antonio de Santiago-Juárez, apuntó que le parece «bien» que se congelen los impuestos pero ha reprochado que el equipo de Gobierno diga que llevan «siete años sin tocar los impuestos» porque defendió que en 2020, «año de plena pandemia», el recibo del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) «aumentó» debido al incremento de los valores catastrales. También incidió en que congelar los impuestos «es lo que se tiene que hacer en momentos de crisis económica».