Punk-rock independiente con cartel nacional e internacional

M.B
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Peib, Álex, Sam, Miles y Álex son Free City, una banda vallisoletana con cinco discos a sus espaldas y mucha cuerda por delante

Punk-rock independiente con cartel nacional e internacional

Guitarras y baterías altas. Punk-rock. Free City es uno de esos grupos de la escena musical vallisoletana que apenas necesita presentación. Lleva años encima de los escenarios, girando sus cinco discos, y poniendo patas arriba salas de media España y alguna en el extranjero (han tocado en Los Ángeles y en varios países europeos, como Francia, Bélgica y Holanda).

Desde el pasado mes de mayo son cinco integrantes, con la incorporación de un segundo Álex, que se ha hecho cargo de la guitarra rítmica, dejando a Peib ya solo a los mandos del micrófono. Hasta entonces, y desde sus inicios en Simancas, habían sido cuatro. Amigos, unidos por el skate y la música, decidieron juntarse en 2008 para empezar a tocar en la casa de Sam (bajo y voz) y Miles (batería). Álex (guitarra solista), Peib (voz) y los dos hermanos, Sam y Miles, formaron Free City casi de forma amateur, aunque fueron grabando en los primeros años maquetas e hicieron bolos. «El nombre está asociado a Valladolid. Era un momento en el que con el anterior alcalde, De la Riva, la escena musical estaba en peligro. Era el anhelo de pedir libertad para la ciudad», explican sobre el porqué de ese nombre, aunque se guardan una versión alternativa para más adelante.

Con muchas referencias nacionales e internacionales, en 2014 dieron un paso adelante grabando su primer disco, 'El aullido del silencio', con 8 temas: «Teníamos ganas de hacer algo más grande, juntamos el dinero y nos lanzamos a ello». Los dos siguientes años fueron muy prolíficos, grabando otros dos discos: 'Realidad invisible' (11 temas) y 'Atemporal' (8 temas), siempre de forma independiente. «Lo que notamos desde el principio es que lo que das, recibes. Teníamos y tenemos mucha ilusión y fuerza», añaden.

A partir de esos discos empezaron a moverse a nivel nacional, llegando a disfrutar de conciertos en el extranjero, «casi más por la experiencia». En seis años sacaron a la luz cinco discos y ahora quieren tomárselo con calma, girar el último, 'Visiones', que salió en marzo de 2020, justo antes de la eclosión de la pandemia. 

Acaban de tocar en el Tsunami Xixón, en el Tresparock y en el Resurrection Fest; y les espera el AbejaRock (Béjar), el Jalisco Fest (Astorga) y el 5 de septiembre, las Moreras en su Valladolid.

Profetas en su tierra, cantan en castellano y con letras que lanzan mensajes que salen de dentro de ellos: «Son temas personales, no hay una propaganda clara. 'Tiramos de dentro'». Componen todos, a veces juntos y a veces por separado. Y se les nota mucha química, en los escenarios y fuera de ellos. Su estética va emparejada a su estilo de vida, a ese skate que de vez en cuando siguen practicando y al mundo del rock, con tatuajes. Aunque en las tablas no tienen un estilo definido: «Vestimos igual arriba que abajo».

Aunque no viven de la música, tienen aún la ambición de sobrevivir de ella y que, al menos, no les cueste dinero: «Tenemos ganas de componer, sin prisa, y de reventarlo el doble o el triple. Y lo haremos».