Qué mejor forma de celebrar la vuelta de la afición a las gradas del estadio José Zorrilla que con una victoria. Tres puntos que sirven para empezar a escalar posiciones en la clasificación de la Liga Smartbank y para mandar un mensaje contundente a sus rivales: el Pucela es uno de los favoritos al ascenso.

El Real Valladolid se anotó el primer triunfo de la temporada en un partido que dejó muy claro a la hinchada cuáles van a ser las señas de identidad del equipo de Pacheta en esta campaña en Segunda. Velocidad, intensidad, juego por bandas, mucha gente por delante del balón... Los goles los pusieron Javi Sánchez y Toni Villa para certificar ese 2-0 ante el Real Zaragoza.

Pero el duelo no fue ningún paseo y el Zaragoza disfrutó también de sus ocasiones, aunque los vallisoletanos siempre llevasen más sensación de peligro con sus fugaces transiciones en las que lució el 'nuevo' Toni Villa. El también capitán ha abandonado definitivamente su posición en la banda de estas temporadas pasadas y se mueve en la medular con soltura, mezclando bien con el otro interior titular este viernes, Óscar Plano, y ayudando en tareas defensivas al único medio centro del once que dispuso Pacheta para el debut en Zorrilla: Roque Mesa. Por ellos tres pasa el balón a velocidad de vértigo, rumbo a los dos flancos, propiedad de Olaza y un Luis Pérez que solo aguantó media hora el intenso ritmo; un pinchazo en el muslo izquierdo obligó a su sustitución por Janko. Los carrileros van de campo a campo constantemente, apoyando en tareas defensivas a los tres centrales (Joaquín, Kiko Olivas y Javi Sánchez) y surtiendo de balones a Weissman y Sekou, el invitado sorpresa de un equipo titular del que se cayó a última hora un Marcos André al que se sitúa ya en Valencia. Bajo palos, por cierto, volvió a estar Roberto Jiménez con el merecido traje de portero titular.

Real Valladolid - Real Zaragoza. - Foto: LaLiga

Pacheta repetía el plan de Las Palmas, con mucho juego por bandas, pero también con mucha velocidad por los pasillos interiores de un Zaragoza que no supo tapar esos huecos hasta que a la media hora llegó la pausa de hidratación y JIM aleccionó a los suyos. Para entonces, Javi Sánchez ya había adelantado a los pucelanos con un disparo lejano con la zurda que sorprendió a Ratón y al propio zaguero.

La reacción de los maños llegó a través de una clarísima ocasión, nada más volver del parón, en la que Iván envió al palo un balón que solo podía ser gol, tras una genial combinación del ataque visitante que tenía a Roberto ya batido. Los visitantes pudieron empatar y hasta ponerse por delante en unos minutos en los que tuvieron al rival a su merced, pero no acertaron y el Pucela llegó al descanso en ventaja.

El entrenador blanquivioleta dejó en la caseta a Sekou y dio entrada a Fede San Emeterio, sabedor de que Roque necesitaba ayuda en la sala de máquinas del equipo. El Real Valladolid resistía y daba la sensación de que podía sentenciar en cualquier contra, pero los minutos pasaban y el Zaragoza seguía a un gol del empate. Tocaba sufrir, como no... Pero instantes después de que el equipo arbitral anunciase los cinco minutos de descuento y cuando la afición se preparaba ya para un final de infarto, apareció Toni Villa para sacar nota en la asignatura que más le cuesta: el gol. 

Pacheta corría celebrándolo por la grada, los jugadores por el césped y la hinchada hacía lo propio en las gradas. Los tres puntos se quedaban en casa. El Pucela brindaba la primera (de muchas) de la temporada a los suyos, después de año y medio alejados de Zorrilla.