Hace ya casi ocho años que el Ayuntamiento, con la llegada del actual equipo de gobierno, eliminó la tasa de basuras que veníamos pagando todos los vallisoletanos y que suponía unos ingresos de 10 millones de euros anuales a las arcas municipales. El argumento sostenido por los ediles socialistas, con Óscar Puente al frente, era la injusticia para los ciudadanos de un tributo que ya se pagaba incluido en el recibo del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) desde 1983. Sin embargo, este periodo se acabó y el mismo alcalde que los suprimió (o quien lo sustituya tras las elecciones) volverá a poner en marcha en los próximos meses una nueva tasa de basuras, eso sí obligado por una normativa estatal, que fijará sus importes siguiendo el criterio de 'quien contamina paga'.
La nueva regulación sobre la recogida y el tratamiento de residuos encarece sobremanera no reciclar y además obliga a repercutirlo a los vecinos, por ello las arcas municipales deberán soportar un sobrecoste que puede suponer hasta 20 veces más de lo que se pagaba hasta ahora. Visto así, cada uno deberá apechugar con lo suyo, desde luego, pero deberemos todos responsabilizarnos y tomarnos en serio el reciclaje de nuestros residuos desde casa. De nada sirven más contenedores y más frecuencia de recogida si no hacemos una selección correcta en nuestros hogares, con bolsas separadas y sabiendo lo que va en cada una de ellas.
Desde luego, el reciclaje y tratamiento de residuos es la asignatura pendiente para los ciudadanos y para la administración. Se ha avanzado mucho, pero aún hay muchos flecos. La dificultad para conseguir reciclar bien es grande, desde el espacio que cada uno dedicamos a ello en nuestras viviendas hasta el tratamiento que luego se le da en las plantas. Aún nos queda mucho para alcanzar  la denominada economía circular, aunque hay que seguir trabajando duro para que sea una realidad. La tecnología existe, la necesidad es clara, pero hace falta mayor concienciación y mucho dinero público para lograr el éxito social en esta tarea.
La nueva ordenanza que tramitará el Ayuntamiento en los próximos meses, y cuyo contenido desvela Maite Rodríguez en este periódico, endurece las sanciones para quienes incumplan con el sistema de recogida de basuras establecido en Valladolid. Dejar cartón y otros enseres fuera de los contenedores, mezclar residuos de diferentes tipos, no respetar los horarios de depósito, sacudir alfombras u otro tipo de ropa de hogar desde las ventanas, lavar los coches en la calle o no recoger los excrementos de los animales, entre otras cosas, saldrán muy caras. Desde 350 hasta 3,5 millones de euros, en función de la gravedad de los hechos. Desgraciadamente, los ciudadanos respondemos mejor cuando nos tocan el bolsillo que con otro tipo de argumentos (el ejemplo más claro son las sanciones de Tráfico), aunque es imposible que pueda haber un policía local en cada zona de contenedores para ver quién tiene un comportamiento inadecuado.
Indudablemente, sobre el reciclado de residuos aún falta mucha educación, quizás los niños más pequeños ya están adquiriendo unos hábitos desde la escuela que a los más mayores nos faltan. Sin embargo, es tarea de todos y a ello debemos colaborara los de cualquier edad, mucho más los adultos que tenemos una responsabilidad sobre nosotros mismos y nuestras familias. Sin embargo, hay que reclamar a las administraciones, pues todas ellas tienen competencias y regulan sobre la materia, un mayor esfuerzo presupuestario para digitalizar y mejorar el servicio, pues todo el esfuerzo no puede recaer sobre los ciudadanos.
De momento, prepárense para volver a pagar la tasa de basura. Y además, vayan reciclando bien, separando residuos y llevando cada uno a su contenedor o planta correspondiente. Empecemos ya, aunque aún queden unos meses para la nueva ordenanza y el tributo municipal.