Arsénico y nitratos, un problema en extinción en los pueblos

R.G.R
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Ningún municipio ha solicitado aljibes a Diputación por problemas de contaminación de agua durante los tres últimos años a pesar de las protestas de Ecologistas en Acción por el uso de abonos en la agricultura y la presencia de arsénico en pozos

060721JT_0083.JPG - Foto: Jonathan Tajes

La localidad zamorana de Toro ha sufrido durante un mes problemas en el agua de boca. Fue el 7 de diciembre del año pasado cuando la Consejería de Sanidad declaró el agua de la red de abastecimiento no apta para el consumo ante un aumento de los niveles de arsénico, que han superado el límite establecido en la normativa. Al igual que el municipio zamorano, la mayor parte de las localidades de la provincia han sufrido problemas de contaminación de agua durante las dos últimas décadas. De forma periódica, y principalmente desde el año 2007, más de 170 de los 225 municipios de la provincia han tenido que realizar algunas actuaciones o cortar el suministro del agua de boca en alguna ocasión. La presencia de arsénico, nitratos y sulfatos ha ocasionado problemas, y la Diputación ha tenido que suministrar agua ante la necesidad de cortar el suministro de boca. 

Un problema endémico que poco a poco parece ir solventándose. Las administraciones han hecho un gran esfuerzo para dotarse de más y mejor infraestructura en la captación de agua potable y esta política de los últimos años comienza a dar sus frutos. Esta misma semana la institución provincial destinaba 200.000 euros en ayudas destinadas a garantizar el abastecimiento de agua en 44 municipios de la provincia de Valladolid, bajo cualquier situación sobrevenida. El objetivo de estas subvenciones es ayudar a los ayuntamientos a sufragar las obras y reparaciones, de bajo coste económico y que respondan a necesidades urgentes y sobrevenidas, tendentes a dar solución a los problemas de escasez de agua para abastecimiento potable urbano. 

El diputado de Cooperación, Fernando Esteban, indica que durante los últimos quince años se han instalado numerosas desnitrificadoras en pueblos y también se han construido nuevas canalizaciones y conexiones a pozos que están ayudando a que no haya problemas de suministro. De esta forma, los bomberos de la Diputación no han tenido que suministrar agua a ningún municipio desde el año 2019. Tres años sin que ningún municipio haya tenido que cortar al agua por problemas de arsénico y nitratos. 

- Foto: J.TajesLos alcaldes son conscientes de que la contaminación no ha desaparecido, sino que entienden que las nuevas infraestructuras están ocasionado que el problema esté en vías de extinción y que ya no haya cortes de suministro. Las actuaciones se han llevado a cabo a lo largo de los últimos tres lustros. «Fue a partir del año 2007 cuando se dieron los mayores problemas», recuerda Esteban. Desde ese momento y año a año se han instalando máquinas de depuración de agua. Sin ir más lejos, en el año 2012 se instaron doce desnitrificadoras que solventaron la contaminación existente en los municipios de Casasola de Arión, Adalia, San Llorente, Torrecilla de la Abadesa, Valdearcos, Fuente el Sol, Salvador de Zapardiel, Corrales de Duero, Pedrosa y Rubí de Bracamonte. En Wamba ese mismo año los niveles de nitratos estaban por encima de lo permitido, pero hace tres años se instaló una máquina que también solucionó el problema. «Llevamos ya tres años sin ningún tipo de problemas de agua desde que se instaló la máquina», comenta su alcalde, José Luis Álvarez. 

Mancomunidades. Matapozuelos, Castrodeza, Siete Iglesias de Trabancos, Torrecilla de la Orden, Tordehumos y Villabrágima tuvieron que ser abastecidos por la Diputación en el año 2013, aunque ya han podido solventar sus problemas y actualmente no tienen ningún tipo de problemas en este sentido. Matapozuelos realizó en 2013 una inversión cercana a los 150.000 euros para conectarse a la red de la Mancomunidad Río Eresma. El Ayuntamiento lanzó un bando desaconsejando el consumo «humano» de agua por que se han superado los niveles de arsénico permitidos por la reglamentación sanitaria. Un problema superado que no ha vuelto a aparecer. Las conexiones con el agua de las mancomunidades ha sido otro de los recursos para evitar los cortes de agua en los municipios. «En el caso de los pueblos de la Mancomunidad de la Churrería se hace así, cuando una analítica en un pueblo ofrece niveles por encima de lo permitido, lo que se hace en proporcionar agua a ese pueblo de la mancomunidad y no se tiene que cortar el suministro», explica Esteban. 

Otros pueblos se han decantado por tener más de una captación de agua potable para que en el caso de que la habitual se contamine por cualquier circunstancia poder tener más posibilidades para llevar el agua al municipio. Es el caso de Ciguñuela. Su alcalde, Alberto García, destaca que la localidad dispone de tres pozos diferentes de agua y «nunca tiene problemas de suministro». 

Sin embargo, desde Ecologistas en Acción no están de acuerdo con esta postura de falta de problemas en la provincia y mantienen que en algunos pueblos de la provincia existen aguas contaminadas por el uso de herbicidas y abonos agrícolas que contaminan el agua subterránea. Afirman que la superficie actual de zonas vulnerables en Valladolid ha aumentado respecto a la del año 2009 y aclaran que municipios como Cogeces del Monte, Nueva Villa de las Torres, San Pelayo, Torrecilla de la Torre, Villalbarba, Adalia, Casasola de Arión y Pedrosa del Rey  se mantienen a lo largo de los años con una contaminación del agua muy elevada, superando los 50 miligramos de nitratos por cada litro de agua en la mayoría de los años. En referencia al arsénico, exponen que en 2020, Carpio y Nueva Villa de las Torres continuaban en situación crítica superando los 10 µg/L y a ellos se les sumaba San Miguel del Arroyo y Muriel. Los que superan los 5,1 µg/L eran Fresno el Viejo, Brahojos de Medina, Bobadilla del Campo, Lomoviejo, Bocigas, Pollos, Valdestillas y Aldeamayor de San Martín.

 

«El arsénico es un problema sin solución que aparece con el tiempo. Hay que tener varias tomas de agua»

La Universidad de Valladolid ha realizado estudios periódicos sobre la contaminación de agua en varias zonas de la provincia y ha concluido que la captación de los pozos para riego cambia el pH del agua y provoca la aparición y desaparición de este veneno 

Sin solución con el arsénico, aunque sí con los nitratos o sulfatos que aparecen en el agua subterránea en la provincia. El Grupo de Química Analítica y Electroquímica de Materiales de la Universidad de Valladolid ha llevado a cabo varios trabajos sobre el origen y la presencia de contaminantes en los acuíferos. Los trabajos profundizan en el origen y los mecanismos de dispersión del arsénico, un contaminante que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sitúa entre las diez sustancias químicas más preocupantes para la salud pública. 

El catedrático de Química Analítica Enrique Barrado Esteban, coordinador del grupo de investigación, explica que el arsénico es un problema que no tiene solución y que aparece o desaparece dependiendo de varios factores, entre los que destaca la explotación de los acuíferos. «La captación de agua para el riego hace que en ocasiones se modifique el pH y aparezca el arsénico», indica. 

En un  estudio elaborado por este grupo en la zona de Tierra de Pinares  los científicos hallaron correlaciones del arsénico con otras variables hidroquímicas, así como alteraciones en el pH de las aguas que supera valores de 8'5. A juicio de los expertos, «la intensa explotación de los acuíferos superficiales y profundos que explican el incremento de la concentración de arsénico y su movilidad».

?Barrado también hace hincapié en el nivel de los acuíferos a la hora de la aparición del arsénico e indica que es «muy difícil» eliminar el arsénico del agua al tratarse de un componente natural. «Existen filtros y otros métodos para mejorar la calidad del agua, pero es muy difícil que termine desapareciendo».  

Sobre los nitratos, este catedrático de la Universidad indicó que su presencia se debe a «prácticas agrícolas» y al uso de fertilizantes en el campo ocasiona que en momento de lluvia lleguen hasta los pozos y sondeos que se utilizan para el consumo humano. «Lo hacen de forma gradual cuando llueve y los nitratos en la tierra se filtran al subsuelo», argumentó.