La Guardia Civil cree que el cadáver de Esther López fue colocado en el lugar del hallazgo y se sospecha que tuvo que ser horas antes de la aparición, en la madrugada del viernes al sábado, según ha podido confirmar El Día de Valladolid. Es la hipótesis sobre la que trabajan los investigadores, que confían en la localización de algún vestigio biológico del autor en la zona en que fue abandonado el cuerpo sin vida de la mujer de 35 años.

La autopsia de la vecina de Traspinedo también se antoja fundamental para intentar desenmascarar al responsable (o responsables) de la desaparición y muerte de Esther, dado que el cadáver puede contener también restos de ADN del autor del crimen. Una autopsia que también debe determinar tanto la fecha como las causas de una muerte que, en cualquier caso, nadie duda de que ha sido homicida, aunque esto no se ha confirmado aún por los forenses.

El hallazgo se produjo sobre las 10.30 horas, cerca de una cuneta de la carretera que conecta la N-122 con Traspinedo. Una zona en la que se habían efectuado batidas y donde el cuerpo no pudo pasar inadvertido, toda vez que estaba sobre la superficie, tal como explicó el jefe de la Guardia Civil de Valladolid, el coronel Juan Miguel Recio, quien detalló que el cadáver no estaba enterrado. "Tenemos que ser muy minuciosos con la investigación. Ahora por desgracia ya no hay prisa y tenemos que hacerlo lo mejor posible, para hallar todas las pruebas posibles que nos permitan esclarecer el hecho sin lugar a dudas", añadió en declaraciones recogidas por Ical.

Los agentes de la Guardia Civil en la zona en la que se encontró el cuerpo sin vida de Esther López. - Foto: Claudia Alba

Esther López despareció la madrugada del 12 al 13 de enero, supuestamente en las inmediaciones del restaurante La Maña, en el desvío de la N-122 hacia Traspinedo, a unos metros de donde, según creen los investigadores, han depositado el cadáver tras tres semanas de intensa búsqueda. Un paseante se encontró la mañana de este sábado con el cuerpo y la autoridad judicial confirmo a primera hora de la tarde que, como se temía, era Esther. El lugar del abandono, muy a la vista de cualquier persona que pasará por la zona, invita a pensar a los investigadores que el autor quería que fuera localizado fácilmente y poner fin a la búsqueda.

El caso continúa bajo secreto de sumario. En sus pesquisas, la Guardia Civil ha llegado a detener a un hombre, que fue puesto en libertad seis días después por falta de indicios de su participación en la desaparición, y a interrogar a otro en calidad de investigado, aunque no llegó a ser arrestado. Éste último es uno de los dos amigos de Esther con los que, supuestamente, la fallecida estuvo la madrugada de su desaparición.