40 años de Ribera: de salvar las vides a exportar a 100 países

R.G.R
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Los fundadores de la Denominación de Origen solo pretendían proteger sus viñedos en una época en que se arrancaban para sembrar cereales y ahora las bodegas de Ribera venden ya más de cien millones de botellas por todo el mundo

40 años de Ribera: de salvar las vides a exportar a 100 países

La Denominación de Origen Ribera de Duero comenzó a gestarse mucho antes de que fuera ratificada su creación de forma oficial. En la década de los 60 comenzaron a surgir las primeras iniciativas de carácter empresarial, pioneras de la futura industria del vino en la comarca. Nacen las cooperativas. Como recogen los archivos históricos del Consejo Regulador, fueron el Instituto Nacional de Denominaciones de Origen, los Servicios de Agricultura y las instituciones provinciales y locales, junto con un buen número de viticultores, bodegueros y cooperativistas, quienes sumaron esfuerzos para consolidar una marca bautizada tiempo después con el nombre de Ribera del Duero.

Ismael Arroyo (Bodegas Ismael Arroyo), Pablo Peñalba y Pilar Pérez de Albéniz (Bodegas Peñalba López), Víctor Balbás (Bodegas Balbás), Anastasio García (Bodegas García de Aranda), los Hermanos Pérez Pascuas, y los responsables de las cooperativas Santa Eulalia, hoy reconvertida en bodega comercial, Rauda, Virgen de la Asunción , Tierra Aranda, y la entonces cooperativa Protos de Peñafiel fueron algunos de los nombres del  vino que participaron en la creación de la Denominación de Origen Ribera del Duero. Se unieron en esta hazaña a nombres procedentes de la administración como Juan Javier Villagra (técnico de la Sección de Industrias Agrarias), Francisco Montoya (presidente de la Diputación de Burgos, institución que amparó técnica y económicamente el proyecto), Gabriel Yravedra Llopis (director técnico del Instituto Nacional de Denominaciones de Origen, dependiente del Ministerio de Agricultura), José Ignacio Gutiérrez Escudero (delegado del Ministerio de Agricultura) y Pedro Llorente (delegado del Ministerio de Agricultura por Valladolid, ayudó a diseñar territorialmente la DO), que decidieron apostar por la constitución de una marca de calidad seguros del potencial de los vinos de esta comarca.

Juntos alumbraron en 1975 esa idea de solicitar la creación de la Denominación de Origen Ribera del Duero, pero no fue fácil. Eran tiempos combulsos para la zona.  Se arrancaban viñas, se cerraban cooperativas, y se vivía una gran recesión económica. Así que el primer paso fue informar, convencer e implicar a viticultores y cooperativistas (el ochenta y cinco por ciento del vino que se elaboraba en aquellos años lo producían las cooperativas).

Vendimia en Ribera del Duero. Vendimia en Ribera del Duero. - Foto: Jonathan TajesSe mantuvieron diversos encuentros y el proyecto se afianzó durante la Semana del Vino de la Ribera, que se celebró en 1976 aprovechando el 25 aniversario de la Cooperativa Santa Eulalia de la Horra. 

El 21 de julio de 1982, por orden del Ministerio de Agricultura, se aprobó el primer reglamento y se constituyó, formalmente, la Denominación de Origen Ribera del Duero y su Consejo Regulador.

En su constitución intervinieron José Ignacio Gutiérrez (primer presidente del Consejo), Javier Villagra (secretario), así como profesionales de distintos ámbitos que ejercieron como vocales del órgano inicial. 

Hasta 1988, con la celebración de elecciones al Consejo Regulador de Ribera del Duero, el primer pleno que regentó la DO se ocupó de crear un logotipo, diseñar las primeras contraetiquetas, abrir los registros de viñas y bodegas, y todo lo que conlleva una marca de calidad oficial.

Desde entonces han trascurrido 40 años de lucha y esfuerzo en la promoción de la marca. La denominación de origen Ribera del Duero se ha convertido en un auténtico mastodonte vitivinícola situándose como la tercera del país que más vende tanto en el mercado nacional como en el exterior. Desde luego no ha sido un camino fácil. El punto de partida fue prácticamente nulo, tan solo con la ilusión de un grupo de bodegueros que quería defender sus vinos, a vender en la actualidad a más de cien países.   

La sede del Consejo Regulador está actualmente en Roa de Duero (Burgos) y fue inaugurada en 2011 por el rey emérito Juan Carlos I. La denominación comprende el territorio parcial de cuatro provincias castellanoleonesas (Soria, Burgos, Valladolid y Segovia) a lo largo de 110 kilómetros, abarcando un total de 118 localidades. 

Actualmente hay 302 bodegas amparadas bajo el sello de la Denominación de Origen Ribera del Duero. Es habitual que muchas de estas bodegas también elaboren vino en otras zonas vitivinícolas de España. Más de 60 pertenecen al consorcio de la Ruta del Vino, abriendo sus puertas y ofreciendo visitas guiadas a los enoturistas. 

La Ribera del Duero burgalesa es la más extensa (con el 73,4% del viñedo), seguida de la vallisoletana (20,3%), la soriana (5,50%) y la segoviana (0,71%). Los 7.894 viticultores de Ribera del Duero hacen un intenso trabajo de poda y aclareo buscando un bajo rendimiento de la viña, en aras de una uva de excelente calidad. En los últimos diez años se están produciendo de media 4.380 kilos de uva por hectárea, muy por debajo de los 7.000 kilos que admite la normativa. El 9% de los viñedos tienen más de 80 años, habiendo sido plantados antes de 1940, siendo algunos de ellos centenarios y de principios del pasado siglo.

El año pasado se vendieron más de cien millones de botellas de vino y aumentó la exportación un 20,1% en volumen con respecto a 2020. Las exportaciones crecieron de forma general en la mayoría de los países, destacando de manera significativa la evolución creciente durante el último año que han experimentado mercados como el de Estados Unidos (con un incremento del 30% sobre el volumen de 2020), México (+28%), China (+37%), Dinamarca (+41%) o Reino Unido (+34%). «La denominación exporta sus mejores vinos, cada vez más valorados en los mercados internacionales», destaca el presidente de la denominación, Enrique Pascual. La denominación ha pasado de nacer para salvar los viñedos a vender a más de cien países. 

Ribera exporta un 18,2 por ciento del total de su producción (13.683.824 litros), con un crecimiento importante y sostenido que permite tener grandes perspectivas futuras. 

¿Qué características tiene la vendimia ribereña? Suele empezar con el inicio del otoño: a finales del mes de septiembre o, a más tardar, a principios de octubre. Esto se debe fundamentalmente a las características climatológicas de cada región y al tipo de uva que se cultiva: los viñedos están sometidos a bruscos contrastes de temperatura entre los días y las noches estivales.

En el año 2018 se estableció el récord para una cosecha con más de 125 millones de kilos y eso teniendo en cuenta la selección de uva que se hace por parte de viticultores y bodegas.