El 'paraíso' de Mariano y Covadonga

M.B.
-

El Mesón Don Enrique lleva desde 1988 apostando por la comida tradicional castellana, con dos menús diarios y un sinfín de propuestas gastronómicas, en barra y en mesa

Imagen de la cocina del Mesón Don Enrique. - Foto: Jonathan Tajes

El martes es el día del cocido. El jueves, el de la fabada. Y el domingo, el de la paella. Pero hay más. Un menú diario y otro especial, con diez primeros y diez segundos a elegir. Y más. Una carta amplia, con raciones, tapas, ensaladas... Y más. Una barra repleta de pinchos. Es el Mesón Don Enrique, situado en la calle Paraíso, 9, en la que es uno de los establecimientos hosteleros más veterano. Allí abrió sus puertas un 10 de mayo... de 1988. Y allí continúa con una línea de trabajo similar desde sus comienzos.

«El Mesón lo abrieron nuestros padres, Mariano y Covadonga, junto a nuestros tíos Isaac y Jesús», recuerdan los hermanos Rodríguez García, Nacho e Iván. Por entonces, sus padres estaban al frente del Kansas, solo un par de números más adelante de la misma calle, una cafetería-churrería a la que querían hacer crecer: «Les surgió la oportunidad de este sitio, que era el local del Diario Regional, donde guardaban entre otras cosas bobinas. Se hizo una importante obra antes de abrir». Y se eligió un nombre de la familia, el del abuelo materno de Nacho e Iván, Enrique, oriundo de la zona de Cistierna en León.

Desde sus inicios, se apostó por la comida tradicional castellana, por esos guisos que se mantienen en la carta... aunque los primeros platos que entraron fueron los leoneses, como la cecina y el resto de embutidos, y la morcilla de León: «Siempre apoyados en una buena materia prima. Nuestra madre mandaba en la cocina. Estuvo treinta años al frente, hasta que se jubiló».

Morro con tomate del Mesón Don Enrique.Morro con tomate del Mesón Don Enrique. - Foto: Jonathan TajesCovadonga y Mariano estuvieron a los mandos del Mesón Don Enrique hasta 2013, cuando la Lotería de Navidad repartió parte del primer premio en este establecimiento. A partir de entonces son sus hijos, Nacho e Iván, los que tomaron el testigo. «Pocos cambios hemos hecho, salvo que somos una de las sedes de la Peña Real Madrid en Valladolid», asegura Iván. En la gastronomía han seguido apostando por la cocina tradicional castellana, «que se está perdiendo y nosotros seguimos manteniendo».

Así que de lunes a domingo cuentan con dos menús del día. Uno, por 17,5 euros entre semana y por 19,5 el fin de semana. Y otro, especial, por 25,5 entre semana y 27,5 el fin de semana. «Son diez primeros, diez segundos, pan, bebida y postre... entre los que destacan el cocido los martes, la fabada los jueves o la paella los domingos», apuntan.

Luego, en su carta apuestan por la carne morucha: el chuletón, el entrecot o el solomillo; por el morro con tomate, «receta heredada de nuestra madre» o por el rabo estofado. El menú, además, se mantiene también como opción para las cenas. «Contamos con raciones y pinchos, con muchas referencias, como el torrezno de Soria, las croquetas caseras, los callos, los calamares... todo hecho al momento», añaden.

Abierto todos los días del año (menos Navidad y Año Nuevo), de diez de la mañana a cierre, tienen también productos de temporada, como los níscalos en esta época o los caracoles en abril. 

El Mesón tiene dos plantas. Una primera para unas 30 personas sentadas («en un día de partido podemos llegar a las...», se acuerdan hablando de las semifinales de la Champions del pasado año) y una segunda con dos comedores, uno pequeño para 14 comensales y otro para 40. Estos dos últimos invitan a cenas de amigos o de empresas en estas épocas del año.

Su cercanía con el hospital y su ubicación, en una de las calles con más solera de la hostelería, le hacen ser un referente desde que ese 10 de mayo de 1988 Mariano y Covadonga apostaron por ampliar su negocio con un nuevo local.