Dos modificados retrasan las obras de la A-11 otros dos años

R.G.R
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La Delegación del Gobierno afirma ahora que en octubre se han aprobado dos proyectos complementarios ante la mala calidad de la tierra, pero no indican el sobrecoste que tendrán

La calzada está completamente anegada por la lluvia. - Foto: Jonathan Tajes

Detenidas. Así han estado las obras de la Autovía del Duero (A-11) en los dos tramos que se construyen en la provincia de Valladolid durante este año. No se han movido prácticamente tierras, no se han levantado puentes ni tampoco se han realizado operaciones de desmontaje de laderas en las partes más altas. Nada de nada. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana asegura a este periódico que el tramo entre Tudela de Duero y Quintanilla de Arriba está al 20 por ciento de ejecución. Una situación irrisoria teniendo en cuenta que las obras de estos 20,2 kilómetros ya deberían estar ya terminadas. Sí, acabadas. El plazo de ejecución del proyecto estaba contemplado en 36 meses y las obras arrancaron en diciembre de 2019. Es decir, la autovía tendría que estar finalizada y en funcionamiento y, por el contrario, solo se han ejecutado uno de cada cinco euros de los 79,9 millones destinados a la infraestructura.

Se da la circunstancia de que la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, recordó esta misma semana que esta autovía es una «prioridad» para el Gobierno. Lo que no indicó la responsable gubernamental es que la obra lleva paralizada meses. En agosto, el Ministerio de Transportes informó a este periódico que este tramo entre Tudela y Olivares estaba al 20 por ciento. Exactamente el mismo porcentaje actual. Ni un solo avance. 

El tramo entre Olivares y Quintanilla de Arriba no está ni mucho menos en una situación mejor. Los trabajos únicamente han avanzado un dos por ciento desde el mes de agosto hasta completar un grado de ejecución del 19 por ciento. Una situación pareja a la anterior. En este caso, son 14,5 kilómetros donde apenas se ha avanzando en el trazado y las instalaciones de unas pocas infraestructuras elevadas. En agosto, los trabajos llegaban al 17 por ciento y ahora están tan solo en el 19, según los datos del ministerio. Se da la circunstancia de que la adjudicación de los trabajos de esta parte de la autovía se realizó en el mes de noviembre de 2019, con un plazo de ejecución de tres años. Esto representa que en noviembre de 2023 debería estar terminada. En poco más de nueve meses, se debería desarrollar por parte de la adjudicataria todo lo que no se ha hecho en más de dos años.

Calzada de la futura A-11 a su paso por Tudela de Duero. Calzada de la futura A-11 a su paso por Tudela de Duero. - Foto: Jonathan TajesSin embargo, esta situación de los contratos iniciales ha cambiado. Desde la Delegación del Gobierno se explica que las empresas adjudicatarias junto con la dirección de obra presentaron sendos modificados de obra en el mes de enero de este año e indican que durante su resolución, según la Ley de Contratos, no se puede trabajar en aquellos tramos afectados. El motivo principal fue la baja calidad de la tierra y su escasa densidad en comparación con los estudios realizados mediante las catas previas. Reconocen que no se han resuelto los modificados, pero que en la última semana del mes de octubre la ministra de Transportes autorizó la reanudación de los trabajos. Durante estos diez meses las obras estuvieron casi paralizadas en gran parte del trazado y ahora habrá que esperar a que se resuelven los modificados, aunque las obras han podido reactivarse. Estas mismas fuentes indicaron que los modificados aún no reflejan el aumento de las cuantías que supondrá la realización de los trabajos. Es decir, Transportes aún desconoce cuánto dinero más tendrá que sufragar por estos cambios, aunque evidentemente el montante subirá de forma notable. Lo que sí se conoce ya es el nuevo plazo de ejecución. Estas mismas fuentes destacaron que no será hasta finales de 2024 o principios de 2025 cuando estén terminadas las obras. Más de dos años después de la previsión inicial prevista en el primer contrato de adjudicación. Los vallisoletanos están condenados así a continuar circulando por la N-122 al menos otros dos años a su paso por la provincia.

Los alcaldes de algunos municipios que se están viendo afectados por los trabajos también se muestran sorprendidos por los ocurrido, con la paralización de las máquinas y la ausencia reiterada de trabajadores.  Juan Villa es el alcalde de Villabáñez, una de las localidad por donde transcurrirá la autovía cuando esté concluida. Se muestra completamente sorprendido por lo que está sucediendo y reconoce que es «lamentable». «Aquí vemos de vez en cuando dos palas y un camión o poco más y no sabemos muy bien qué está ocurriendo», apunta. 

Así, la imagen que en estos momentos ofrecen las obras desde Tudela de Duero hasta Quintanilla de Arriba es calamitosa. El trazado se reconoce a la perfección, ya que desde que acaba el tramo desdoblado de la N-122 se puede ver cómo sube por el páramo en dirección a Villabáñez y Villavaquerín. Es solo un movimiento de tierras que la lluvia ha convertido en un auténtico barrizal. 

Infraestructura sin ningún tipo de conexión en OIivares.Infraestructura sin ningún tipo de conexión en OIivares. - Foto: Jonathan TajesLlama la atención la instalación de las infraestructuras de hormigón, que permanecen en algunos casos a medio terminar y en medio de la nada. Solo barro y tierra alrededor y ni siquiera están acompañados por las correspondientes elevaciones del terreno para hacer los pasos subterráneos. Así llevan ya varios meses sin que se hayan producido cualquier tipo de avances. «Así, no la acaban en 30 años», reconoce el regidor de Villabáñez. 

Igualmente, también es destacable preguntarse por el destino del dinero que, ejercicio a ejercicio, desde el Ministerio se anuncia en los presupuestos para esta autovía y que luego no se ejecuta. Solo un 20 por ciento está ya construido, cuando se ha presupuestado mucho más dinero desde su adjudicación. 

Los movimientos de tierras sí dibujan el futuro trazado.
Los movimientos de tierras sí dibujan el futuro trazado. - Foto: Jonathan Tajes
Y mientras tanto, los conductores continúan sufriendo los avatares de la Nacional 122. Cabe recordar que esta misma semana, un hombre de 57 años perdía la vida en una colisión frontal en Traspinedo. No ha sido la primera víctima mortal  este año, sino que ya son tres. Otras doce personas resultaron heridas. Un clara muestras de la peligrosidad de la N-122 a la espera de avances que no llegan en la autovía.