El Fundación Aliados quiere despedir el año con una victoria en casa -aunque no será en el Pabellón Pilar Fernández Valderrama, sino el sábado, a partir de las 18.30 horas, en el Lalo García- ante un Mideba Extremadura que no es el rival temido de otras temporadas. La plantilla del rival es escasa, pero que cuenta con jugadores de gran nivel, por lo que no hay lugar para la especulación, sino de dar ese último arreón para terminar 2022 con buen sabor de boca.

Los extremeños se están defendiendo con un quinteto formado por los colombianos Jhon Hernández, Joymar Granados y José Leep, el exjugador del cuadro vallisoletano, Juan Luis Pérez Tinin, y el mexicano Sandoval, con un único cambio a cargo del veterano José Cano, lo que limita mucho su juego, puesto que el desgaste de sus jugadores es importante.

El técnico del conjunto morado, José Antonio de Castro, tiene claro que, aunque Mideba ocupe la última plaza liguera "no hay que confiarse, sino que el objetivo ha de ser trabajar más la defensa y mejorar en ataque, tratando de huir de esos minutos locos en los que el equipo se descentra, y finalizando más fácil, sin complicarse tanto la vida".

Además, el Fundación Aliados debería hacer valer su potente juego interior, con Adrián Pérez, Van Brunschot y Fabián Romo, ante un rival que apenas cuenta con opciones en esta faceta, con la excepción de Sandoval, un experimentado jugador, al que habrá que prestar atención para que "no se cuele en la pintura" y pueda hacer daño con cómodos lanzamientos.

No ha sido una semana fácil para los vallisoletanos, puesto que se han visto obligados a cambiar de pabellón, con los inconvenientes que eso supone, y la plantilla ya está deseando poder tener un merecido descanso, ya que ha sido un comienzo de temporada duro, que les permita cargar pilas con la familia y amigos en las próximas fechas navideñas.