Desmantelada una red internacional de ciberdelicuentes

D.V.
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La investigación se inició en Valladolid. Los delincuentes utilizaban el método del 'phishing' y a mulas bancarias

Varios agentes de la Policía Nacional de Valladolid. - Foto: Policía Nacional

Agentes de la Policía Nacional llevaron a cabo una investigación, iniciada en Valladolid, que se saldó con la detención de cinco personas en Melilla por un presunto delito de estafa y pertenencia a grupo organizado, que se dedicaba a estafar a través de internet a numerosas víctimas utilizando el método de 'phishing' y mulas bancarias. 

La investigación, que se inició con la solicitud de la Policía Nacional de Valladolid para que desde la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Jefatura Superior de Policía de Melilla se localizase a una de las titulares de una cuenta bancaria investigada, continúa abierta y se ha identificado a otras dos personas, desarticulando con ello una red de ciberdelincuentes que consiguió un botín superior a los 10.000 euros.

El método utilizado para las estafas era el conocido como 'phishing', una técnica de ciberdelincuencia basada en el fraude, el engaño y el envío masivo de comunicaciones, haciéndose pasar por empresas, bancos o instituciones de reconocido prestigio, con el objeto de obtener datos personales, credenciales de acceso y claves de productos financieros de las víctimas, para así conseguir operaciones financieras no autorizadas.

También utilizaron el método de las mulas bancarias, titulares de cuentas sobre las que los miembros de la organización criminal ejercían un control total. Las mulas son captadas generalmente entre personas muy jóvenes y sin trabajo, quienes facilitan la gestión de estas cuentas bancarias y teléfonos móviles asociados de los que también figuran como titulares a cambio de una remuneración. De manera que son en estas cuentas bancarias donde las víctimas, mediante engaño, hacían sus transferencias, las cuales eran inmediatamente transferidas hacia otras cuentas en el extranjero, ya que disponían desde el principio de las claves de acceso y el teléfono móvil asociado para superar la verificación de dos pasos.

Estos jóvenes no solo facilitaban el control de las cuentas bancarias y un teléfono móvil, sino que incluso acudían a sucursales bancarias de Melilla, donde efectuaban múltiples extracciones fraudulentas en cajeros automáticos, entregando las cantidades obtenidas a terceras personas, obteniendo un beneficio a cambio.