La semana del acueducto, por el doble puente festivo, avanza entre goles futbolísticos y goles políticos a doquier. España se va del Mundial de Qatar con una desoladora actuación frente a Marruecos. El famoso 'tiki taka' que hizo brillar en Sudáfrica a la Selección Española ha sido ahora un fracaso táctico de difícil explicación. Más de mil pases y apenas un par de tiros a portería.

En clave política, el punto de mira del 'toma y daca' nacional tampoco para. De momento, nos deja el gol marcado por Pedro Sánchez en los actos de celebración del Día de la Constitución, al anunciar ante la prensa su intención de reformar el delito de malversación de la Carta Magna. No parecía ni el momento ni el escenario propicio para convertir esta jornada dedicada a la fiesta de la democracia en el 'día de la malversación', pero cuando hay tantas prisas por atender las exigencias de sus socios parlamentarios, en este caso las de ERC, todo vale. Puede ocurrir como con la improvisada ley del 'sí es sí', en el que hemos comprobado que la precipitación y falta de consenso son malos compañeros de viaje para evitar defectos de forma y su inasumible aplicación. Son cuestiones con aristas muy espinosas que le podrían costar al presidente del Gobierno una importante pérdida de votos en las elecciones generales del año próximo. ¿Habrá alguna exigencia más? Casi seguro que sí, y si no tiempo al tiempo.

En el lado opuesto, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien, por cierto, parece andar aún en busca y captura de percebes gallegos, no termina de fraguar una imagen consistente y sólida en el ámbito de la incesante pugna nacional. Feijóo alza la voz contra Sánchez, en una retahíla de reproches que, al menos, mediáticamente le restan el protagonismo preferente que debería tener el jefe de la oposición. No se trata tanto de endurecer las formas en su discurso, sino de introducir en él aquellos elementos que despierten el ansia de cambio entre el electorado.

En esta semana de goles también nos hemos enterado de que el Consejo de Ministros ha elegido La Coruña para albergar la Agencia de Inteligencia Artificial y la ciudad de Sevilla como sede de la futura Agencia Espacial Española. Un anuncio que no ha hecho esperar las reacciones, entre ellas las del presidente autonómico Alfonso Fernández Mañueco. El jefe del Ejecutivo de Castilla y León ha acusado a Pedro Sánchez, de volver «a castigar a Castilla y León» con esta decisión, ya que León, Cebreros y Palencia optaban a la Agencia Espacial, mientras que Salamanca y Segovia lo hacían a la Agencia de Inteligencia Artificial. Tanta candidatura puede haber jugado en contra de los intereses regionales, como alertaba el líder autonómico del PSOE, Luis Tudanca, pero no vamos a ser tan ingenuos como para no saber que en la elección de las ciudades ganadoras hay muchos otros factores que inclinan la balanza en un sentido u otro. En este caso, el 'tiki taka' también era obvio y, como sucede en el fútbol, sólo pasan de fase los que acaban metiendo la bola en el fondo de la red. A lo que se ve, Castilla y León juega en otra liga y mucho de lo que aquí pasa sólo es atribuible a quienes, como Luis Enrique, tiene la responsabilidad de colocar correctamente las mejores piezas en el tablero de juego.