UGT ha presentado hoy una denuncia ante Inspección de Trabajo contra la empresa de seguridad Eulen, adjudicataria del servicio de vigilancia del hospital Clínico y del Edificio Rondilla en Valladolid, por tener a sus empleados trabajando con chalecos de seguridad inadecuados.

Según un comunicado del sindicato, en 2019 la empresa dotó a sus vigilantes de seguridad de un chaleco anticorte, con fecha de caducidad en 2020. Cuando en noviembre de 2021 UGT advirtió a la empresa de la necesidad de renovar el equipo para garantizar la seguridad de sus empleados, la compañía contestó aduciendo que "no existía motivo funcional alguno para tener que cambiar los chalecos".

Sin embargo, desde el sindicato, se denuncian que los chalecos son antihigiénicos, porque no se pueden lavar, y tampoco permiten al vigilante agacharse, correr o maniobrar físicamente con ellos para evitar un acto delictivo, "puesto que son rígidos y muy pesados. Además, y ante esta situación, según UGT, los vigilantes de seguridad propusieron a la empresa costearse un modelo mejor y más cómodo, pero la empresa se negó.