Rafael Monje

DE SIETE EN SIETE

Rafael Monje

Periodista


Bonito espectáculo

20/02/2022

Hace unos cuantos años, cuando la gente escuchaba la radio y leía de cabo a rabo el periódico, además de ver los informativos en la tele, el criterio se escribía con mayúsculas. La información fluía de un modo razonablemente lento para que nuestros maltrechos cerebros interpretasen e interiorizasen la realidad antes de compartir en el bar los pensamientos resultantes.
En aquella época, los españoles no estaban tan hartos de votar. ¡Cómo íbamos a estarlo, si los votos conforman la puerta de la democracia! Después de tanto tiempo sin poder expresar la opinión y sin poder elegir a los gobernantes, ¿quién iba a emitir la más mínima queja?
Pues hoy, con toda nuestra libertad de expresión y con la cantidad ingente de comicios que nos hemos metido entre pecho y espalda en los últimos años, percibo un hartazgo general instalado en el alma de la ciudadanía votante. ¿Qué el multipartidismo tiene estas cosas? Puede ser. Pero es nuestro multipartidismo y lo hemos elegido nosotros.
Por eso, escuchar tanta queja moralizante sobre el resultado de las elecciones autonómicas en Castilla y León no debe hacernos perder de vista lo verdaderamente importante. Y es que lo que de verdad importa es el bienestar de las personas y el mantenimiento y el desarrollo de los derechos que hemos adquirido con el esfuerzo de generaciones pasadas.
Qué tendrían los padres de la Constitución y toda una generación de mujeres y hombres, políticos de verdadera raza, que dejaron caer las defensas para llegar a acuerdos. Está claro que tenían algo que nosotros no tenemos. O que quizá hayamos olvidado.
Por eso, confío en que quien tiene que llevar la batuta tras los resultados de los pasados comicios lo haga de la manera más sensata, desde el diálogo con todas las fuerzas con representación parlamentaria, y pueda lograrse conformar el mejor gobierno posible dentro del arco parlamentario tan atomizado como nunca.
Multiplicar por 13 los escaños logrados en Castilla y León ha convertido a Vox en una incomodidad manifiesta para el PP, y además lo ha hecho donde más duele: desde el medio rural, primordialmente. Si su lema ya lo hacía presagiar: 'Siembra'.
Si no hay pacto posible, una hipotética repetición de las elecciones no haría sino incrementar los sillones del partido que lidera Abascal.
Tampoco el PSOE está para ninguna alegría y, presumiblemente, el nuevo gobierno cogido con pinzas que encabece Mañueco dará, a la postre, alas a los socialistas en próximas convocatorias. Lo que se dice ir preparando el terreno para las municipales y las generales.
En este contexto, un bonito espectáculo protagonizado de manera estelar con actores salidos de la factoría del PP, la lucha por el poder eleva el nivel de desencuentro entre Isabel Díaz Ayuso y Génova. El enfrentamiento parecía adormecido, pero solo estaba latente, como hacen los volcanes.
Mientras, las fuerzas que representan la España vaciada se frotan las manos y lo que un día fue Ciudadanos en las Cortes pierde estrepitosamente el plural. O sea, que bien podría pasar a denominarse 'Ciudadano', así, en singular, dada la representación unipersonal con la que se queda.