De mayor quiero ser...

M. Rodríguez
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Los alumnos de 3º y 4º de la ESO del Liceo Francés tienen su primera aproximación al mundo laboral mediante unas prácticas de observación en distintas empresas de Valladolid. Un ejercicio que pretende ayudarles a elegir su carrera profesional

La diseñadora Mayaya explica a Martina García cómo confecciona uno de sus sombreros. - Foto: Jonatan Tajes

Ingeniería industrial, Veterinaria o diseño de moda. Estas son tres de las opciones que han elegido los alumnos de 3º y 4º de la ESO del Liceo Francés de Valladolid para su primera inmersión en el mundo laboral.

En el sistema educativo español no existen experiencias similares con alumnos tan jóvenes, ya que todos se mueven entre los 13 y los 15 años. Pero en el plan curricular francés la prácticas de observación de los estudiantes en las empresas son obligatorias desde hace más de 20 años. «Forma parte de su formación abrirles al mundo laboral y ayudarles a elegir su camino», explica el director del centro educativo privado.

Este programa conlleva que los chicos tengan que «buscarse la vida» para conseguir una empresa donde realizar estas prácticas.  Algo que, en principio, no siempre es fácil porque más de uno de los empresarios se mostró sorprendido cuando los estudiantes se pusieron en contacto con él. Este es el caso de Mario Herreros, propietario del Centro Veterinario Covaresa, al que acudió Alba García, de 15 años, para solicitar estas prácticas. «Era una situación inédita pareció muy tierno que la niña viniera sola a pedir estas prácticas», comenta Herreros. Por su parte, Alba llegó a esta clínica gracias a la recomendación de una amiga que lleva sus mascotas allí. 

Alba García Rodera realizó sus prácticas en la Centro Veterinario de Covaresa.Alba García Rodera realizó sus prácticas en la Centro Veterinario de Covaresa. - Foto: Jonatan TajesLa estudiante optó por esta empresa porque le gustan «mucho» la Ciencia y los animales. «Pensé que sería un buen sitio y me gusta poder comprobar cómo tratan a los animales para curarles», explica. En su primera experiencia se mostró encantada de auscultar a un perro y escuchar su corazón. En este sentido, en la clínica se han esforzado en transmitirle, durante los tres días que ha durado la  experiencia, conocimientos de «una forma didáctica y amena». Luego la alumna deberá hacer una memoria de su experiencia como observadora y finalmente realizará una presentación pública a sus compañeros de su experiencia.

Martina García, de 14 años, también es alumna de 3º de la ESO. De momento, no tiene nada claro por dónde orientar su futuro laboral y decidió orientar sus prácticas de observación hacia una de sus mayores aficiones: el mundo de la moda. «Me gustan muchas cosas. La moda es una afición y decidí pedir las prácticas en esta tienda porque una amiga hizo prácticas aquí el año pasado y le encantó», explica. La tutora de Martina durante estos días ha sido Mayaya, la diseñadora vallisoletana de sombreros, que tiene su taller en la calle López Gómez. En este caso todo fue más fácil porque ya tenían la experiencia del año anterior y no les sorprendió que alguien tan joven se dirigiera a ellos para hacer prácticas. «Les enseñamos cosas generales del mundo de la moda. Es poco tiempo y tratamos de darle un visión general», detalla Mayaya.

Una inmersión total en el trabajo de Industrias Maxi es la que ha tenido Óscar Fernández, de 14 años, que recibió a El Día de Valladolid con la equipación personalizada de la empresa. El estudiante  se decantó por esta opción tras un foro de empleo que se organizó en el colegio, donde acudieron distintos profesionales. Entre ellos estaba Josúe García, responsable del departamento de metrología y jefe de proyectos. Él le facilitó la tramitación del convenio que tienen que firma la empresa y el colegio para cubrir la estancia del estudiante.

Óscar Fernández anota las explicaciones que recibe de Josúe García en Industrias Maxi.Óscar Fernández anota las explicaciones que recibe de Josúe García en Industrias Maxi. - Foto: Jonatan TajesUna ayuda que el joven agradece porque asegura que está «muy interesado» por las ingenierías industriales, la robótica. Y cuando se informó por internet de cómo era la empresa supo que era lo que buscaba. Una sensación que se ha confirmado durante sus prácticas. «He estado en el taller, el corazón de la empresa, que tiene mucha diversidad de trabajo ya que fabrican desde piezas para coches o para aerogeneradores», puntualiza. El estudiante también valora muy positivamente el clima de trabajo que ha visto en la empresa, pero es consciente de que el mundo laboral que le espera es duro «porque hay que cumplir horarios, hay estrés por hacer bien tu trabajo,...». Por su parte, su mentor en la empresa apunta que le está resultado «muy interesante ayudar a los niños a elegir sus estudios» y esta primera experiencia de prácticas de observación posiblemente no sea la última porque apunta que están «muy implicados en el tema de la formación».

Esta metodología educativa, que posibilita esta pequeña incursión en el mundo laboral, también se valora positivamente por los padres, que observan «encantados» como sus retoños dan sus primeros pasos hacia la orientación de su futuro laboral y como estas prácticas pueden ser decisivas para ello.