Alfonso González Mozo

PLAZA MAYOR

Alfonso González Mozo

Periodista


La memoria de los mundiales

19/11/2022

Mi primer recuerdo de un Mundial es de Italia'90. Ese otoño cumpliría 12 años y lo cierto es que no tengo en la memoria más que algunas imágenes sueltas de ese mes de junio en el que España caería en la prórroga del partido de octavos de final, tal como solía pasarle hasta que Villa, Torres, Casillas, Xavi, Iniesta, Puyol y compañía nos cambiaron la vida futbolística en el mágico ciclo 2008-2012. 
Míchel con el '21', Zubi, Butragueño, Génar Andrinúa y Sanchís de centrales...Todavía conservo ese álbum de Panini en el que salían los nuestros junto a los Maradona, Francescoli, Roberto Baggio, Ruud Gullit, Lothar Matthäus, Careca, Gary Lineker... Los cromos repetidos acababan en una chapa para disputar con mi primo Iván nuestros propios mundiales de aquel verano en el que Alemania levantó la copa más bonita con un gol de penalti de un lateral izquierdo; eran otros tiempos.
De Estados Unidos'94 tengo recuerdos mucho más nítidos. Mi alma de defensa me hacía sentirme especialmente identificado con aquella Selección que Javier Clemente convirtió en una reunión de centrales que lo mismo hacían su oficio que el de los medios centro. Un equipo feo pero muy pasional en el que Caminero era la estrella y Salinas, el antihéroe que falló aquel gol cantado contra Italia en ese duelo de cuartos en el que Tassotti reventó la nariz a Luis Enrique en una imagen que se nos clavó en la memoria. Quizá con VAR, ese grupo hubiera jugado las semifinales tras competir como nadie volvió a hacerlo hasta que el gran Luis Aragonés se inventó a un equipo campeón en la Euro 2008, en medio de una ola de ataques mediáticos, con portadas vergonzosas con las que se le castigaba por dejar fuera al madridista Raúl González.
Fue casi lo mismo que le había pasado a Clemente en Estados Unidos'94 y se parece bastante a lo que le sucedió a Luis Enrique en la última Eurocopa –donde condujo a España hasta las 'semis'– y lo que le está pasando estos días, a las puertas del Mundial de Catar. La compleja personalidad del seleccionador y la ausencia de ciertos jugadores (sobre todo, los de marchamo madridista como Sergio Ramos) ha reabierto la veda para que la crítica sea feroz. Ojalá la historia se repita y veamos a la España de Luis Enrique competir entre reproches, como con Clemente o Aragonés, y este Mundial se nos termine clavando a todos en la memoria.