Los visados para vivienda nueva caen un 22,5% en Valladolid

D.V.
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El Colegio de Arquitectos de Valladolid visa 1.327 nuevas viviendas en el último año, 386 menos que en 2021

Grúas para la construcción de viviendas en Valladolid.

El número de viviendas de obra nueva visadas en 2022 descendió en Valladolid un 22,5 por ciento, al pasar de las 1.713 tramitadas en 2021 a 1.327 en el año que se acaba de cerrar, según los datos del Colegio de Arquitectos de Valladolid (COAVA). Así, vuelve a unas cifras cercanas a los años anteriores, después de que en 2021 se disparase fruto de las carencias observadas durante el confinamiento que llevaron a muchos ciudadanos a invertir el ahorro logrado en la pandemia. 

Sin embargo, desde la institución colegial advierten de que no se trata de una vuelta a la normalidad: "Se ha regresado a los niveles anteriores, pero la normalidad tendría que estar por encima de los datos actuales", señala el presidente del COAVA, Manuel Vecino. Y es que desde la institución entienden que el panorama de inflación e incertidumbre está detrás de esta caída. "El miedo a la construcción entre los particulares existe porque han subido muchísimo los precios, ahora mismo la mayoría de los constructores dan un presupuesto abierto que fluctúa, porque cada semana puede subir mucho el coste de algunos materiales, y esto retrae a la gente", añade Vecino.

No obstante, el panorama que dibujaron el confinamiento y las restricciones de los dos años anteriores aupó la demanda de vivienda unifamiliar, cuyos visados subieron un 10,2 por ciento, hasta los 552. Esta tendencia al alza se inició en 2021 y se ha mantenido también durante el último ejercicio, cuyas cifras alcanzan niveles no vistos en los años previos a la pandemia. Este tipo de construcciones suponen ya el 41 por ciento del total de viviendas nuevas que se visan en Valladolid, una proporción que se va compensando después de que en los últimos años ganasen terreno los pisos.

Se constata de este modo que los ciudadanos valoran las prestaciones de un tipo de vivienda que cuente con espacio privado al aire libre para aprovechar sin salir de casa. En este sentido, también se apuesta en mayor medida por elementos de ocio en el seno del edificio o de la finca. Un ejemplo de ello es el nuevo incremento de visados para piscinas, que el año pasado, con un verano inusualmente caluroso, volvieron a subir un 9 por ciento, hasta un total de 36. 

Ya en 2021 esta cifra se había duplicado, con valores en ambos casos muy por encima de los datos de los ejercicios anteriores. "Cuando hace calor, la gente busca maneras de refrescarse, y quien puede se plantea hacerse una piscina en su terreno. Va a seguir haciendo calor, el cambio climático está ahí, y lo de que aumenten las piscinas es una evidencia", apunta Vecino.

Se moderan las reformas

La caída en el número de visados de vivienda nueva se ve compensada, sin embargo, por la subida del número de visados para reformas, que en 2022 aumentaron un 13,6 por ciento con respecto al año anterior, un incremento que sin embargo supone una desaceleración. Durante el último ejercicio se visaron 292 rehabilitaciones de cierta consideración en viviendas ya existentes, el dato más alto del último lustro y que duplica el volumen de las restauraciones que se realizaban en los años inmediatamente anteriores a la pandemia.

Las necesidades detectadas en los hogares durante las semanas de confinamiento provocaron un incremento de las reformas que comenzó en 2021 y que se ha mantenido también en 2022, aunque a un ritmo mucho menor. En este ámbito se incluyen todo tipo de rehabilitaciones, ampliaciones o cambios de uso de construcciones residenciales. Sin embargo, desde el COAVA no creen que las subvenciones de los fondos europeos hayan incentivado especialmente el aumento de las reformas: "El que tiene que hacer una reforma la hace, pero el hecho de que exista una subvención tampoco motiva a nadie a hacer una reforma cuando no la iba a hacer".

Tal y como sucede en los últimos años, en 2022 la inmensa mayoría de las nuevas construcciones para uso residencial que han sido visadas por el COAVA eran de vivienda libre. Las viviendas de protección oficial (VPO), 72 en total, suponen sólo el 5 por ciento de los proyectos aprobados.

Obras no destinadas a vivienda

Las edificaciones para usos diferentes a la vivienda crecieron un 19,2 por ciento en el último año, en el que el COAVA ha pasado de visar un total de 94.858 metros cuadrados de superficie a 113.059. Estos proyectos comprenden elementos de uso comercial y equipamiento sanitario, hotelero, administrativo y docente, entre otros. En cambio, las reformas en este tipo de construcciones experimentaron una reducción del 26,6 por ciento en el último año, en el que sólo se reformaron 39.933 metros cuadrados en total. De este modo, se constata que se construye más nuevo en lugar de reformar equipamientos ya existentes.

Desde el COAVA ya advirtieron hace 12 meses de la preocupación que les provocaba la dificultad de mantener un comportamiento, el de 2021, que invitaba al optimismo, y sostienen que la falta de ahorro en algunos sectores se ha terminado manifestando. "Las administraciones han gastado mucho por la pandemia y la crisis energética y esto hace que se quite dinero de las inversiones, algo que ya estamos notando y que tememos que vaya a continuar", explica Manuel Vecino.

En este sentido, los profesionales calculan que en los próximos meses los visados, en general, experimentarán aún una pequeña caída. "Esperamos y tenemos confianza en que no sea algo dramático ni que lleguemos a niveles de 2010, pero lo más probable es que no suba mucho, sino que más bien se mantenga parecido o un poco más bajo que el año 2019", concluye.