El camino al confinamiento

EFE
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Las tímidas medidas iniciales frente al coronavirus cumplen 15 días en activo, en un país tomado ahora por la limitación del estado de alarma

El camino al confinamiento - Foto: Jorge Torres

Parece que han pasado meses, pero fue solo el pasado día 10 cuando se empezó a tomar conciencia sobre el impacto del coronavirus en España. Esa jornada clave, Vitoria cerró todos sus centros educativos y, 24 horas después, dieron el mismo paso la Comunidad de Madrid y La Rioja. Eran las primeras y tímidas medidas frente al COVID-19, con una duración inicial de dos semanas, que justo ayer expiraron en medio de un país inmerso en el estado de alarma.

De la preocupación de miles de padres que no sabían entonces dónde colocarían a sus hijos o cómo se apañarían con el teletrabajo que comenzaban a ofrecer sus empresas se ha pasado al estupor ante el aumento de contagios y muertes y la falta de material sanitario imprescindible para frenar la pandemia.

Atrás queda el primer positivo de un turista alemán que se había infectado en su país y que fue aislado el 31 de enero en La Gomera. Menos de dos meses después, España ha superado a China en número de muertos por la enfermedad.

En la prehistoria de la epidemia se sitúan también las primeras ruedas de prensa del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, rebajando la preocupación ante la ausencia de caos de transmisión local, y la repatriación de una veintena de españoles residentes en Wuhan huyendo del confinamiento decretado por China.

Pese al empeño por transmitir tranquilidad, el mensaje no caló en los organizadores del Congreso Mundial de Móviles de Barcelona previsto para finales de mes, y su suspensión fue el primer aviso de que la crisis sanitaria sería también económica, con cientos de miles de trabajadores afectados hoy por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).

Nada parecía entonces justificar esa decisión: el 14 de febrero España quedaba libre de coronavirus al ser dados de alta el paciente de la Gomera y un británico en Palma.

Pero el virus, como repiten las autoridades sanitarias, no conoce fronteras y 10 días después comenzaba el goteo de positivos, los primeros importados de Italia, que ya había tomado las primeras medidas de confinamiento.

El 26 de febrero se detectaron tres casos de transmisión local y en los siguientes días los positivos salpicaron ya a varias Comunidades.

Para entonces, en concreto el 13 de febrero, ya había muerto una persona con coronarias, en la Comunidad Valenciana, aunque no trascendió hasta el 3 de marzo. Había en esa fecha algo más de 150 positivos en España y Sanidad apostó por primera vez por medidas restrictivas, aunque limitadas.

Después todo se precipitó. No dejaron de aumentar los muertos y contagiados, se decretó el estado de alarma en el país, y en esta, que se dice es la semana más negra, se supo que el confinamiento durará, al menos, hasta el 11 de abril.