El 80% de los covid ingresados no tienen la vacuna completa

A. G. Mozo
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La vacunación modifica el perfil del paciente contagiado de coronavirus hospitalizado en Valladolid: más de la mitad no tiene ni 50 años, en torno al 80% no ha recibido la pauta completa y apenas un tercio cuenta con factores de riesgo asociados

Enfermeros de la planta de Neumología del Hospital Pío del Río Hortega de Valladolid, realizan el control de uno de los pacientes ingresados con COVID-19 - Foto: EFE/Nacho Gallego

La quinta ola irrumpe ya en los hospitales de Valladolid, pero lo hace a lomos de una población que cada vez es  más joven y que mayoritariamente está sin inmunizar. El avance de la vacunación y las restricciones al ocio nocturno impuestas hace dos semanas han conseguido frenar la escalada de contagios registrada desde finales de junio, pero ahora el problema se está trasladando ya a los hospitales, donde los pacientes covid ingresados prácticamente se han quintuplicado desde que se produjera la eclosión de esta última fase pandémica; la inicialmente denominada ‘ola joven’.

El apelativo era absolutamente certero en su génesis, pero pronto perdió sentido. La explosión de contagios ha sido de tal magnitud que ya se ha extendido a todos los grupos etarios. La propia consejera de Sanidad resumía hace unos días que había comenzado «de forma muy abrupta entre los jóvenes», pero que el paso del tiempo había provocado ya una «transmisión comunitaria que afecta ya a todos los grupos de edad».

El tiempo que ha necesitado el coronavirus para extenderse entre los padres y abuelos de aquellos primeros jóvenes es el tiempo que han tenido de margen los hospitales para prepararse para esta ola, hasta el punto de que las UCI vuelven ya a extenderse con camas de críticos de Anestesia, como la REA, lo que de nuevo condicionará la actividad quirúrgica.

Una quinta fase pandémica que ha transformado por completo el perfil del ingresado covid, ya que ahora «la mayoría es gente joven no vacunada y sin comorbilidades», resume el doctor Carlos Dueñas, jefe de sección de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínico Universitario de Valladolid.

Dueñas es también coordinador autonómico de Medicina Interna frente al covid-19 de Sacyl y detalla que los hospitales están recibiendo tres tipos de pacientes ingresados por covid en esta quinta ola. Por un lado, están «los de mayor edad que están con vacunación completa y en los que el covid suele aparecer con poca sintomatología, pero que, al ser pacientes mayores y frágiles, se suelen descompensar de su patología de base que es lo que les lleva al hospital y es al ingresar cuando se descubre que son covid positivos». Por otro lado, «hay un grupo importante de pacientes en el que aparecen adultos jóvenes y de mediana edad que, por distintos motivos, no están vacunados (por decisión propia, porque tienen la pauta incompleta...) y que están contagiados», señala el especialista, que apunta que «el último grupo es el de pacientes jóvenes sin vacunar».

JULIO: OCHO INGRESOS AL DÍA

La última cifra difundida por Sacyl habla de 80 ingresados en planta en Valladolid y 20 en UCI, cuando a finales del mes pasado, al hacer eclosión esta quinta ola, eran 16 y 9, respectivamente. En todo junio se registraron 101 hospitalizaciones en planta, es decir, poco más de tres al día, mientras que ahora ya van 182 (casi ocho diarias). En las unidades de críticos, en junio, hubo cinco nuevos ingresos (uno cada seis días) y ahora ya van diez (casi uno cada dos jornadas, prácticamente).

Los datos dicen que más de la mitad de los hospitalizados de esta quinta ola en Valladolid no tiene ni 50 años, en torno al 80 por ciento no ha recibido la pauta completa de vacunación y apenas un tercio cuenta con factores de riesgo. Los inmunizados (entendidos como tal a los vacunados con las dos dosis) apenas suponen un 20% (un 25% de los ingresados en planta en el Clínico y un 18% del Río Hortega) y suelen ser ancianos que ingresan por problemas con su patología de base, no por el virus: «El problema con la gente mayor es el mismo que había con otras infecciones respiratorias: la patología de base. Si tienen diabetes, insuficiencia cardíaca o un problema pulmonar, solo necesitan sufrir un catarro o una gripe para que la situación se descompense. El paciente está ya justito y con poco, cae. Entran en  Urgencias por una insuficiencia cardíaca y al hacer la prueba PCR da positivo, pero no había dado ni síntomas», ejemplifica Dueñas.

El coordinador autonómico de Medicina Interna no tiene dudas de que la vacunación está siendo clave para que la situación no sea aun peor: «Si no tuviéramos tanto vacunado, con la incidencia de los últimos quince días, esto hubiera sido como en la primera ola; mucho peor que la tercera y, por supuesto, mucho peor que la cuarta. Gracias a la vacuna estamos así».

La propia consejera recordaba el pasado martes que el porcentaje de contagiados de esta quinta ola que estaban vacunados «no llega al 3%» y que si la cuenta se echa sobre el total de inmunizados en Castilla y León, el porcentaje baja al 0,25%: «Sin las vacunas habría muchos más contagios», aseveraba también Verónica Casado. «Las vacunas son eficaces en un 98%, es decir, de cada 100 pacientes que vacunamos, en 98 serían eficaces... pero en dos no. Es en esas personas donde se produciría la infección, aunque también hay que tener claro que la mayoría de esos presentan cuadros bastante banales y no necesitan hospitalización, por lo que podemos estar hablando de que menos del 0,5% de los pacientes que ingresan son por fallos vacunales», resume el doctor Dueñas.

«El coronavirus suele cursar más leve en población joven, pero como hay tantos casos, hay más posibilidad de que haya alguno que empeore e ingrese. Y, luego, como ha habido tanto, ha terminado afectando a otros grupos de edad», asevera el jefe de Infecciosas del Clínico, quien recuerda que «no se puede decir que una persona se ha infectado estando vacunada cuando lleva solo cinco días con una dosis, pues se necesitan entre 7 y 14 desde la administración de la segunda para considerar que se está inmunizado».

Para Dueñas, la explicación a esta situación se encuentra en que «no se están haciendo las cosas bien»: «Nos hemos relajado, nos hemos creído que esto ya había pasado, nos hemos quitado la mascarilla, socialmente estamos relacionándonos mucho más... y eso es lo que facilita la transmisión. Y al haber tanta gente infectada, hay más opciones de que alguien acabe con insuficiencia respiratoria o neumonía bilateral. Si tu pones muchos positivos en la cuenta, pues es evidente que aumenta la posibilidad de que más personas puedan desarrollar enfermedad grave y terminar ingresando».

UCI: DOS TERCIOS SIN VACUNAR

El gran problema se sitúa por el momento en los bloques de hospitalización, pero nadie tiene dudas de que no tardará en saltar a las unidades de críticos, donde, por ahora, dos de cada tres son gente sin vacunar. La propia consejera ya advertía de que el incremento de ingresos en UCI se traduciría en una merma de la actividad quirúrgica, al tener que volver a contar con los equipos de Anestesia para atender la patología covid.