Por la vía rápida al senado

SPC
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La modificación de la ley impulsada por PP y Vox impedirá que las Cortes puedan frenar el nombramiento de ningún senador por designación autonómica y serán elegidos con independencia de los apoyos que reciban

Ángel Ibáñez, viceportavoz del Partido Popular en las Cortes, marca el voto para su grupo durante la sesión de ayer. - Foto: Ical

Las Cortes de Castilla y León ya no debatirán sobre la elección de los tres senadores por designación autonómica y se limitarán a ratificar los nombres que los partidos propongan en base a la representación obtenida en los comicios regionales. Un cambio que viene a reformar la ley de designación de senadores de la Comunidad (1987), modificada en el año 2000, y que permitirá que cualquier candidato propuesto por los grupos –actualmente tienen dos el PP, Javier Maroto y Vidal Galicia, y uno el PSOE, Fran Díaz– vaya directamente al Senado sin que el Parlamento regional pueda impedirlo. Hasta ahora, los tres nombres se votaban en bloque y hacía falta una mayoría simple para su aprobación, mientras que tras el cambio serán designados con independencia del número de votos válidos que obtengan. 

Precisamente, esto último es lo que PP y Vox quieren evitar con la aprobación de esta reforma, que salió adelante con la abstención de PSOE, UPL y XAV, y el voto negativo de Podemos, UPL y Ciudadanos, que anunció que llevará al Constitucional esta norma. Y es que, este 10 de mayo, el PSOE intentó bloquear el nombramiento del exalcalde de Vitoria, Javier Maroto, como senador autonómico a petición del PP votando en contra de su propio candidato. Algo que se habría producido si hubiera contado con los apoyos necesarios.

Tanto Partido Popular como Vox defendieron ayer que la modificación deviene de la sentencia formulada por el Tribunal Constitucional «ante el recurso del Partido Socialista de Cataluña» que detalla que «las Cortes no eligen a los senadores, sino que los designan», puesto que la elección «depende de los grupos parlamentarios en función del resultado electoral obtenido». Un argumento que descartaron desde la oposición, que consideraron que es una medida 'ad hoc' para que Maroto continúe en el cargo. 

En esta ocasión no fue el PSOE el más beligerante con la decisión de la Junta, llegando incluso a mostrarse de acuerdo con el fondo «en parte», aunque criticó el procedimiento de lectura única, con la advertencia de que pueda ser el ejemplo de un «tic autoritario» de los partidos que sustentan al Gobierno de Castilla y León.

Cruce de acusaciones

«Si el PSOE decidiera elegir a Luis Tudanca como senador, la mayoría de la Cámara podría impedirlo, y eso va en contra de la Constitución». De la Hoz tiró de ironía para explicar el cambio legislativo, que, como recordó, «ya tienen nueve de los 17 parlamentos de nuestro país» y donde «solo dos» mantienen aún el que tenía Castilla y León hasta ahora: Extremadura y Madrid. «Porque el derecho de un grupo parlamentario de designar un senador no puede ser vulnerado por la mayoría parlamentaria», dijo.

Además, en cuanto a la voluntariedad de las comparecencias de los senadores elegidos, defendió que solo hacen «lo que el Constitucional habilita a hacer». Y es que los senadores autonómicos no tendrán la obligación de comparecer ante la Cámara, una figura que pasa a ser «voluntaria», bien sea a petición propia, a solicitud de un grupo o de la quinta parte de los miembros de la comisión, algo que el PSOE le afeó a PP y Vox.

Por el contrario, el portavoz de Vox, Carlos Menéndez, recordó que los senadores «son miembros de las Cortes Generales y representan a todo el pueblo español», motivo por el que «no tiene encaje constitucional el deber de comparecencia».

De entre los grupos intervinientes en el debate, los primeros portavoces, de Cs, Unidas Podemos y Soria Ya, fueron los encargados de realizar las mayores críticas al texto, y arremetieron contra una norma que «sustrae a la Cámara la voluntad real de decisión». «El Constitucional dirimirá esta cuestión y dirá si lo que proponen es constitucional o no», concluyóIgea.