Museos ajenos al efecto covid

R. Gris
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La provincia alberga decenas de pequeños espacios museísticos con colecciones públicas y privadas que se mantienen lejos de las grandes aglomeraciones

El Museo de la Labranza de Pedrosa del Rey está repartido por las calles del pueblo con aperos de diversa índole donados por los vecinos del pueblo, entre los que posa el alcalde, José Antonio Fernández. - Foto: J. C. Castillo

Durante todos los meses de pandemia ha sido difícil acudir a los grandes museos de Valladolid. Las condiciones sanitarias han condicionado desde marzo la llegada de visitantes a espacios museísticos como el Patio Herreriano, el Nacional de Escultura o la Casa de la India, entre otros. La lucha contra las grandes afluencias de personas por parte de las administraciones y el miedo al contagio han hecho que el número de visitas se haya visto reducido de forma notable. Una circunstancia que no ha sido ajena en los municipios de la provincia, donde los centros turísticos de la Diputación también han sufrido una caída en el número usuarios. 

Sin embargo, existen en la provincia distintos casos de espacios reducidos y de menor renombre que pasan más desapercibidos para el gran público y que cuentan con la ventaja de ser prácticamente unos desconocidos, lo que actualmente puede considerarse como una ventaja. Incluso, existe alguno al aire libre, lo que lo convierte en un posible referente para los amantes de los espacios museísticos. 

Se trata de colecciones privadas, objetos municipales, iniciativas turísticas... Son muchas las razones que han llevado a sus propietarios a juntar auténticas joyas que están como aletargadas, aunque también tienen su público. Serán pocos los lectores que conozcan el Museo Etnográfico de Antaño a Hogaño de Fresno el Viejo. Instalado en la Casa de la Cultura Saturnino González, se trata de una casona palacio barroca, del siglo XVII, con fachada de ladrillo, patio interior y cornisa corrida. Solo como ejemplo. 

Museo del calzado.Museo del calzado.El alcalde de Pedrosa del Rey, José Antonio Fernández, recuerda que fue «hace poco más de dos años» cuando el Ayuntamiento solicitó a los vecinos que hicieran donaciones de aperos de labranza que se han usado en la localidad históricamente. La idea se basaba en que los visitantes pudieran recorrer las calles del pueblo como si de un museo se tratase y, por ello, se ideó la iniciativa de situar aperos de labranza tradicionales en ocho puntos repartidos por el municipio. De esta forma, todos los visitantes pueden conocer la agricultura de tiempos pasados sin ni siquiera entrar en ningún lugar cerrado. «Tenemos un poco de todo, carros, yugos, arados..., un poco de todo». El proyecto estuvo financiado con fondos Leader. 

Otro de los museos al aire libre se encuentra en Serrada. El Museo al Aire Libre, dispuesto a lo largo del Paseo del Arte, supone una experiencia de arte integrado en el paisaje urbano, en la que una serie de murales pictóricos y esculturas, lejos de ser encerrados en un edificio, se han ido diseminando por todo el casco urbano de Serrada, comenzando desde el peculiar Paseo del Arte.

Su colección cuenta con obras de artistas internacionales como el italiano Mario Bedini o el cubano Francisco Rivero, de ámbito nacional como Francisco Barón y de nuestra región como Concha Gay o Lorenzo Duque.

La provincia alberga decenas de museos curiosos en pequeñas localidades alejados de las aglomeraciones de personas.La provincia alberga decenas de museos curiosos en pequeñas localidades alejados de las aglomeraciones de personas.Los ayuntamientos de menor tamaño de la provincia buscaron oportunidades para atraer turismo en el pasado. Ahora, en tiempos de covid, estos pequeños espacios ofrecen una oportunidad lejos de las masificaciones. Es el caso del Museo de la Harina y de la Miel de Olmos de Peñafiel. Ubicado en un antiguo molino, donde el visitante podrá conocer cómo era el funcionamiento de la aceñas, desde que se llevaba el trigo, hasta que se convertía en harina, y aprender también cómo es la organización de una colmena, cómo las abejas elaboran la miel, se comunican o se defienden.

En Palazuelo de Vedija se encuentra el Centro de Interpretación de la Matanza, una tradición muy arraigada en el pueblo. En este espacio museístico se explica todo lo relacionado con la cría del cerdo de una forma recreativa y pueden verse utensilios y herramientas, etc. relacionados con este ritual que se viene desarrollando desde años ancestrales. Y es que las tradiciones están perfectamente representadas en este tipo de museos más pequeños y afamados. 

El Museo Castiella acoge todo un legado folclórico y cultural reunido por el Grupo de Coros y Danzas Castiella desde su fundación en Cabezón de Pisuerga, en 1972; lo que le convierte en el grupo de danzas de mayor recorrido de la provincia vallisoletana, y uno de los más antiguos y destacados de toda España.

Trajes regionales, complementos folklóricos, recuerdos variados de los distintos festivales en los que han participado por toda la geografía española y europea, instrumentos tradicionales, aperos de labranza, material bibliográfico y audiovisual, fotografías, mobiliario y menaje antiguo, o material de costura, forman parte de la colección que ofrece este pequeño pero rico museo.

Las materias que recorren estos espacios museísticos repartidos por la provincia son muy extensas. En Cogeces del Monte se encuentra el museo de Ciencias y Minerales. Se trata de una colección de minerales y fósiles de todo el mundo: cuarzo, granito, pirita, oro, topacio, plata..., que fue donada al municipio por el profesor de la universidad de Valladolid, Alejandro del Valle.

Las dificultad para visitar estos museos es conocer sus horarios de apertura, pero en algunas ocasiones incluso permanecen abiertos al público de manera constante. Son colecciones privadas y es necesario concertar cita para poder verlos. Es el caso del Museo de la Música, perteneciente a Luis Delgado, en Urueña. Muestra una parte de los fondos que integran la colección de instrumentos de Luis Delgado. En esta exhibición se reúnen mas de 500 instrumentos de diversas procedencias, seleccionados entre los 1.200 que integran la colección completa. 

En Villalón tiene gran fama el Museo del Queso. Sin embargo, en el calle La Rúa, arteria principal del municipio, se encuentra el Museo del Calzado Vibot, que recoge al obra de la familia Vibot dedicada históricamente al calzado. Dispone de paneles informativos para conocer el proceso de confección de todo tipo de calzado artesanal y sus vitrinas guardan reproducciones de varios tipos de calzado de todos los tamaños y procedentes de distintas épocas. 

En el pequeño municipio de La Zarza, en el sur de la provincia, se encuentra el Museo Etnográfico Santa Eufemia, un museo que intenta reflejar con sus más de 2.000 piezas expuestas, el espíritu y la vida que llevaron los habitantes de estas tierras en los años 30; hombres dedicados por completo a la ganadería, la agricultura y a explotar un bien como es el pinar.

Algunas de estas colecciones se encuentran ubicadas en las propias casas consistoriales. En Villalba de los Alcores se puede ver en el propio Ayuntamiento el Museo de la Carpintería. Se creó con la intención de hacer un homenaje a una tradición ancestral convertida actualmente en un pujante industria.

La colección consta aproximadamente de unas 200 piezas provenientes de donaciones particulares, de adquisiciones a anticuarios y de la cesión de una colección existente en el Centro de Interpretación de la Naturaleza de Matallana. En la exposición se pueden ver las herramientas que los carpinteros han ido utilizando a lo largo del tiempo. Se ordena en secciones, en función de la utilidad de las piezas, comenzando por el primer paso, que sería la tala del árbol, y continuando por cada uno de los procesos necesarios hasta terminar el objeto.

El más dulce. Para los vallisoletanos más golosos, Rueda esconde un magnífico secreto. La antigua fábrica de chocolate Juan Ruiz mantiene la forma de elaborar tabletas del siglo XX. Una empresa que nació en 1918 y que cerró en los años 80. Ahora, la familia lo ha recuperado y lo ha mantenido abierto, bajo cita previa, para enseñar cómo se hacía las tabletas de chocolate con máquinas del siglo pasado. También se pueden hacer degustaciones de un chocolate natural.

Estos son solo algunos ejemplos de las decenas de museos existentes en la provincia de pequeñas dimensiones que esconden auténticos tesoros en modo de colecciones públicas y privadas.