La Semana Santa arranca con un llamamiento a la solidaridad

D.V.
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Fonseca Morillo reivindica "la dignidad de la persona humana", clama por la "integración" ante el reto migratorio que afronta Europa y critica la "injusta situación" de la guerra de Ucrania

Pregón de la Semana Santa en Valladolid. - Foto: Ical

 

El director del Instituto Universitario de Estudios Europeos de la Universidad San Pablo CEU, Francisco J. Fonseca Morillo, reivindicó hoy en su pregón de la Semana Santa de Valladolid "la dignidad de la persona humana" en una intervención de marcado carácter europeísta, en la que citó al Papa Francisco para reivindicar "integración, integración y más integración" como respuesta al problema de la inmigración, una realidad que "nos enfrenta a nuestros egoísmos y miedos como sociedad". "Ponerse de perfil es una alternativa", sentenció tras cuestionar si es posible "seguir viviendo en el espléndido negacionismo, en el cortoplacista egoísmo de las sociedades prósperas".

Delante del Cristo del Descendimiento de Gregorio Fernández, en la Catedral, fue contundente: "Me avergüenzo de nuestra falta de coraje, de nuestras medias tintas y de la miopía política que supone esta actitud. No pretendo ser un idealista. Tenemos que ordenar los flujos migratorios, y para ello necesitamos políticas a medio plazo en las que se aborden todos los ángulos: el económico, el político, el de las relaciones diplomáticas estratégicas y también en la respuesta a los miedos que todas las sociedades acomodadas tenemos ante el otro".

Doctor en Derecho por la Universidad de Valladolid y cofrade de la Vera Cruz desde hace cerca de sesenta años, Fonseca Morillo recalcó que en Europa "es mucho más fácil llegar a acuerdos de protección de nuestras fronteras que de solidaridad y acogida", del mismo modo que "es mucho más fácil establecer grandes objetivos, que concretar avances políticos y compromisos legislativos concretos". En ese sentido, citó como ejemplo la "parálisis" en la gran propuesta de la Comisión Europea de 2020 sobre un gran Pacto Europeo de Asilo e Inmigración, "rehén de las diferencias y falta de solidaridad entre nuestros Estados".

El pregonero afirmó que no podemos actuar como una ciudadanía pasiva "ni desde el punto de vista de las convicciones éticas y morales, ni desde el propio interés de la sociedad europea a medio plazo". Así, aseguró que por posición geográfica Europa es el "destino natural" de los grandes movimientos migratorios procedentes de África y Oriente Medio, antes de advertir que en los próximos 25 años la actual población en África se va a doblar, mientras que de acuerdo con las perspectivas demográficas Europa pasará de contar con el 6 por ciento al 4 por ciento de la población mundial.

Solidaridad con Ucrania

En su intervención, quiso también lanzar "un llamamiento de justicia y de solidaridad" ante la situación en Ucrania. "Hace un año asistimos en Europa, con una mezcla de incredulidad y de horror, a la ilegal e injustificable agresión del Gobierno de Rusia a Ucrania. Un año después Ucrania ha demostrado su voluntad de sobrevivir y de prosperar dentro de la familia europea. No nos llamemos a engaño, en esa guerra nos jugamos una gran parte de nuestro futuro como experimento de paz, progreso y democracia en común", argumentó.

A su juicio, el "verdadero enemigo" para la autocracia en Rusia es "su incapacidad para atraer a su espacio países vecinos que consideran que su único modelo de prosperidad se encuentra dentro de la familia europea". "Los europeos tenemos una gran responsabilidad: al sostener los esfuerzos militares de Ucrania, al acoger generosamente a los millones de desplazados a causa de la guerra, al abrir las puertas de la Unión a Ucrania, no sólo estamos defendiendo nuestra estabilidad política, sino nuestra solidaridad frente a la injusticia", concluyó.

Para Fonseca Morillo "Europa es la solución a los problemas colectivos de los Estados y de los ciudadanos europeos", y si bien apuntó que "es muy saludable ser crítico con Europa" consideró "altamente peligroso para la salud negar la realidad de lo que Europa supone en términos de progreso, de paz y de tolerancia y respeto ante el que no piensa como nosotros".

Conectando Europa con el cristianismo, citó al Papa Benedicto XVI para recordar que "la cultura de Europa nació del encuentro entre Jerusalén, Atenas y Roma". "El cristianismo es parte consustancial de la Europa que hoy conocemos desde los tiempos de la Res Publica Christiana cuando nacen los Estados nación al final de la Edad Media. Europa", afirmó antes de defender "la Europa de los valores que todos tenemos interiorizados y compartidos".

Además, recordó que "la Unión Europea fue al final de la Segunda Guerra Mundial la idea en la que convergieron las dos grandes corrientes políticas europeas, la democracia cristiana y la social democracia, cristianos y laicos, continentales y mediterráneos, jacobinos y federalistas…, con el fin de acabar con las guerras en el continente". Asimismo, citó a la catedrática salmantina Araceli Mangas para recalcar que "Europa no se puede entender sin el cristianismo", recordando que "lo que nos define a la vez como cristianos y como europeos es nuestro trato al otro, a aquél que no es parte de nuestro espacio político; y la solidaridad ante las amenazas que sufren los miembros de nuestra comunidad o nuestros vecinos".

Tras proclamar que la Semana Santa de Valladolid es una de las señas de identidad "más profundas" de los vallisoletanos, "independientemente de sus convicciones, amores y desamores, enfados y alegrías", defendió que "hoy la Semana Santa está más viva que nunca".