Peñaflor de Hornija exhibe su retablo restaurado

Ical
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Concluyen los trabajos de restauración del retablo de la iglesia de Santa María de la Expectación de Peñaflor de Hornija. Los trabajos han sido posibles gracias a una inversión de 75.000 euros por parte de la Consejería de Cultura y Turismo

La Consejería de Cultura y Turismo ha finalizado las actuaciones de restauración y conservación del retablo mayor de la iglesia de Santa María de la Expectación, en Peñaflor de Hornija (Valladolid), tras una inversión próxima a los 75.000 euros dentro del programa de conservación de retablos del Plan Pahis 2020. En esta iniciativa, el Ejecutivo autonómico ha llevado a cabo más de una veintena de actuaciones en esta legislatura, con una inversión de un millón de euros.

La intervención ha evitado el colapso de la estructura del retablo, que se ha devuelto a su posición original, restaurando todos sus componentes. Las labores de restauración también han permitido documentar y proteger unos restos de revestimientos murales del siglo XVI de la ornamentación de la cabecera del templo en ese momento histórico.

El ático del retablo, con un enorme baldaquino en el centro que acoge la escultura de San Miguel, mostraba desplazamientos, giros y pérdidas de asiento en numerosas partes, así como grietas y piezas no originales tratando de calzar o sostener a otras. Por ello, el tratamiento se ha basado en el desmontaje para poder subsanar los problemas estructurales y la sustitución del sistema de anclajes originales por un nuevo sistema que proporciona estabilidad al conjunto del baldaquino, así como la corrección de las deformaciones de la madera de la arquitectura y la aplicación de un tratamiento antixilófagos.

Se trata de una iglesia con una dilatada historia. Con origen cisterciense del siglo XIII, su fisonomía actual revela sucesivas etapas constructivas, como la capilla mayor en el siglo XVI de amplias proporciones y cubierta por bóveda estrellada, portada del XVII o el retablo mayor en el XVIII. Fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 1997.

La cabecera es obra de la primera mitad del siglo XVI, de amplio tamaño, con ábside de paños poligonales con grandes contrafuertes ataludados en ángulo al exterior y con cubierta de bóveda estrellada, de complicadas nerviaciones de terceletes y combados, con decoraciones en las claves.

El retablo que se ubica en esta zona, es de estética rococó sin policromar, obra del maestro ensamblador palentino Gregorio de Portilla, que incorpora piezas de épocas anteriores, como su tabernáculo de 1695 o la talla de La Virgen del último tercio del siglo XVI, que podría estar relacionada con Manuel Álvarez o Francisco de la Maza.

La decoración del retablo, que define y da carácter al estilo de barroco final, se lleva a cabo por medio de elementos variados, entre los que destacan los de carácter vegetal, guirnaldas y telas, así como mascarones y cueros recortados. Asimismo, los extremos de la predela muestran el relieve de un jarrón florido que puede asociarse a la advocación mariana del retablo y la propia iglesia.