El UEMC Pucela, un equipo con máxima ambición

M.B.
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El UEMC Real Valladolid Baloncesto, con seis caras nuevas y el mismo técnico que le llevó el pasado curso al playoff de ascenso, Paco García, no rehuye hablar de la palabra ascenso

Foto oficial del UEMC Real Valladolid Baloncesto, en la que faltan el preparador físico, Mario de Ana, y el doctor, Javier Alonso. - Foto: realvalladolid.es

El UEMC Real Valladolid Baloncesto arranca con fuerza su séptima temporada en la LEB Oro, solo un escalón por debajo de la ansiada ACB. Lo hace con tres encuentros en nueve días para medirse en las cinco primeras jornadas a dos de los favoritos al ascenso, Burgos y Estudiantes. 

Es decir, a finales de este mes de octubre ya tendrá la primera impresión de lo que será este año una complicada Liga, con el San Pablo y el Andorra, recién descendidos, un paso por encima del resto; y con Estudiantes, Palencia, Alicante, Castellón, Coruña o Guipúzcoa con una economía muy por encima de la pucelana.

A pesar de ello, la palabra ambición es la que más se escucha en las entrañas del polideportivo Pisuerga, remozado en cuanto a la grada (no sin polémica por la pérdida de medio millar de asientos tras la remodelación municipal realizada). Ambición por volver a jugar por el ascenso, algo que no ha dejado de hacer desde que llegó a la categoría en 2017. Ambición por luchar por algo más. Ambición por seguir creciendo, desde 2020 de la mano del Real Valladolid de Ronaldo Nazário, con un convenio que se renovará en breve. O así lo han dejado claro ambas partes. «Nuestra intención es seguir adelante para conseguirlo y que la ciudad de Valladolid tenga un equipo en la máxima categoría. Nuestra intención es renovar este convenio y pienso que lo mismo creen en la sección de baloncesto, pero ahora nos queda una temporada por disfrutar y ya hablaremos de ello», matizaba a principios de septiembre el enlace entre ambos clubes, David Espinar.

Esa palabra, ambición, la han repetido desde la directiva, con Saúl Hernández, director general, o Alejandro García Pellitero, presidente, hasta el cuerpo técnico, encabezado de nuevo por Paco García: «Claro que quiero ascender este año, pero están todos esos equipos. Soy consciente de nuestras limitaciones, pero quiero conseguirlo. Y si es este, mejor que el que viene»; pasando por los jugadores, los que llevan años y los que acaban de llegar.

De hecho, Pepe Catalina y Paco García han vuelto a conformar una plantilla para luchar por todo. Con seis caras nuevas. Bueno, realmente, cuatro, ya que el base Mike Torres y el escolta Greg Gantt regresan a la que ya fue su casa. A ellos se han sumado el alero Romaric Belemene, el ala-pívot Álex Mazaira y los pívots Kevin Allen y Herve Kabasele. 

El capitán Sergio de la Fuente, el combo estonio Jaan Puidet, el ala-pívot neerlandés Jordy Kuiper, el base sueco Melwin Pantzar y el alero australiano-croata Dominic Gilbert continúan del último curso para hacer un equipo con buena muñeca para atacar el aro desde lejos, con jugadores fuertes en la pintura y las variables que siempre aporta un técnico de la experiencia de Paco García. 

Junto a ellos, en pretemporada han estado los jóvenes Adrián de la Fuente, Juan Lambás, Íñigo Mayorga y Pablo Martín, más Juan García-Abril, al que se le espera cuando se recupere de una operación, y Guillermo Raposo, también en proceso de salir de lesión.

El único pero es el que ha puesto el técnico, ese objetivo de los 2.000 abonados que, por el momento, se ha quedado a medio millar de lograrlo. 

Aunque la cifra es de récord, cercana a los 1.500 fieles, además de superar el presupuesto de otras campañas, rondando este año los 950.000 euros entre el primer equipo y la escuela.