Estrés y ansiedad, los problemas psicológicos del encierro

Óscar Fraile
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Los profesionales recomiendan organizar las tareas diarias, tener una rutina para mantenerse ocupado y mantener el contacto virtual con los seres queridos para minimizar los efectos del encierro

El confinamiento puede provocar capítulos de ansiedad. - Foto: EFE

La salud mental también ha sido una de las grandes damnificadas por la obligación del encierro doméstico. Muchas personas ven comprometido su equilibrio emocional hasta el punto de necesitar la ayuda de un especialista. «En las consultas que atendemos encontramos un elevado porcentaje de personas que experimenta síntomas de estrés agudo, como angustia fisiológica, reacciones de ansiedad, miedo y pensamientos catastrofistas, que, de no resolverse, y si se prolongan en el tiempo, pueden dar lugar a lo que se denomina indefensión o impotencia aprendida», explica Nieves Andrés, psicóloga sanitaria, terapeuta de conducta y miembro del Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León (COPCyL). 

Según ella, «el aislamiento obligatorio por la cuarentena es una situación estresante para la mayoría de las personas, que puede afectar al equilibrio emocional, no solo por la pérdida de libertad, sino por la necesidad de adaptarse a una serie de cambios vitales, de una forma repentina, obligada e incierta; y, sobre todo, por las consecuencias negativas que pueden derivarse de ello a nivel personal, familiar, social y económico».

Esta situación puede llegar a derivar en problemas para dormir, sensación de soledad, aburrimiento y síntomas depresivos, aunque lo más frecuente en el síntoma de culpa, la tristeza, la frustración, la impotencia y el estrés postraumático en el caso de los sanitarios. Eso, unido al creciente miedo al contagio, a volver a salir a la calle y comprometer así la seguridad del hogar y los seres queridos. Unas patologías que son más pronunciadas en las personas que previamente sufrían ansiedad social.

De hecho, Nieves incide en que «tener antecedentes de enfermedad mental se asocia con más consecuencias negativas, por eso el principal factor de riesgo en esta situación es la existencia de problemas psicológicos o psiquiátricos previos». Otro factor de riesgo es la exposición directa a la enfermedad y a la muerte en el entorno más cercano. «También puede agravarse la angustia en aquellas personas con sintomatología obsesiva relacionada con el temor a contraer enfermedades, por la excesiva exposición a información», explica la psicóloga.

Andrés también asegura que tener problemas en estas semanas como no poder dormir, ansiedad e incluso síntomas depresivos es «completamente normal». Según Nieves, «existe evidencia de que los efectos psicológicos del confinamiento todavía se pueden detectar meses o años más tarde, pero la mayoría de las personas dejarán de experimentarlos una vez concluya esta situación». De modo que el trabajo se debe central en prevenirlos. ¿Cómo hacerlo? «Organizar el día a día, adaptándolo a la nueva situación, tener unas mínimas rutinas que nos mantengan ocupados, hacer algo de ejercicio, cuidarse y mantener contacto social a través de los medios permitidos puede ayudar a minimizar el impacto psicológico del confinamiento», añade. También es importante «normalizar y legitimar» los pensamientos y emociones que afloran ante esta situación, además de tener paciencia con uno mismo y con los demás. «Son muchas las personas que, gracias a sus estrategias y recursos personales previos, serán capaces de adaptarse a esta nueva situación, o que, tras la pandemia, verán reforzadas sus capacidades adaptativas ante futuras situaciones de estrés», concluye.

Decálogo de gestión emocional del Copcyl

1. Acepta tus emociones

Todas las que han aparecido y están en ti son las normales ante una situación extraordinaria y de amenaza. Identifica cuales están presentes estos días.

2. Busca y activa tus recursos

Es el momento de indagar dentro de ti con el fin de encontrar aquellos recursos que te ayudaron a superar otras situaciones difíciles. Algunos hay que rescatarlos y otros que entrenarlos. 

3. Posicionarse en el aquí y el ahora

Acepta que esta es ahora tu realidad y tu presente, aquello a lo que hay que enfrentarse y afrontar. Afronta tu día estableciendo rutinas. 

4. Da sentido a esta nueva realidad

Asume las normas de desescalada como tuyas, como una acción que

te ayuda a protegerte y te da seguridad. Asumir las pautas y recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud como un compromiso propio te aporta sensación de control. 

5. Reduce los pensamientos negativos

Observa qué pensamientos actúan a tu favor y cuáles en tu contra de cara a afrontar esta realidad. Durante estos días aparecen con fuerza pensamientos fatalistas; identifica cuáles son y cómo intentan trasladarte a un futuro adverso. 

6. Cuida tu lenguaje

El lenguaje crea realidades. La manera en que te hablas da forma a lo que piensas, sientes y haces. Sé amable contigo mismo y acepta las debilidades y errores.

7. Vence al miedo a salir de casa

Puedes aumentar tu sensación de seguridad estableciendo pequeñas metas diarias: bajar la basura, ir a comprar algo que necesites o desees o saliendo a hacer ejercicio físico para mejorar tu bienestar.

8. Empatiza

Si miras a tu alrededor encontrarás a personas que han sido especialmente vulnerables a esta situación. Respeta lo que sienten y hacen. 

9. Cultiva tus valores

Cuestiona su jerarquía y si es el momento de realizar cambios. Son tu brújula vital.

10. Cultiva tu resilencia

Las personas resilientes no nacen, se hacen. Asume esta experiencia cómo una oportunidad para aprender y crecer interiormente.