«En mi habitación del hospital se murieron once personas»

A.G.M.
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Jorge Esteban es un empresario vallisoletano de 46 años, que ingresó el 12 de marzo de 2020 en el Hospital Río Hortega y se pasó dos días en la UVI y otros once en planta

Jorge Esteban. - Foto: Jonathan Tajes

Jorge Esteban se contagió en los primeros días de marzo durante una reunión con un cliente. «Se hablaba del covid, pero había muy poquitos casos todavía en Valladolid», recuerda, así que no dio nada de importancia a esa «tos seca» que tenía aquel hombre con el que estuvo en su despacho. Hasta que empezó a encontrarse él mal: «Aguanté tres o cuatro días pero el virus me fue colapsando los pulmones, sobre todo la pleura del izquierdo que me quedó anulado completamente y en el derecho, pues al 20%», relata este empresario hostelero de 46 años, que ingresaba en el Hospital Universitario Río Hortega el 12 de marzo de 2020, horas antes de que se anunciara el primer estado de alarma. «Recuerdo que fui al Hospital Campo Grande y allí me tuvieron en una camilla nueve horas, tosiendo y con una fiebre de caballo, hasta que pudo ir una ambulancia para llevarme al Río Hortega. Entré medio desmayado en una silla de ruedas y me metieron automáticamente en la UVI».

Esteban fue uno de los primeros vallisoletanos infectados y que necesitó cuidados intensivos, aunque al final pudo superarlo y, dos semanas después, consiguió regresar a casa. Y contarlo: «Estuve dos días en la UVI, medio inconsciente y vi el túnel ese que dicen que ves cuando te vas a morir. Se me centró en la cabeza un camión y estuve como en shock sin enterarme de nada. Fatal, muy mal».

Después de salir de la UVI, pasó once días «durísimos» en una habitación, sin poder recibir visitas y viendo una situación que hoy, cuando la recuerda, parece increíble, pero que hace solo tres años era muy real: «No había ni toallas de ducha, solo de manos, porque no daba tiempo a lavar todo. Teníamos que compartir las tomas de oxigeno, porque no había para todo el mundo que las necesitaba... En mi habitación del hospital se murieron once personas en once días y salías al pasillo y había camillas con cadáveres. Aquello era impresionante, lo pasé fatal», confiesa Jorge Esteban a este periódico. «La gente pensaba que yo me marchaba porque estaba muy malito».

«El personal sanitario se portó de diez, pese al caos que era aquello en esos días», ensalza, «si no sabían ni qué recetar». «Recuerdo que me levantaba como un anciano, me cansaba del baño a la cama, perdí 14 kilos en nueve días», rememora este empresario, quien admite que tuvo «parte de culpa»: «Apuré mucho, porque entré tosiendo sangre. Cuando me duché por la mañana, noté que el cuerpo se me caía, nada comparable a una gripe. Una tos seca horrible, sin poder respirar… Yo no sé ni cómo se me han regenerado las pleuras de los pulmones, que ya tengo el 80%. Y me dijeron que me he salvado porque no he fumado en la vida, porque, si no, mis pulmones no hubieran resistido», añade.

Salió del hospital el 25 de marzo de 2020 «ya  recuperado, pero con secuelas»: «No tengo la misma capacidad pulmonar que tenía antes, me fatigo mucho más; en los hombros tengo unos dolores terribles; y en la lengua hay sabores que no saco. Me ha cambiado hasta la manera de ser, porque yo era un tío más alegre y ahora me levanto muy apático; como estás continuamente con dolores, te toca el carácter», concluye.