«Hay que mirar las políticas porque lo gratis no se valora»

M.Rodríguez
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El presidente provincial de Vox y portavoz en el Ayuntamiento de Valladolid, Javier García, plantea acabar con los despilfarros en la administraciones revisando las políticas de bonificación de Auvasa o determinadas subvenciones municipales

«Hay que mirar las políticas porque lo gratis no se valora» - Foto: Jonathan Tajes

La satisfacción se palpa en la sede de Vox en Valladolid. El buen resultado en las elecciones autonómicas y su entrada en el gobierno regional supone un chute de optimismo para los militantes. Javier García no es ajeno a esa euforia, que tiñe el balance de sus tres años como concejal en el Ayuntamiento de la capital, y que fija nuevos objetivos en su labor como presidente provincial del partido.

¿La subida en Valladolid se debe al trabajo que han desarrollado en el Ayuntamiento y la Diputación?

El balance de estos tres años se refleja en lo que dijimos en el discurso de toma de posesión: Vox ha llegado para quedarse. Y los últimos resultados regionales están ahí. ¿Qué parte se debe a nuestro trabajo?  Evidentemente tiene alguna parte de 'culpa', pero gran parte del mérito es la muy buena campaña que se ha hecho. Nos hemos pateado pueblos y ciudades. Se nota que la gente quiere cambiar y ha perdido el miedo a decir que es de Vox. Se veía en las mesas informativas, ya no hay los reparos que había al principio.

A ese apoyo ciudadano del que habla, ¿en qué ha contribuido su gestión? ¿Han mostrado un perfil que elimine ese miedo?

Hemos dado la imagen de personas absolutamente normales. La impresión que recibe la gente  de gran parte de los medios de comunicación es que somos ultraderecha, fachas, etc… cuando no es cierto, y lo ven cuando hablan con nosotros.

Nuestras propuestas son normales, de sentido común y buscando el bien de la ciudad. Ese trabajo, poco a poco, se está transmitiendo a la sociedad y está calando. Hay que seguir trabajando. Como portavoz municipal seguiré haciendo propuestas para mejorar la ciudad y denunciando lo que no funciona porque para eso somos oposición. 

En esa función de oposición municipal puntualmente fueron la única voz discordante. ¿Esa posición al margen de los pactos iniciales les ha dado otra perspectiva?

El primer año, hasta que empezó la pandemia, fuimos prácticamente la única oposición porque el PP vivió una luna de miel con el PSOE. Lo primero que acordaron ambos, con el apoyo de Ciudadanos, fue la modificación del reglamento orgánico para tener más asesores y más dinero en los grupos, a lo que nos opusimos. No vemos justificados esos aumentos de gasto. En pandemia, apoyamos todas las medidas de urgencia que se tomaron. Cuando hemos tenido que hacer oposición la hemos hecho, y cuando tocó apoyar medidas se ha hecho. Los dos primeros años el PP se puso de perfil con el soterramiento, que es clave y estratégico para la ciudad, que nosotros hemos defendido desde el principio. Afortunadamente han cambiado de posición y lo han recuperado.

¿La oposición vuelve a ser más uniforme al reclamarlo y cuestionar las políticas de movilidad? ¿Cómo se pueden diferenciar del PP?

Lo importante no es diferenciarse del PP sino hacer una oposición real a lo que pensamos que no funciona. Y si coincidimos con el PP o Cs, perfecto. Planteamos cómo hacer mejor las cosas. En el caso de la zona de bajas emisiones (ZBE) llevamos una  moción para hacer una que cumpla la ley, pero que era una décima parte de la planteada. 

Lo que proponen no funciona, no resolverá el problema de falsa contaminación que Valladolid no tiene. Con los propios datos del equipo de Gobierno, después de hacer esa macrozona, de destrozar el tráfico y la movilidad, van a rebajar las emisiones en toda la ciudad entre un tres y un cuatro por ciento. Con una ZBE lo más pequeña posible y lo menos lesiva para la ciudad es suficiente.

¿Por qué reclaman volver a los 50 km/h en algunas calles?

Se ha utilizado indiscriminadamente la rebaja a 30 km/h. Antes de la modificación del reglamento de tráfico, el equipo de Gobierno ya estaba intentando estrangular el tráfico y había rebajado la velocidad con el 'truco' de que era un ciclocarril. Hay que cumplir la ley, pero hay excepciones justificadas. Hicimos un estudio de la ciudad y un centenar de vías, que son arterias principales, colectoras de tráfico, podrían recuperar el 50 km/h porque hasta hace poco lo teníamos y no había atropellos. Estos siniestros no son por velocidad, son más por despistes o distracciones. Con esta excusa se estrangula un poco más el tráfico. 

¿Piensan que el tráfico es el talón de Aquiles del equipo de Gobierno? ¿Y realmente es la mayor demanda social en estos momentos?

Es algo muy visible, que molesta mucho, y las propias asociaciones de comercio y hostelería nos dicen que notan que la gente cada vez va menos al centro. Si lo que queremos es cargarnos el centro, la mejor manera es lo que está haciendo el equipo de Gobierno. La obligación de un político es resolver problemas y no crearlos donde no los había, que es a lo que se está dedicando en cuerpo y el alma el equipo de Puente. 

La nueva crisis por la invasión de Ucrania ha puesto sobre la mesa la rebaja de los impuestos que afectan a la energía, aunque Vox aboga por una más general. ¿Cómo se pueden rebajar y mantener las ayudas que demandan los sectores económicos más afectados?

Los hosteleros y los transportistas no reclaman ayudas, piden poder trabajar.

Sí las han pedido y las piden.

Durante la pandemia, sí. Y lo apoyamos porque era un momento excepcional en el que se había estrangulado la demanda.

¿Cómo se aplicará esa fórmula?

No nos importa coincidir con PP y Cs. Y tampoco con el Gobierno de Sánchez, que propone ahora rebajas fiscales que llevamos proponiendo años. Se puede hacer, se pueden evitar despilfarros. Hay un plan estratégico de subvenciones municipales, unos 15 millones de euros al año. Algunas son necesarias, pero luego ves otras que son prescindibles, que tienen un muy alto contenido ideológico. Y ese tipo son las que hay que eliminar. Necesitamos tiempo para buscar más despilfarros, pero Auvasa tiene un déficit estructural crónico que es brutal. Hablamos de 32 millones de presupuesto al año, y la mitad es subvención a fondo perdido del Ayuntamiento. 

El transporte público es una obligación y una necesidad social, pero no puede ser una barra libre de despilfarro. ¿Cuánta gente realmente está pagando el servicio? Cada vez hay más descuentos. Hay que mirar las políticas porque lo que es gratis no se aprecia. Hay que ver cómo se hace para que no sea tan deficitaria.

Habla de despilfarro, un mensaje cómun con otros partidos nuevos, pero sin aplicación real. En el caso del Ayuntamiento, ¿por qué no han renunciado a la subida de asignaciones a los grupos y se detrae ese dinero a favor de las arcas públicas?

El aumento de asesores y dedicaciones exclusivas en el Ayuntamiento no afectaba a Vox. Y no votamos en contra porque no nos afectara, habríamos votado en contra igual si nos hubiera afectado.

¿Es creíble para los ciudadanos que es posible reducir esos gastos?

Tiene que ser así. No solo el superfluo, sino las inversiones que no son necesarias o que se pueden hacer mejores. ¿A qué dedicamos fondos europeos como los Urban Green Up? Hemos creado unos jardines verticales, de dudoso gusto y utilidad; unos toldos verdes en la calle más sombría de Valladolid, ¿para qué? Y ahora hemos hecho un muro de madera. ¿En qué nos hemos gastado 240.000 euros? En unos palés puestos en vertical, con unas plantas. Son cosas absolutamente inútiles, como la gran cantidad de carriles bici y quitar plazas de aparcamiento, que lo que hace es dificultar la vida de los ciudadanos.

Por el contrario, plantean recuperar la inversión del soterramiento. ¿Es realmente viable? ¿No se está generando una esperanza que luego derivará en más frustración?

Lo he llevado al Pleno dos o tres veces con datos. Con la falsa integración ferroviaria vamos a gastar 105 millones en túneles y 70 en una estación nueva, un edificio en voladizo por encima de las vías. Total, 175 millones comprometidos en el convenio de 2017. ¿Merece la pena gastárselo en eso o parar y renegociar el convenio? En Murcia, por 192 han soterrado 5,5 kilómetros, incluida la estación de tren. Es un proyecto estratégico y si cada administración tiene que poner más dinero, se pone. Es un proyecto de ciudad. 

A esa petición le contestan que Adif y Renfe condicionaron asumir la deuda de más de 400 millones a la renuncia del soterramiento.

La deuda está y la seguimos debiendo. Ahora creo que son 350 la deuda que tiene la Sociedad Valladolid Alta Velocidad. Está porque se pidió para hacer lo construido hasta ahora y se mantiene, se haga o no el soterramiento. Del montante global hay 175 millones que nos los vamos a gastar en túneles y pedimos dedicarlo al soterramiento. 

Hace unos años se fio la reactivación económica y urbanística al soterramiento. Ahora, en un entorno  tan complejo, ¿por dónde puede ir esa reactivación?

Hay que ser mucho más reivindicativos. Como no pedimos, desde el Gobierno central no nos hacen demasiado caso. La alta velocidad llegó porque tenía que pasar para ir al norte; tenemos autovías pendientes y paralizadas; y ahora nos venden la U de Olmedo, que es la mayor chapuza del mundo. Somos los abandonados, los ninguneados. También habría que darle un empujón al aeropuerto y que recupere parte de la actividad porque hay tejido industrial y hay empresas. Pero no hacer como con la Ciudad de la Justicia, donde regalamos terrenos y edificios por ocho millones de euros para ver si el Ministerio invierte en Valladolid. Y ni regalándole los terrenos conseguimos que esté en presupuestos.

Se multiplican las peticiones de ayudas de emergencia para superar este momento de crisis, además de que se espera una llegada masiva de refugiados ucranianos. ¿Cómo se puede gestionar a nivel municipal este escenario tan complejo?

Las competencias en servicios sociales son de la Junta. Aunque parece que hay una competición a ver quién es más 'social'. Lo que hay que hacer es coordinarse efectivamente y que la Junta lidere. Hay un convenio para ciertas cosas con el Ayuntamiento, que también quiere hacer otras. Pero, ¿para qué? Siempre están en competición. Lo que hay que hacer es ver si los servicios que estamos dando a los ciudadanos están cubriendo las necesidades. No cada uno hacer lo que más le interesa políticamente. Esperemos que ahora, con el nuevo gobierno, se pueda llegar a un entendimiento y deje de haber esa competición.

Que Óscar Puente planteara la abstención del PSOE para que no gobernara Vox, ¿empeora sus relaciones?

Realmente lo que estaba proponiendo era un cordón sanitario, no nos engañemos. El resultado ha sido que PP y Vox han llegado a un acuerdo, que creo que es bueno y no hay nada reprochable. Estuve en la constitución de las Cortes y la verdad es que en directo se te queda mal cuerpo cuando ves a procuradores socialistas que no le dan la mano al presidente de las Cortes por ser de Vox. Me parece realmente sectario y una falta de respeto a la institución. Ya está bien de cordones sanitarios. Vamos a hablar de los problemas de la gente y de su solución.

Ese cordón, en parte, se plantea por el cuestionamiento de las políticas de violencia de género. En el Ayuntamiento hay una Concejalía de Igualdad y un Centro de Igualdad. ¿Se ha planteado presentar alguna propuesta para su eliminación o cambiar objetivos?

Todavía no hemos entrado a ese nivel. Una de las cosas que queremos ver es que hay muchísimas asociaciones con un marcadísimo carácter ultrafeminista que queremos ver qué están haciendo. La semana pasada hemos pedido información sobre los cursos que se están dando en los colegios. Son talleres pagados por el Ayuntamiento.

¿Cuestionan el centro?

Participamos en los consejos municipales. De hecho, hace dos semanas en el Consejo de la Mujer tuvimos que aguantar insultos de fascistas y fachas. Pero vamos a seguir participando en todos los foros con toda normalidad. 

En su faceta de presidente del Comité Ejecutivo de Vox en Valladolid y vista la progresión del voto, ¿plantea presentar candidaturas en las próximas municipales en todos los municipios?

Queremos llegar a todos los rincones de la provincia. Estamos consiguiendo una muy buena implantación, no solo en la ciudad. Es importante estar afianzado sobre el territorio y creo que parte del miedo del PP y PSOE van por ahí, ya que ven el crecimiento. El objetivo será presentar el máximo de candidaturas.

¿Están amortizando al mismo nivel que en la capital su presencia en la Diputación y varios ayuntamientos?

En la Diputación se está haciendo un buen papel. Apostamos por la descentralización administrativa, potenciando las diputaciones. Y nuestro es conseguir una muy buena representación para poder ser decisivos también. Y eso se consigue con una buena implantación territorial. 

¿Cuál será la primera reivindicación que haga al futuro gobierno regional, del que forman parte?

A nivel reivindicativo creo que tenemos que lograr que Valladolid vuelva a estar en el mapa y se nos tenga en cuenta, que lo que está previsto invertir se haga ya, y eso depende del nacional.

¿Y a la Junta, ahora que tienen vía directa sería básico que apoyen el soterramiento?

A nivel municipal eso sí que lo pediría porque durante todos estos años la Junta ha firmado lo que firmaba el alcalde. Y creemos que debería mirar el bien común de la ciudad, y pensamos que es el soterramiento. El PP ahora parece que lo apoya. Esperemos a que tomen posesión y veremos lo que se puede hacer.

¿Seguirá en el Ayuntamiento en mayo de 2023?

Sí, el mandato acaba en junio.

¿Será candidato a la Alcaldía?

Me encantaría repetir y espero que el partido lo estime conveniente. Creo que el equipo está aportando mucho y podemos aportar más para mejorar Valladolid desde el equipo de Gobierno. En las elecciones pasadas nos quedamos a 200 botos de conseguir el segundo concejal, que hubiera perdido el PSOE, y habríamos cambiado la correlación de fuerzas. Tenemos que conseguir que haya un cambio en el Ayuntamiento.