La lluvia llega tarde y pone en peligro la campaña de setas

R.G.R
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La Asociación Micológica de Valladolid alerta de que la ausencia de precipitaciones en octubre ha retrasado ya varias semanas la aparición de hongos, que el frío de noviembre puede matar definitivamente

La recolección de setas comenzará 15 días después de las próximas lluvias. - Foto: Patricia González

No será un buen año de setas. Las expectativas generadas durante los meses de verano y las primeras semanas del otoño eran muy buenas, pero la falta de lluvias de los últimos días y las elevadas temperaturas a las horas centrales del día están poniendo en peligro la temporada. Los hongos que suelen aparecer durante este mes de octubre en los campos de la provincia  necesitan agua en abundancia para su nacimiento y los pinares y las zonas sombrías donde suelen nacer «están secas». Además, las elevadas temperaturas que se están registrando durante las horas centrales del día tampoco están ayudando a que la situación mejore.  ?

Durante los últimos años, los niscalos, principal atractivo micológico de la provincia debido a la abundancia de pinares, están saliendo un poco más tarde de lo habitual porque las lluvias de otoño llevan más tarde y las temperaturas son más suaves. «Los níscalos suelen llegar más tarde, pero dependerá del frío que haga en las próximas semanas por la noche y de que se produzcan o no heladas». 

Las expectativas para esta temporada eran muy buenas debido a que el tiempo ha acompañado desde los meses de verano. García recalca que la climatología ha sido muy benévola teniendo en cuenta que se registraron tormentas en los meses de verano, en especial en julio y agosto, lo que siempre es bueno para la aparición de los hongos. Y además las últimas semanas de septiembre también dejaron precipitaciones. Las lluvias de verano y de comienzos de otoño son «esenciales» para una buena campaña. Sin embargo, la falta de agua durante las últimas semanas ha ocasionado que aún no haya setas en los campos. 

García apunta que los ejemplares ya están preparados. «Debajo del suelo se pueden ver una especia de huevos. Son las setas que están a la espera de agua para salir». García no quiso asegurar que no haya campaña de setas durante este año, pero sí indicó la necesidad imperiosa de que se registren precipitaciones cuanto antes. 

Son cientos los aficionados, tanto de la capital como de los municipios de la provincia, los que se echan al campo para recoger estos manjares culinarios. Debe quedar claro que pueden encontrarse sin mayor complicación en zonas de pastos, pinares, laderas y llanuras, encinares e incluso en zonas de barbecho o abandonadas. Eso sí, siempre hay que saber a la perfección qué se coge. En Valladolid también hay ejemplares venenosos que pueden ocasionar algún que otro disgusto.    

¿dónde buscarlas?. Cada aficionado tiene sus zonas de la provincia que suele conocer y donde siempre acude a la hora de buscar sus hongos preferidos, pero ¿cuáles son las zonas con mayor densidad de ejemplares y cuáles son los más delicados al paladar? El presidente de la Asociación Micológica, Aurelio García, destaca que la estrella de la temporada es el níscalo, pero existen otras muchas variedades en la provincia. Según la catalogación realizada por la propia asociación existen más de 565 que sus socios han encontrado en los pagos vallisoletanos. «Son todas sobre las que hay base científica», reconoce García. Sin embargo, deberían ser ustedes auténticos expertos para conocerlas todas. Si salen al campo, tendrán que acotar más su búsqueda y, al mismo tiempo, ampliarla más allá de los níscalos si quieren llevar a su mesa exquisitos manjares micológicos.

La provincia se podría dividir hablando de micología en tres zonas diferentes. Pinares, Torozos y la comarca de Mayorga. Lo más común es recorrer la zona de Pinares de la provincia. Es decir, la comarca de Íscar, Portillo, Pedrajas, Boecillo, Olmedo, Tudela de Duero... Toda la zona sureste de la provincia que está bañada por un mar de pinos. Especies como Llanegas, Llenegues, Níscalo, Rovelló, Esnegorri Colmenillas y Múrgulas se pueden encontrar de forma sencilla en este terreno. 

La Junta de Castilla y León vuelve un año más a acotar las zonas donde los aficionados puedan coger diferentes especies. En Valladolid, lo hace de forma especial con las zonas de pinar con el objetivo de proteger los níscalos de los habitantes de la ciudad. La mayor parte de la provincia está libre de cotos y se pueden encontrar otro tipo de ejemplares que también son muy apreciados por los aficionados al mundo de la micología. 

Desde la Asociación Micológica lamentan el hecho de que los habitantes de la capital que acuden a un pueblo tengan que pagar diez euros por los permisos diarios para la recolección. «Es algo que solo busca la recaudación y no el fomento de la afición a la micología. Yo mismo llevo dos años para conseguir un permiso de investigación y aún no lo he conseguido. Es algo que no se entiende si no es por el afán recaudatorio».