El Real Valladolid se jugará la permanencia en el tramo final de la temporada, en un mes en el que cada partido es ya una final. Lleva inmerso en esa pelea casi desde el arranque liguero, pero será en estas últimas jornadas en las que deberá ratificar su presencia la próxima campaña en la máxima categoría. Para ello contará, o mejor dicho cuenta ya, con dos ‘refuerzos’ de lujo; dos jugadores que debían haber sido capitales a lo largo del curso 2020-21 pero que, por culpa de las lesiones, no han podido serlo. Marcos André y Kiko Olivas debían haber sido las referencias en ataque y defensa, el ‘killer’ y el ‘kaiser’ en el argot futbolístico, de los blanquivioleta. Pero uno se ha perdido media campaña por una pubalgia y el otro se estrenó este miércoles en una citación.
Marcos André de Sousa Mendonça solo ha podido participar en la mitad de los partidos del Pucela. Y, aun así, es el tercer artillero de los blanquivioleta, con 3 goles, todos logrados en noviembre. El brasileño fichó por el Real Valladolid en el verano de 2019. Llegó a jugar un partido con el Promesas antes de ser cedido al Mirandés, donde sus 12 goles en Segunda le sirvieron para llamar la atención de varios clubes, entre ellos el Mallorca (que le quiso en un canje por Budimir), y para ganarse el puesto en la primera plantilla del Pucela.
Una lesión en el muslo derecho le impidió estar en los dos primeros partidos ligueros y no fue titular hasta la quinta jornada. Poco a poco, y pese a una pubalgia que iba haciendo acto de presencia, se fue ganando minutos y la confianza del míster, hasta ‘explotar’ en noviembre. Marcó en tres jornadas consecutivas, ante el Athletic (victoria), el Granada (victoria) y el Levante (empate). Enganchó cinco titularida des consecutivas, pero las Navidades avivaron su problema de pubis y en enero pasó por el quirófano. Se perdió trece encuentros pese a que aceleró en su recuperación. Volvió disponer de minutos en el Camp Nou. «Podría salir de inicio pero no está aún para 90 minutos», señalaba este miércoles su entrenador, Sergio González. Ni Guardiola ni Kodro ni siquiera Weissman han conseguido que la afición se olvide del carioca.
Francisco José Olivas fue la noticia amable del miércoles en el Martínez Valero. Sentado en la grada, citado por primera vez en lo que va de temporada, el defensa malagueño por fin ve la luz al final del túnel. «Después de unos largos y duros 9 meses, por fin llegó el momento de estar disponible para darlo todo al lado de mis compañeros. Estoy listo», ha escrito en sus redes sociales. Se lesionó el 16 de julio del año pasado en Ipurúa, en la penúltima jornada de la anterior temporada, fue operado, tuvo que volver a pasar por el quirófano para limpiar la zona y desde el pasado mes de febrero lleva preparándose para su regreso.
El Real Valladolid le ha echado de menos, tanto como él a los terrenos de juego. Fue el jefe de la defensa en los dos anteriores cursos, con Calero y Salisu de compañeros, y este año estaba llamado a seguir siéndolo. Las continuas bajas, en forma de lesiones y covid, de los Javi Sánchez, El Yamiq o Joaquín, han incrementado la necesidad de su vuelta. ¿Cuándo dispondrá de minutos? En cuanto esté para ellos, aunque solo el hecho de verle convocado invita a pensar que pronto pese a que su larga inactividad puede lastrarle, en cuanto a velocidad o colocación.
El ‘killer’ y el ‘kaiser’ están de vuelta y llegan justo a tiempo para el rescate.