BSR Valladolid, bodas de plata con la mirada en la parte alta

M.B.
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El Fundación Aliados aspira a meterse entre los cuatro mejores en su 25ª campaña en División de Honor, además de buscar la sorpresa en la Copa del Rey

Imagen de un tiempo muerto del Fundación Aliados en el primer partido liguero. - Foto: BSR Valladolid

El Club Baloncesto Silla de Ruedas Valladolid, hoy BSR Fundación Aliados por temas de patrocinio, es uno de los clásicos de la máxima categoría. De hecho la presente temporada es la número 25 consecutiva en la División de Honor. Y, por ello, la ambición es máxima, aunque con los pies en el suelo. 

El equipo ha incorporado a tres jugadores, de los que dos ya están en Valladolid: el norteamericano Fabián Romo, uno de los destacados ya en el arranque de la competición, y el australiano Clarence McCarthy-Grogan; mientras que el tercero, también australiano, Dalton Lachli, ha tenido problemas con el visado y se le espera en cuanto los solucione. 

Ellos se sumarán a veteranos y de la casa, como José Luis Robles (19 temporadas en la máxima categoría) y Jonatan Soria; o los argentinos Maxi Ruggeri y Adrián Pérez.

«El objetivo es estar entre los 4-5 primeros y competir, que cada vez está más complicado; luego jugar la Copa del Rey, que el año pasado nos quedamos a las puertas de ir. Es una competición corta y si tienes un poco de suerte con el calendario, puedes llegar hasta la final», confirma su entrenador y presidente, José Antonio de Castro.

Las últimas campañas han sido complicadas para los vallisoletanos, acabando octavos la anterior y sextos hace dos (igual que en la 2018-19; la última con playoff por el título). La quinta plaza ha sido la más habitual en la última década, jugando la Final a 4 en la 2014-15. «Hemos tenido que ir a reducción del presupuesto y cada vez ha subido más el nivel de la Liga», explica el presidente.

En este curso, Albacete, Gran Canaria o Bilbao volverán a ser los rivales a batir, sin olvidar a Ilunion, dominador durante años de la Liga y que esta campaña aspira a volver por sus fueros.

Uno de los problemas con los que se han encontrado los clubes, entre ellos el vallisoletano, ha sido el cambio en el calendario, que se ha conocido a mediados de septiembre. La IWBF (Federación Internacional de Baloncesto en Silla de Ruedas) modificó entonces las fechas del Campeonato del Mundo –previsto en principio para el mes de noviembre en Catar– con el fin de que no coincidiera con el Mundial de Fútbol. Eso se traduce en que, puesto que el 12 de mayo los jugadores de los diferentes equipos españoles deben preparar la cita mundialista con sus respectivas selecciones, tanto la liga española como la Copa del Rey y las competiciones europeas deberán finalizar antes de esa fecha. Y por tanto, los partidos que tenían que disputarse en mayo, se concentrarán en el mes de noviembre (en total 3).

A la espera de Europa. Por otro lado, el club está a la espera de conocer si finalmente se le concede la organización de la Eurocup 2, competición que debía haber celebrado en casa en 2020 y 2021, pero que se suspendieron por la pandemia. Los vallisoletanos llevan sin jugar en torneos continentales desde 2017, cuando jugaron la Euroliga 1.