Cartif: 25 años con 220 clientes y 192 millones de ingresos

Ical
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El director general del centro, José Ramón Perán, abogó por la vinculación de los centros tecnológicos con las universidades para disponer de "un contacto íntimo con la realidad"

Celebración de los 25 años de Cartif - Foto: Jonathan Tajes

El centro tecnológico Cartif celebró hoy los actos de su 25 aniversario con un evento al que asistió el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco y en el que todos los participantes destacaron el futuro de este tipo de centros. Así, el presidente de patronato de la Fundación Cartif, Gonzalo Fernández de la Mora, hizo un repaso por la historia del concepto de centro tecnológico como “un invento muy reciente”, y aludió a Cartif como “una historia de éxito” que ha vivido momentos “muy difíciles” como consecuencia de la crisis económica, un periodo en el que el porcentaje de ayudas disminuyó considerablemente, aunque la entidad “fue capaz de capear el temporal con los fondos financieros de la Unión Europea”, gracias a lo que se ha situado como un centro tecnológico “de excelencia” en numerosas áreas.

Fernández de la Mora evidenció la “capacidad” de un centro tecnológico, algo que a su juicio supone “el único camino” para modificar la estructura industrial de un territorio “de forma intensa”, al tiempo que trasladó su deseo de poder alcanzar a un millar de investigadores en un centro que dio sus primeros pasos con apenas 18 trabajadores a partir de la idea surgida de un grupo de profesores de Ingeniería Industrial, y que cerrará el año con un total de 187.

Por su parte, el director general de Cartif, José Ramón Perán, abogó por la vinculación de los centros tecnológicos con las universidades para disponer de “un contacto íntimo con la realidad”, así como por el desarrollo de una gestión independiente “sin hacer competencia desleal en el mundo empresarial” y favoreciendo la transferencia del conocimiento.

El que está considerado como el octavo centro tecnológico a nivel nacional después de otros ubicados en el País Vasco y Cataluña, cuenta en la actualidad con 220 clientes y ha ingresado este año 10,2 millones de euros, aún por debajo de los niveles de hace diez años, cuando se alcanzaron los 14,3 millones, y en ascenso frente a los algo más de ocho millones de hace cinco ejercicios. Además, en los últimos 15 años se han publicado 158 artículos en revistas de impacto y se han llevado a cabo más de 170 proyectos internacionales, 25 de ellos liderados por Cartif.

Perán reconoció que el modelo de Cartif “ha cambiado mucho en estos años” según la compañía, el presupuesto de entidades de Castilla y León por proyectos internacionales y nacionales de Cartif en los últimos nueve años asciende a 181,4 millones de euros; la subvención y préstamos de entidades de la Comunidad por proyectos nacionales e internacionales en este mismo periodo ascienden a 143,9 millones; y las inversiones realizadas en la planta del Parque Tecnológico de Boecillo se sitúan en 37,1 millones de euros.

De la misma manera, el importe pagado a la Universidad desde 1995 hasta este año es de 10,3 millones de euros, y los ingresos de Cartif desde su creación hasta el pasado mes de septiembre supera los 192 millones de euros. Con estas cifras, el número de puestos de trabajo medios anuales generados en entidades de Castilla y León desde 2009, sin tener en cuenta el personal de Cartif, es de 470 empleados.

Tras estos años, Perán auguró un futuro “atractivo y lleno de oportunidades” para este centro tecnológico para el que hay un plan estratégico que se prolongará hasta 2023. Hasta entonces se trabajará en la consolidación de una plantilla estable en Cartif de 230 trabajadores; la potenciación de líneas estratégicas para Castilla y León; reforzar también las líneas internacionales; ampliar la participación en instituciones públicas e incrementar el número de proyectos con empresas.

Para conseguir todos estos objetivos, el director general de Cartif hizo un llamamiento a las administraciones, y en especial a la Junta de Castilla y León, para que ofrezca un apoyo “sólido” para la financiación en materia de I+D+i.