Belén Viloria

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Belén Viloria


Hidrógeno Verde, aún ‘verde’

22/01/2022

El hidrógeno es el elemento químico más simple que existe y también el más abundante del universo, pero el hidrógeno verde no está en la naturaleza, necesita a las energías renovables; eólica y solar para producirse. Además, transporta sólo una cuarta parte de la energía por unidad de volumen del gas natural, es altamente volátil e incluso explosivo.
En los últimos años, la posibilidad de que se convierta en una alternativa realmente viable y extensible a la producción energética global, ha ido ganando cada vez más fuerza, pero aún no ha alcanzado una escala considerable, según los expertos, tiene aún muchas desventajas.
Estamos lejos de la expansión masiva de la generación renovable necesaria para alimentar las plantas de electrólisis que dividen el agua en hidrógeno y oxígeno y las cantidades de agua que se necesitan son elevadísimas, algo que no se suele mencionar y que en el futuro será clave ya que será nuestro bien escaso más preciado. La producción de una tonelada de hidrógeno a través de la electrólisis necesita un promedio de nueve toneladas de agua y además necesita ser purificado. El hidrógeno verde también es difícil de almacenar y transportar sin un oleoducto, e incluso, ahora mismo, en algunos lugares como USA, el hidrógeno es mucho más caro que otros combustibles como el gas natural.
BloombergNEF, líder de investigación estratégica para la transición energética, estima que para generar suficiente hidrógeno verde para satisfacer una cuarta parte de las necesidades del mundo se necesitaría más electricidad de la que el mundo genera ahora con todas las fuentes, y una inversión de 11.000 millones de dólares en producción y almacenamiento. Por eso el foco actual está únicamente en el 15 por ciento de la economía, la que no es fácilmente abastecida por la energía eólica y solar, como son la industria pesada, la movilidad de larga distancia y el combustible para buques de carga y aviones.
Otro punto que destaca es la baja eficiencia de los electrocombustibles en la movilidad, por debajo del 20 por ciento, por lo que debería considerarse una opción de último recurso por las pérdidas energéticas a lo largo de su proceso de transformación. Y para remate, en la red de gas y en la industria petrolera puede suponer un 'greenwashing' ya que seguirían necesitando CO2 fósil.
Hoy, según la Comisión Europea, «el despliegue a gran escala de hidrógeno limpio a un ritmo rápido es clave para que la UE logre sus altas ambiciones climáticas y de descarbonización», por lo que los fondos de recuperación europeos están incluyendo un foco especial en el Hidrógeno Verde. 
En España ya existe desde diciembre un documento oficial, Hoja de ruta del Hidrógeno Verde, lista para abordar con los fondos de recuperación europeos, y con objetivos definidos para convertirnos en un referente de esta energía, junto a distintas líneas de actuación que van desde la investigación a la de convertirnos en un Hub europeo. Por eso, numerosas empresas de todo tamaño están deseando que estos fondos lleguen para poder así empezar este nuevo camino, con el que corremos el peligro de hipotecarnos, cuando podemos seguir potenciando energías y tecnologías ya maduras, competitivas, más sostenibles y con un valor social más elevado. 
Todo apunta a que el Hidrógeno Verde es una pieza importante en el puzzle de una economía totalmente descarbonizada, pero según los científicos parece que está aún «algo verde», así que ojalá sepamos colocar la pieza en el lugar adecuado y espacio limitado de ese puzzle aún difuso, y no se nos atragante.