La multiopción anima los concesionarios

C.C. (SPC)
-

La modalidad de utilizar un coche pagando una cuota mensual con la posibilidad de adquirirlo al final del contrato abre nuevas vías a esta industria que denuncia que se venden un 40% más de vehículos con más de 10 años que nuevos

La multiopción anima los concesionarios

El sector de la automoción no pasa por su mejor momento en la actualidad. Las ventas de los últimos años han caído precipitosamente y las previsiones para los próximos trimestres no son nada halagüeñas. 

Ante la gran incertidumbre que existe actualmente en un mercado que se encuentra en un proceso de transformación mecánica sin precedentes, con el paso de los vehículos de una tecnología de combustión y de motores híbridos a modelos eléctricos y sostenibles, se suma el hecho de que a los conductores se les pide que paguen un alto precio para adquirir un nuevo vehículo con etiqueta verde, pero con menos autonomía, que cumpla con los requisitos medioambientales que exigen las ciudades de más de 50.000 habitantes para poder circular por sus centros los días de mayor contaminación. 

El elevado coste de los nuevos modelos eléctricos y las menores prestaciones de kilometraje que ofrecen en comparación con sus vehículos tradicionales, como consecuencia de los escasos puntos de recarga así como del tiempo que se precisa para poner las baterías a punto, no hace interesante ni competitivo cambiar de coche y, sobre todo, para aquellas personas que su turismo esté en buen uso a pesar de que tenga cierta antigüedad.

En este contexto en el que el precio de los modelos nuevos sigue en máximos históricos y el de los usados se dispara un 15,7%, una de las opciones que están manejando buena parte de los conductores es comprar un coche nuevo a estrenar por la fórmula conocida como «multiopción». Es decir, pagar una entrada y una cuota mensual durante 24, 36 o 48 meses y, en el momento pactado con el concesionario, decidir si el usuario quiere hacer un pago final por la cantidad que aún falta, quedarse con el automóvil o bien devolverlo y terminar el contrato. También puede renovar un nuevo acuerdo para otro turismo de la misma marca. 

Los economistas aseguran que no es la opción más económica. Se trata de un sistema parecido a un alquiler a largo plazo. Lo ideal es hacer un cálculo de cuánto se va a pagar en total y, en base a la economía de cada conductor, adoptar una decisión sobre comprometerse o no con la multiopción.

Entre las ventajas de esta modalidad, las marcas señalan que, aparte de conducir un vehículo tecnológicamente más moderno y seguro al ser un vehículo nuevo, ofrecen ciertos servicios en el contrato como los mantenimientos e, incluso, en algunos casos el seguro a todo riesgo. Además, se trata de una modalidad de financiación que persigue la fidelización de clientes. Son planes diseñados para que el cliente se quede en la misma marca el máximo tiempo posible.

La industria de la automoción ha pedido al Gobierno que adopte las medidas que sean necesarias ante la realidad de un mercado de automóviles nacional en el que se venden un 40% más coches de segunda mano con más de 10 años que vehículos nuevos, lo que está provocando un alto envejecimiento del parque automovilístico muy preocupante para esta industria.

Hasta noviembre del pasado año, las matriculaciones de turismos a estrenar fueron un 4,4% inferiores a las de 2021, con apenas 739.469 operaciones. Sin embargo, en ese mismo período se vendieron 1,03 millones de automóviles de segunda mano con más de 10 años, lo que significó un 40% más ventas de vehículos viejos que salidos de fábrica, de los que 652.280 tenían más de 15 años.

Inflación

Asimismo, el crecimiento de precios ha motivado que se eleve la demanda y el segmento de la segunda mano un 19% hasta los 17.950 euros de media, según Ganvan, es decir, un alza que supone casi el doble que el registrado por los automóviles nuevos.

Según la patronal de fabricantes, en 2021, la edad media del parque nacional de vehículos fue de 13,5 años, una cifra que no ha parado de crecer desde 2007 y que se coloca dos años por encima de la media de los países comunitarios.

Para salir de esta situación, el sector plantea medidas fiscales y ayudas directas que incentiven la compra de turismos nuevos y que no sean necesariamente eléctricos, dado que no están aún al alcance de toda la población, así como un programa de achatarramiento que tenga en cuenta el valor de uso del modelo que se retira. El último Plan Renove duró hasta 2020 y no se prorrogó con lo que tampoco se está cumpliendo el objetivo de descarbonización de un 3,6% cada año previsto hasta 2030, sino menos del 1%, dado el alto número de coches de más de 10 años que aún circulan en España.