A escasas horas de que se cumpla el ultimátum dado por la oposición para hacer que la ayuda humanitaria entre en Venezuela -el autoproclamado presidente, Juan Guaidó anunció que las donaciones ingresarán en el país caribeño mañana-, el jefe del Ejecutivo de Caracas, Nicolás Maduro, dio un nuevo paso al frente. Así, ayer anunció que desde hoy se cierran las fronteras con Brasil, al tiempo que resaltó que su Gobierno «está evaluando» hacer lo propio en el caso de los límites con Colombia.

«Yo quiero que sea una frontera dinámica y abierta, pero sin provocaciones, sin agresiones, porque estoy obligado como jefe de Estado y de Gobierno y comandante en jefe de la Fuerza Armada a garantizar la tranquilidad y la paz», justificó.

La medida llegó poco después de que Guaidó pusiera rumbo al estado de Táchira, al oeste del país, que linda con Colombia, para buscar los paquetes de alimentos y medicinas que se almacenan en la ciudad de Cúcuta y hacerlos pasar con la ayuda de las autoridades de Bogotá.

En este sentido, Maduro responsabilizó al presidente de la nación cafetera, Iván Duque, de cualquier «acto de violencia» que se produzca en la frontera, ya que los militares venezolanos tienen la orden de no dejar entrar la ayuda enviada por la comunidad internacional.