Temor a un efecto contagio

Agencias-SPC
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La crisis económica que vive Sri Lanka podría expandirse por varios países vecinos y desatar una situación de inestabilidad en la región

Temor a un efecto contagio

Inflación desbocada, disminución crítica de las divisas así como una creciente factura energética por los precios del petróleo son algunos de los rasgos de la profunda crisis económica en la que se encuentra sumida Sri Lanka, y que otras naciones altamente endeudadas están en riesgo de replicar.

La crisis en la isla ha sido atribuida a factores específicos como la deficiente gestión de las autoridades o el doble golpe del coronavirus y el terrorismo al sector turístico por los manifestantes que desde hace meses protestan en el país, derrocando a su paso a la poderosa dinastía Rajapaksa y haciendo caer al presidente -que acabó huyendo- y abriendo una nueva etapa política que, de momento, es poco alentadora.

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgia, subrayó hace unos días el panorama mundial «extremadamente incierto» desatado por la invasión rusa de Ucrania, así como por las perturbaciones a causa de la pandemia del coronavirus y de la obstrucción en las cadenas de suministro.

«Los países con una elevada deuda y espacio de políticas limitado se enfrentarán a presiones adicionales», aseguró Georgieva, antes de advertir de que «no hay más que mirar a Sri Lanka como una señal de advertencia».

En Asia, varios Estados en desarrollo muestran signos preocupantes de caer en la misma espiral de inestabilidad y el efecto contagio hace temer una situación aún más difícil para una región en peligro.

1.PAKISTÁN

El Estado se encuentra más cerca que nunca de la bancarrota a causa de los mismos males listados anteriormente: importaciones cada vez más caras, falta de divisas y una crisis en el balance de pagos.

A petición del FMI, que todavía debe aprobar la liberación de una franja de más de 1.100 millones del acuerdo de asistencia financiera de 6.000 millones, el Gobierno de Shehbaz Sharif ha empezado a recortar subsidios a la gasolina y a aumentar los precios de la electricidad. Pero estas medidas han desatado un aumento espectacular de la inflación, que el pasado junio alcanzó el 21,3 por ciento, la cifra más elevada en los últimos 13 años.

«La rupia se intercambia a 221 unidades por dólar, el número más bajo en la historia del país (...). Si esto continua así, no estamos lejos de una situación como la de Sri Lanka en Pakistán», lamenta el economista Muzzamil Aslam.

2.NEPAL

El país del Himalaya vio crecer la inflación interanual un 8,56 por ciento el pasado junio frente al 4,19 por ciento durante el mismo periodo en el año anterior, según el Banco Central de Nepal.

La inflación alcanzará los dobles dígitos este mes de agosto avisan los expertos, mientras la nación pugna por adquirir fertilizantes químicos claves para las cosechas cuyo precio no ha dejado de aumentar. «Esto podría elevar los precios de la comida o incluso provocar una crisis alimenticia», señala el analista Dadhi Adhikari, quien recuerda que «el turismo, una de las principales fuentes de ingresos en divisas, todavía no se ha recuperado» de la debacle tras la pandemia.

3.BANGLADESH

Con cifras de inflación récord e imponiendo algunas medidas para limitar el uso de combustibles similares a las que se vio obligada a tomar Sri Lanka, la situación de Bangladesh preocupa lo suficiente al Gobierno como para acudir a la puerta del FMI por primera vez en una década para obtener 4.500 millones de dólares -unos 4.400 millones de euros- en préstamos.

El país asiático registró una inflación del 7,56 por ciento el pasado junio, según la Oficina de Estadísticas de Bangladesh, frente al 5,64 por ciento del mismo período del año pasado y la mayor desde 2014.

El alza de los precios y la progresiva devaluación del taka frente al dólar, que ha perdido más de un 7 por ciento de su valor solo en este año, han conducido además a una caída de las divisas por debajo de los 40.000 millones de dólares -unos 39,2 millones de euros-.

Ante esta situación, el Gobierno de Daca ha aprobado hace unos días el cierre temporal de todas las centrales eléctricas que funcionan con diésel y la clausura un día a la semana de todas las gasolineras del país, además de imponer cortes de luz durante dos horas, medidas que recuerdan a las largas colas en las gasolineras de Sri Lanka y a sus apagones diarios de hasta 13 horas.

4.LAOS

En medio de una inflación galopante, un sector turístico desbaratado por la pandemia, restrictivas políticas monetarias de países como EEUU y el riesgo de no pagar sus préstamos extranjeros, Laos podría ser el siguiente al borde de la bancarrota tras Sri Lanka.

En lo que va de año, la moneda nacional, el kip, se ha desplomado más de un tercio frente al dólar, mientras que la deuda pública del empobrecido país, de 7,2 millones de habitantes y sin salida al mar, ha aumentado a 14.500 millones de dólares, el 88 por ciento de su PIB, en 2021. Asimismo, a diferencia de Sri Lanka -que cuenta con una variedad de acreedores- Laos es deudor fundamentalmente de China y su débito con el gigante asiático asciende al 45 por ciento de su PIB.

A eso se suma la escalada en los precios de combustible, presionados por la guerra en Ucrania, y de alimentos, lo que ha puesto en jaque al Gobierno comunista, comandado por el Partido Popular Revolucionario de Laos desde 1975.

Esos factores conllevaron a una tormenta perfecta que hizo que la agencia calificadora de riesgo Moody's rebajara el pasado junio a bono basura la deuda soberana de Laos.