Un lustro del horror

G. F. (SPC)
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El 17 de agosto de 2017, el terrorismo islámico golpeó Cataluña con los atentados de las Ramblas y Cambrils que sembraron de muertos y heridos el corazón de Barcelona

Un lustro del horror - Foto: David Armengou

Faltaban unos pocos minutos para las cinco de la tarde. Calor intenso. Pleno agosto con la Ciudad Condal a rebosar de gente. En ese momento, una furgoneta de color blanco irrumpió a gran velocidad, haciendo eses, por la parte peatonal de las Ramblas, uno de los lugares más concurridos y turísticos de Barcelona, atropellando a decenas de personas. 

El vehículo recorrió a toda velocidad unos 560 metros, desde la plaza de Cataluña hasta enfrente del Liceo, arrollando a decenas de peatones y desatando el pánico. «He visto salir volando a varias personas», relató un testigo de los hechos para reflejar el drama que se vivió aquel 17 de agosto de 2017, hace ahora cinco años. 

Younes Abouyaaqoub fue el conductor responsable de un atropello masivo que causó catorce muertos y más de un centenar de heridos, muchos de ellos graves. Tras el atentado, inició una huída sin retorno. Llegó a la zona universitaria y allí robó un coche para escapar tras asesinar a su dueño, que se convirtió en la víctima número 15 de su siniestro rastro de sangre. Su fuga terminó cuatro días más tarde, abatido por los Mossos d'Esquadra en una zona boscosa del término municipal de Subirats, a algo más de 50 kilómetros de donde perpetró la matanza al volante de una furgoneta de alquiler.

Un lustro del horror Un lustro del horror - Foto: Andreu Dalmau Abouyaaqoub escribió el primer capítulo de una tragedia que tuvo continuación con protagonismo del resto de integrantes de la conocida como célula de Ripoll. Horas después, su hermano Houssiane se dirigió a Cambrils en otro vehículo ocupado por otros cuatro terroristas para buscar repetir la matanza .

Pese a que inicialmente todo hacía indicar un modus operandi similar al de Las Ramblas, las investigaciones revelaron luego que no se desplazaron hasta allí para atropellar a personas con el Audi A3 que ocupaban, sino con la intención de apuñalar a todo aquel que se encontraran a su paso en el paseo marítimo.

A pesar de que las fuerzas de seguridad lograron frustrar otro ataque a garan escala, cinco personas resultaron heridas al ser acuchilladas y una de ellas, una mujer de Zaragoza, murió horas después a consecuencia de las lesiones.

Un lustro del horror Un lustro del horror - Foto: SERGIO PEREZLos atacantes abatidos portaban cinturones explosivos, que luego se revelaron falsos y se dio la llamativa circunstancia de que un solo agente de los Mossos mató a cuatro de los cinco asesinos en el paseo marítimo.

De los siete agresores fallecidos en aquellas horas de miedo, cinco fueron abatidos por agentes en Cambrils: Moussa Oukabir (17 años), Said Aallaa (19), Mohamed Hychami (24), Omar Hychami y Houssaine Abouyaaqoub (ambos menores de edad). Otros dos murieron en la explosión del chalé de Alcanar, que era un realidad un almacén de bombas. El último en caer bajo las balas fue el propio Younes Abouyaaqoub. El Estado Islámico se atribuyó la autoría de los atentados en de una nota difundida después. 

Terror low cost

El de Cataluña fue un ataque similar a otros cometidos en grandes ciudades europeas como Berlín, Londres, Niza o Estocolmo, denominados como low cost, es decir baratos porque no es necesario acceder a ningún tipo de explosivos o armas prohibidas, y los asesinos se limitan a utilizar diferentes vehículos como armas mortíferas.

Este modelo operativo de terror había tenido su origen en la ciudad francesa de Niza el año anterior, causando 84 muertos y decenas de heridos. Episodios similares se vivieron posteriormente en Berlín, en el puente de Westminster en Londres y en Estocolmo.

Que los atentados tuvieran como escenario Cataluña no fue fruto de la casualidad. Barcelona es una de las ciudades más visitadas de España y en su área metropolitana reside una amplia comunidad musulmana con algunos de sus miembros coqueteando con el islamismo, incluso con la rama más radical. Junto con Madrid es la capital donde más operaciones policiales se llevan a cabo contra grupos y personas vinculados al islamismo de corte extremista.

Las fuerzas del orden tienen identificadas en España unas 200 mezquitas en las que se defiende un «discurso radical» sobre los más de 1.400 centros de oración islámicos censados actualmente. De este grupo, unas 80 están localizadas en Cataluña. Esta comunidad es también la que registra un mayor número de ciudadanos musulmanes con más de medio millón censados.

La actuación policial tras los atentados fue de una notable rapidez. Confirmada la muerte de siete terroristas -dos en la explosión de un chalé en Alcanar y cinco abatidos por las fuerzas de seguridad- restaba por desactivar completamente lo que pudiese quedar de la conocida como célula de Ripoll. Y se logró con el arresto e ingreso en prisión de Mohamed Houli Chemial, Driss Oukabir y Said Ben Iazza.

El juicio se demoró. El proceso para depurar responsabilidades por el atentado más letal sufrido por España desde la tragedia en los trenes de Madrid (193 muertos y unos 2.000 heridos) no se resolvió hasta casi cuatro años después cuando la Audiencia Nacional dio a conocer la sentencia contra los tres procesados por estos hechos condenándolos a un total de 107 años de prisión. 

El grueso de la pena recayó en Houli Chemlal (53 años de cárcel) y Driss Oukabir (46 años), a quienes los magistrados consideraron, a todos los efectos, integrantes del grupo mortal.

Said Ben Iazza fue condenado a ocho años aunque ya salió en libertad en diciembre de 2021. No formaba parte de la célula pero prestó su documentación personal y también una furgoneta a Younes Abouyaaqoub.