La UVa impulsa la transferencia de conocimiento

Óscar Fraile
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La profesora María Ángeles Pérez estará al frente de una delegación del rector que asumirá unas competencias que hasta ahora estaban en manos del Vicerrectorado de Investigación e Innovación

Acceso al Parque Científico de la UVa.

La Universidad de Valladolid (UVa) está inmersa en una reestructuración de su equipo de Gobierno para mejorar la transferencia del conocimiento desde el ámbito investigador a la empresa. La institución académica ya ha aprobado la creación de una delegación del rector que asumirá unas competencias que hasta ahora estaban en manos del Vicerrectorado de Investigación, Innovación y Transferencia, que ahora pasará a ser Vicerrectorado de Investigación. En este sentido, también se ha aprobado otro cambio en el Vicerrectorado de Comunicación y Cultura, que pasa a ser Vicerrectorado de Comunicación, Cultura y Deporte, para recoger en la denominación unas competencias que, de facto, ya tenía.

El rector de la UVa, Antonio Largo, reconoció en el último Consejo de Gobierno que existen «algunas disfunciones» en las relaciones entre la propia universidad y sus dos fundaciones: la Fundación General (Funge) y la Fundación Parque Científico (PCUVa). Y este es uno de los motivos de la reestructuración. Largo reconoce que la UVa está «buscando una mayor eficiencia en la gestión a la par que llevar a la Universidad de Valladolid la titularidad de muchos de los logros que se consiguen a través del trabajo de estas fundaciones». El objetivo es poder rentabilizarlos. Además, el rector dijo que esta reestructuración será un proceso largo y «exigente», de modo que se ha dispuesto una organización provisional, para cuatro años, que vaya «un poco más allá» de la Dirección del Parque Científico y la Dirección Académica de la Funge.

Al frente estará María Ángeles Pérez Rueda, profesora titular de Ingeniería Mecánica, quien explica que su trabajo consistirá en «coordinar las actividades de transferencia con el fin de mejorar unos indicadores que de por sí son buenos». Según ella, la UVa actualmente «es un referente en la transferencia de conocimiento».

La Consejería de Educación ha aprobado hace unos días una aportación de 5,3 millones al Plan de Transferencia de Conocimiento Universidad-Empresa, de los que 1.478.957 euros irán a parar a la Funge y 739.478 euros, al Parque Científico. «La Universidad de Valladolid es la institución que más dinero recibe», destaca Pérez.

Otro objetivo de esta profesora en su nuevo cargo será «impulsar la colaboración de la Universidad con todo el tejido socioeconómico», además de intentar retener el «excelente talento» que atesora la institución. «Por eso vamos a dar apoyo a toda la comunidad universitaria, a todos los jóvenes investigadores, para que no se marchen», dice. Para ello la delegación trabajará para facilitar que exploten los resultados de sus investigaciones y sean capaces de crear empresas de base tecnológica.

Por otro lado, Pérez también hará hincapié en la divulgación, es decir, en difundir a la sociedad los resultados de las investigaciones que se hagan dentro del ámbito de la UVa. «Queremos poner en valor la producción científica porque somos muy buenos, tenemos unos excelentes indicadores», añade la docente. Según ella, este es el camino para que la sociedad vallisoletana se implique más en los trabajos que se hacen en el ámbito universitario.

Bien es cierto que, a pesar de estos buenos resultados, la producción científica también se ha visto afectada por la pandemia. «Es cierto que ha impactado, ha habido una pequeña disminución de proyectos y los resultados quizá hayan bajado un poco, pero ahora nos estamos poniendo todos las pilas para no solo llegar al punto en el que estábamos antes, sino superarlo», explica.

La estrategia de transferencia de conocimiento de la UVa pasa por transformar la producción científica que se desarrolla en el ámbito académico en riqueza y bienestar para la sociedad, sobre todo a través de la aplicación de estos proyectos en las empresas.

Preocupación por la economía

Por otro lado, la UVa, como tantas otras entidades públicas y privadas, no es ajena a la complicada situación económica que atraviesa el país, sobre todo en lo que se refiere al impacto de la guerra de Ucrania. Y todo ello pese a que el coste de la energía, que es una de las principales consecuencias de este conflicto, tendrá un efecto más limitado en la institución académica, ya que cuenta con unas instalaciones de biomasa que reducen su dependencia del gasóleo y el gas.

Con todo, Largo reconoció en el último Consejo de Gobierno que hay cierta incertidumbre por el «panorama económico preocupante».

Además, hay que tener en cuenta que esta situación llega después de dos años de pandemia en los que la gestión de la institución también ha estado muy condicionada.

«Ya estamos sufriendo la inestabilidad económica provocada por la invasión de Ucrania y probablemente la suframos con más intensidad en el próximo curso», señaló Largo, quien añadió que otras universidades están tomando medidas restrictivas que la UVa «todavía» no ha puesto en marcha.

Y todo ello pese a que la institución tiene menos dependencia del gas y el gasóleo, ya que dispone de unas modernas instalaciones de biomasa.

Es algo que se puede comprobar en los propios presupuestos de la Universidad de Valladolid. En el de 2022 hay reservados 884.500 euros para gastos de gas, que se dividen entre los 750.000 de la factura en los edificios de enseñanzas universitarias y 134.500 en otras instalaciones, como las viviendas de la UVa, los colegios mayores, residencias universitarias, etcétera.

Esos 884.500 euros de gas se quedan cortos con la electricidad, que es lo que más preocupa a medio plazo. Para este concepto hay consignados casi cuatro millones de euros en 2022, pero hay que determinar si ese presupuesto es suficiente con las subidas de las tarifas de los últimos meses. También es importante el gasto en combustible, cifra en el presupuesto en algo más de 1,7 millones. El menor es el gasto de agua, que no llega a 300.000 euros.