El drama de la despoblación sigue cobrándose víctimas y ahora mete mano a las elecciones en Castilla y León. Concretamente a las municipales que se celebrarán el 28 de mayo de 2023. Y es que el censo de vecinos es el indicador utilizado por la legislación para designar el número de concejales que tendrá cada uno de los 2.248 municipios de la Comunidad. Un reparto en función del que, con las cifras oficiales de población actuales –consolidadas a 1 de enero de 2021–, más de medio centenar de ayuntamientos perderían concejales y bajarían de rango dentro de la escala municipal por tener menos habitantes que en 2019, fecha de los últimos comicios locales y que se toma como fecha de referencia para calcular la variación censal.
Un descenso que restaría más de cien ediles a estos 54 municipios –dos menos por cada uno–, y cuya repercusión va más allá de la mera representación institucional o del número de cargos electos. En función del número de habitantes, cada municipio tiene el derecho a contar con una serie de servicios sociales concretos, cuya prestación podría desaparecer al 'descender' de nivel. Por ejemplo, los que bajen de 5.000 habitantes verán muy mermadas los fondos que recibe del Estado por las transferencias de los tributos, podrán acceder a menor número de ayudas y subvenciones estatales y europeas, y se resentirá su autonomía municipal, ya que en muchos casos las propias diputaciones se harán cargo de multitud de servicios que ejercía el consistorio.
Drama que vivirá Cacabelos (León), cuya población ha bajado de los 5.118 habitantes de 2019 a 4.888, siendo el municipio de mayor tamaño afectado. No obstante, el 91% de los ayuntamientos que restarán concejales tienen menos de 250 vecinos, que pasarán a tener 3 ediles frente a los 5 actuales.
El oeste de la Comunidad, la zona cero de la despoblación autonómica, es la que acumula la mayor parte de casos. Trece ayuntamientos de Salamanca perderán dos concejales en los próximos comicios, que, junto a los 12 de Zamora, los sitúan en lo alto de la tabla. Burgos y Valladolid, con siete consistorios cada uno en la lista roja se encuentran a continuación. Ávila, León y Segovia los restarán en cuatro municipios; en tres enSoria; y cierra la lista Palencia, donde solo dos ayuntamientos verán menguar sus ediles.
No son los únicos con la soga al cuello. Otros 150 ayuntamientos de Castilla y León corren el peligro de bajar de categoría por la pérdida de paisanos, por lo que la cifra final podría rondar los 200 consistorios. Situación en la que se encuentra La Bañeza (León), que con 10.068 censados está al límite para 'descender' de liga y perder cuatro concejales.
La ley establece rangos distintos en función de la población. Así, reparte tres concejales para municipios de hasta 100 habitantes; cinco para los que tienen de 101 a 250 habitantes; siete de 251 a 1.000 habitantes; nueve de 1.001 a 2.000, 11 de 2.001 a 5.000; trece de 5.001 a 10.000; 17 de 10.001 a 20.000, 21 de 20.001 a 50.000 y 25 de 50.001 a 100.000 habitantes. Por encima se suma un concejal, o dos si la cifra final es par, por cada 100.000 residentes más.
Listos para ascender
En el lado opuesto se encuentran, por el momento, 27 municipios de Castilla y León, cuyas mejoras en el Padrón Municipal les servirán para contar con dos concejales más cuando se abran las urnas el 28 de mayo. Burgo de Osma (Soria), que ha logrado saltar la barrera de los 5.001 habitantes, y Navaluenga (Ávila), que ha hecho lo propio con la de 2.001, son los principales exponentes de este hecho. Además, otro centenar de consistorios se encuentra a la espera de que la evolución demográfica de este año les permita sumar los habitantes necesarios para 'ascender' de categoría municipal y ganar concejales.